El nuevo IVA se estrena en un contexto de moderación de precios

La subida del IVA arranca mañana con el riesgo de calentamiento de precios desactivado. La inflación se ha moderado este mes hasta reflejar una evolución anual del 1,5%, tres décimas menos que en mayo. Son datos del índice de precios de consumo (IPC) adelantado que responden en buena medida al descenso de los precios de la energía. Se trata de una nueva evolución a la baja después de tres meses consecutivos de recuperación en este indicador, representativo de la demanda interna.

El dato avanzado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) recoge también una subida de los alimentos y las bebidas alcohólicas, insuficiente para neutralizar la bajada de los carburantes y otras, a juzgar por el dato final, cuyo desglose se conocerá el 13 de julio. Con estas pinceladas, lo más probable es que la inflación subyacente -excluye alimentos frescos y energía y resulta, por tanto, más representativa de la inflación estructural- haya permanecido en un nivel similar al de meses anteriores. Es decir, rozando la deflación, pues este indicador lleva en niveles próximos a cero, incluso en negativo algún mes, desde septiembre de 2009.

Los expertos prevén un efecto moderado del nuevo impuesto en la inflación

La compra de un viaje para agosto se puede beneficiar del 16% si se paga hoy

En este escenario entra en vigor mañana una subida de dos puntos en el tipo general del IVA (del 16% al 18%) y de un punto en el tipo reducido (del 7% al 8%). El superreducido, que afecta a alimentos frescos, prensa y otros productos básicos, se mantiene en el 4%. Con una demanda que aún no despega, los expertos aventuran una repercusión modesta de esta subida en la inflación. "No creemos que sean más de tres o cuatro décimas", asegura Sara Baliña, de Analistas Financieros Internacionales.

Intermoney prevé un efecto algo superior, de seis décimas, mientras el Instituto Flores de Lemus de la Universidad Carlos III de Madrid considera que la subida del IVA puede elevar la inflación al entorno del 2%.

Desde que se anunció oficialmente la subida del IVA, con los Presupuestos de 2001 presentados en septiembre, hasta el momento de entrada en vigor numerosas empresas han anunciado su intención de absorber el incremento del impuesto en lugar de trasladarlo al consumidor. Con esa medida, que probablemente no sea mayoritaria, Hacienda también ingresará menos. El motivo es que el IVA se calcula como porcentaje del precio de venta. Para mantener intacto ese precio al público con el nuevo impuesto, el comerciante que decida hacerlo debe rebajar en la práctica el precio sin IVA, por lo que un 18% de una cantidad inferior sumará menos que si se aplicase sobre el precio actual.

En todo caso, el Gobierno ha hecho sus cálculos de recaudación sin tener en cuenta este efecto, sobre todo porque más tarde o más temprano (cuando las empresas perciban que la recuperación es sólida) los precios subirán. Si se cumple lo previsto oficialmente, el nuevo IVA reportará a las arcas públicas 5.150 millones más al año.

En los meses previos a la subida, algunos consumidores han adelantado compras para ahorrarse los dos puntos más que habrá que pagar a partir de mañana. No obstante, Hacienda no ha detectado una aceleración significativa en las operaciones. A pocas horas de que el nuevo impuesto sea una realidad, los consumidores aún pueden beneficiarse del IVA antiguo para productos o servicios que vayan a disfrutar posteriormente, siempre que el proveedor lo acepte. Un viaje que se vaya a realizar en agosto pero que se abone ahora se beneficiará del 16% en lugar del 18%, según fuentes oficiales.

Por el contrario, los contratos de prestación de servicios como el teléfono se regirán por el IVA vigente en el momento de emisión de la factura. Así, el consumo telefónico de junio soportará ya un IVA del 18% porque la factura se enviará a partir de julio, según las mismas fuentes, algo que seguramente sorprenderá al consumidor.