La fortuna de Amancio Ortega supera ya los 16.600 millones de euros
El fundador de Zara crea un imperio financiero e inmobiliario con el dinero que genera Inditex
Algo más de 40 años después de empezar a fabricar batas de señora en un taller de A Coruña,Amancio Ortega es uno de los hombres más ricos de todo el planeta, con una fortuna que esta semana ha alcanzado un valor récord de unos 16.600 millones de euros, según una estimación realizada por EL PAÍS a partir de la información disponible en diferentes registros públicos sobre una treintena de sociedades controladas por el empresario.
El fundador de Zara ha ido creando un imperio paralelo con los fondos que genera Inditex, la sociedad en la que se integra Zara y el resto de cadenas del grupo. Ortega se ha apuntado a la moda del ladrillo, que ha combinado con las inversiones financieras. Con todo, su posesión más preciada sigue siendo el 59,294% del grupo de moda que creó y que esta semana ha superado por primera vez los 25.000 millones de valor en Bolsa.
El pequeño taller de batas de 1963 se ha convertido en un grupo con 65.000 empleados
El empresario tiene más de 2.000 millones en inversiones al margen de Inditex
Sólo el fundador de Ikea superaba el año pasado en Europa la fortuna actual de Ortega
El empresario coruñés sólo es accionista directo de tres sociedades de su grupo
Ortega tiene este año un sueldo de 600.000 euros como presidente de Inditex, el mismo que el año pasado. Hay al menos un centenar de altos ejecutivos entre las empresas del Ibex 35 con un salario mayor. Pero para Ortega su sueldo no es nada al lado de los 247 millones de euros en dividendo que le ha dado este año la compañía. A su vez, esa cifra palidece al lado de lo que valen en Bolsa sus 369,6 millones de acciones de la compañía: 14.595,5 millones de euros, 4.000 millones más que a principio de año.
El fundador de Zara ha ido dejando el día a día de la compañía en manos de Pablo Isla. Si algo ha marcado la gestión de este último ha sido la continuidad en la estrategia y la aceleración en el crecimiento. Más inversiones, más mercados, más tiendas, más ventas, más beneficios, más dinero para invertir. Es el círculo virtuoso en el que ha vivido Zara desde su nacimiento, una noria que al dar vueltas multiplica su tamaño.
Amancio Ortega Gaona empezó a fabricar batas de señora en 1963 junto a su primera mujer, Rosalía Mera, en un taller de A Coruña. En 1972 se constituyó Confecciones Goa, fábrica para mayoristas que tomó para su nombre las iniciales del empresario en sentido inverso. En 1975, tras 12 años como fabricante de prendas textiles para un variado número de comercializadores, Ortega se decidió abrir una cadena de tiendas en las que vender su propia producción.
Zara abrió sus puertas en 1975 en A Coruña con moda a precios baratos. En 1979 había seis tiendas Zara en A Coruña, Vigo, Lugo y Ourense. El 12 de junio de 1985 se constituye Inditex (Industria de Diseño Textil, SA) para aglutinar las distintas actividades mercantiles derivadas del negocio de distribución de moda. Tras el fuerte proceso de crecimiento en España en la década de los ochenta y la expansión internacional de los noventa, el grupo adquirió velocidad de crucero con el nuevo siglo.
En el último ejercicio, cerrado el 31 de enero pasado, Inditex se convirtió en líder europeo de la moda en ventas, por delante del grupo sueco Hennes & Mauritz. Facturó 6.741 millones y ganó 803 millones. Inditex está ya presente en 64 países y el pequeño taller de 1963 se ha convertido en un grupo que da empleo a unas 65.000 personas.
Zara ha sido materia de estudio en las escuelas de negocio de todo el mundo. La integración vertical, el uso de la tienda como herramienta de marketing, la ausencia casi absoluta de publicidad, la estrategia de la mancha de aceite para abrirse paso en nuevos mercados, el permanente contacto entre sus centros de diseño y las tiendas de todo el mundo, la gran capacidad de respuesta ante los gustos del mercado o el engrasado aparato logístico en el que una gigantesca ruleta envía desde Arteixo, A Coruña, las prendas a cualquier rincón del mundo han sido objeto de elogios recurrentes.
De Zara, de Inditex, se sabe casi todo. A Amancio Ortega le gustaría que de él no se supiera casi nada. La empresa está a la vanguardia en transparencia y buen gobierno corporativo. Pero, a la vez, Amancio Ortega ha intentado siempre pasar lo más inadvertido posible. Tardó años en dar a conocer su fotografía. No concede entrevistas, no da ruedas de prensa, no acude a las juntas de accionistas.
Aun así es imposible que el hombre más rico de España y uno de los más ricos de Europa y de todo el mundo no sea noticia. Y ya no sólo por Zara, sino porque las plusvalías, rentas y dividendos que genera Inditex le han permitido diversificar su patrimonio con inversiones con frecuencia sonadas.
Pese al entramado que conforman sus negocios, Ortega sólo es accionista directo de tres de las sociedades que se muestran en el cuadro adjunto: Pontegadea Inversiones (antes llamada Licidia), Gartler e Inversiones Menlle.
El empresario tiene el 97% de Pontegadea Inversiones, que ha ido asumiendo las participaciones significativas en NH Hoteles, Banco Pastor y Aguas de Barcelona. Se dice que tomó la participación en el Pastor por la amistad que le une con su presidente, José María Arias. Pero está claro que ha sido una buena inversión. Pagó hace un año algo menos de 125 millones por un 5% que ahora vale 185 millones. Un 50% más en un año.
En NH Hoteles su actuación fue clave para desbaratar la oferta hostil de Hesperia y conformar un núcleo estable de accionistas que apoya al equipo gestor. En Aguas de Barcelona simplemente tenía la liquidez en el momento en que Endesa vendía su 10%. El otro 5% lo compró Juan Abelló, otro de los hombres más ricos de España.
Ortega tuvo la tentación de entrar en el sector energético hace poco más de un año, cuando el Santander puso en venta el 24% de Unión Fenosa que acabó comprando ACS. Aquella operación frustrada le hizo terminar de perder la confianza en José María Castellano, que durante años fue su colaborador más cercano. Curiosamente, dos de los altos directivos del equipo de Castellano (Diego Copado y Borja de la Cierva) han acabado fichando por El Corte Inglés.
Además de las participaciones en NH Hoteles, Agbar y Banco Pastor, Pontegadea Inversiones posee también el 100% de Ponte Gadea, el holding de la mayoría de las filiales del imperio paralelo de Amancio Ortega.
Ponte Gadea controla dos sociedades de inversión de capital variable (Sicav), unos vehículos de inversiones fiscalmente privilegiados en los que el empresario coruñés depositó la mayor parte de los fondos recaudados con la salida a Bolsa de Inditex. Una la gestiona el BBVA, y otra, el Santander. Ambas tienen nombres de caballo que obedecen a la gran pasión hípica de su hija Marta.
La cartera de Alazán y Keblar está básicamente compuesta por títulos de renta fija, pero ambas tienen también algunas participaciones en Bolsa, entre las que destacan unos 60 millones de euros en el Santander (el 0,07% del capital) y paquetes de pequeña cuantía en Endesa (5,87 millones), Mapfre (3,3 millones), Cintra, Ferrovial, Iberdrola, Fadesa o BBVA.
Además de las sociedades de inversión, de participaciones en tres firmas de capital riesgo (con compromiso de aumentar su presencia) y de una firma biotecnológica, Ponte Gadea ha apostado fuerte por el sector del ladrillo a través de una docena de filiales. En su aventura inmobiliaria a Ortega tampoco le ha dado miedo salir al extranjero. Está presente en Portugal, Francia, México, Estados Unidos y el Reino Unido.
De las sociedades de Ortega en el sector, la más importante es Pontegadea Inmobiliaria. Fundada en enero de 2002, entró en beneficios en 2005 tras tres ejercicios en números rojos que no impidieron un frenético crecimiento. Pontegadea Inmobiliaria ha invertido 654 millones en inmuebles en cuatro años sin temor a asumir deudas bancarias por unos 500 millones.
También tienen un importante volumen las sociedades inmobiliarias en Portugal y México. En total, Ortega ha invertido en torno a 1.000 millones en hoteles, edificios de oficinas y locales comerciales.
Amancio Ortega y su familia controlan también la Sicav Gramela a través de Inversiones Menlle, en la que su mujer y su hija son las accionistas mayoritarias. Menlle también tiene inmuebles arrendados a Inditex y un centro hípico.
En la clasificación oficiosa de los hombres más ricos del mundo que elabora anualmente la revista Forbes, Ortega estaba situado en el puesto 23º con datos de cierre de 2005, cuando su fortuna se cifraba en 14.800 millones de dólares. La lista está encabezada por Bill Gates (50.000 millones de dólares) Warren Buffett (42.000 millones) y Carlos Slim (30.000 millones). En ella los españoles que se situaban más cerca de Ortega eran Rafael del Pino, en el puesto 84º, con 6.500 millones de dólares, y Esther Koplowitz, en el lugar 200º, con 3.400 millones.
Al cambio actual, la fortuna de Amancio Ortega es de 21.765 millones de dólares. Esa cifra le hubiera situado entre los 10 primeros (el séptimo) de la lista del año pasado y en el segundo puesto de Europa tras el fundador de Ikea, el sueco Ingvar Kamprad, con 28.000 millones. Pero habrá que ver qué tal les ha ido este año a sus rivales.
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