El euro pincha por la rebaja del 'rating' de Portugal y las dudas sobre Grecia

Los mercados señalan en rojo a varios países desde hace meses por el deterioro de sus cuentas públicas. Y la Unión Europea, que se ha comprometido a rescatar a quienes tengan problemas, lleva semanas convertida en una jaula de grillos. Esos dos factores se conjuraron ayer para propinarle un duro golpe al euro: la divisa europea llegó a cotizar a 1,33 dólares por unidad, el mínimo en los últimos 10 meses.

La agencia de calificación crediticia Fitch rebajó el rating de Portugal y eso bastó para causar una pequeña convulsión en las Bolsas y una sacudida de mayor escala en el mercado de divisas. La comunidad inversora no termina de olvidarse de Grecia, sumida en una dura crisis fiscal muy contagiosa: los problemas ya han llegado a Portugal, pero Irlanda, España e Italia están en todas las quinielas que pronostican quién será la próxima víctima.

Fitch amenaza al Gobierno portugués con nuevas rebajas en la calificación

Fitch bajó un escalón la deuda lusa -hasta AA-, algo así como un notable bajo- y amenazó con nuevas rebajas. Las tres grandes agencias de calificación llevan meses metiendo presión a los denominados países periféricos, los más propensos a una crisis fiscal a la griega. Los habituales agoreros citaban ayer a España como el próximo objetivo de las agencias, pese a que en las últimas semanas no ha habido ninguna señal en ese sentido.

Europa no ayuda. Alemania lleva semanas cerrándose en banda a un mecanismo de salvamento para Grecia, tal como prometió la última cumbre de jefes de Estado en Bruselas. Ante ese enroque alemán, el Banco Central Europeo dio un inusual toque de atención a la canciller Angela Merkel: "Si Grecia sucumbe, Alemania y otros países acabarán pagando incluso más que si hubieran dado apoyo financiero de forma temporal", aseguró el consejero del BCE Lorenzo Bini Smaghi en una entrevista con el semanario Die Zeit.

Mientras Alemania sigue dando muestras de excesiva ortodoxia (o directamente de insolidaridad), mientras la UE les da la razón a todos los críticos que afirman que la Unión es algo así como un paquidermo ingobernable, los incendios siguen propagándose. El euro se deja casi un 7% en lo que va de año con respecto al dólar: la moneda única flojea tanto como la economía europea, que titubea en la salida de la recesión, aquejada por los riesgos de crisis fiscal y marcada por los problemas en la toma de decisiones en Bruselas. "La falta de claridad respecto a los mecanismos de rescate está penalizando al euro; el crecimiento de la deuda pública, además, resta potencial a la economía a medio plazo. Y las presiones de las agencias de calificación sobre varios países tampoco ayudan", explicó Pablo Guijarro, de AFI. A este paso, "Grecia va camino de la suspensión de pagos de su deuda en algún momento", abundó Paul Donovan, de UBS.

La ya casi habitual sobreactuación de los mercados llegó ayer minutos después de las once de la mañana, en el momento en que Fitch hizo público su informe sobre Portugal. "En las últimas semanas parecía que perdía relevancia la crisis fiscal griega y su potencial contagio, pero los mercados demuestran que siguen siendo muy sensibles a cualquier mala noticia", afirmó Juan Luis García Alejo, de Inversis. "Las declaraciones de los políticos alemanes recalentando la próxima cumbre también perjudican al euro", señaló. Lo curioso es que un país, por encima de todos, se beneficia de esa depreciación del euro, que abarata las exportaciones. ¿Su nombre? Alemania.