Los créditos morosos de Nueva Rumasa se disparan a 161 millones
El grupo hizo grandes inversiones meses antes del inicio de la crisis financiera - Bancos y cajas de ahorros exigen mayores garantías patrimoniales
Los registros de morosos recogen con retraso el estado financiero de las empresas. Por eso, las sociedades de Nueva Rumasa elevan, con el paso del tiempo, sus cifras de impagados a bancos y cajas. Según los datos a los que ha tenido acceso EL PAÍS, los créditos morosos del grupo ascienden a 161 millones de euros, lo que supone el 22,6% del total de los préstamos concedidos. Hasta ahora la cifra conocida era de 76 millones. Además, tiene deudas con la Seguridad Social por 45 millones, incluidos los impagados en el Rayo Vallecano.
Fuentes de Nueva Rumasa consultadas no confirmaron ni desmintieron esta información. El pasado 17 de febrero, 11 empresas del grupo solicitaron preconcurso de acreedores, lo que les da tres meses de plazo para buscar una salida a la complicada situación económica. Hasta el momento, el grupo no ha comunicado ningún avance en las negociaciones con fondos de capital y con otros posibles compradores.
Solo el grupo Clesa tiene deudas de dudoso cobro por 78 millones
Los sindicatos han pedido ayuda a gobiernos regionales y ministerios
Entre los bancos y cajas implicados en la caída de Nueva Rumasa están los mayores del sector. Fuentes de estas entidades comentan que los gestores del grupo han pedido aplazamientos de pagos, a los que se han negado las entidades. Estas lo que buscan son mayores garantías patrimoniales o, de lo contrario, ejecutar los impagados cuanto antes.
De la lista de empresas con números rojos, destaca la más emblemática del grupo, Clesa, dedicada a la comercialización de lácteos. Según los registros bancarios, 78,25 millones están considerados como "dudosos por morosidad", por lo que habrán tenido que cargar esta cantidad contra reservas.
Las entidades financieras tienen seis categorías y la de "dudoso por morosidad" es la segunda peor. La siguiente es "fallido", cuando ya se considera de imposible recuperación y la inversión se da por perdida. De esta cantidad, 21 millones son créditos comerciales, 12 millones préstamos con garantía real, 28 millones con "otras garantías" y el resto son avales a terceros. Los registros apuntan que las principales entidades que trabajan con Clesa son Ibercaja, el holandés Fortis, Cajasol, Cajasur-BBK y el Banco Santander.
La facturación estimada para 2010 de Clesa era de 308 millones, el doble que la de Dhul, según datos de Nueva Rumasa. Tiene plantas en Pontevedra, Burgos, León, Zaragoza, Barcelona y Madrid, por lo que sus problemas se conocen por toda España. Según el presidente del comité de empresa de Clesa Madrid, Javier de Blas, la situación es "bastante crítica" dado que llevan "desde el viernes 18 de febrero sin poder fabricar ante la falta de materias primas".
Los trabajadores no recibieron la paga extra de Navidad ni tampoco la de enero pasado, según el comité de empresa. A requerimiento de este periódico Nueva Rumasa no confirmó ni desmintió esta información. Los trabajadores creen que la empresa tiene "viabilidad" y lo que necesita es "una gran inversión de dinero para sacarla a flote". Los sindicatos CC OO y UGT han pedido ayuda a gobiernos regionales y a varios ministerios, sin avances.
El caso de Clesa es un ejemplo para explicar el ocaso del grupo Nueva Rumasa. En mayo de 2007, cuando solo faltaban tres meses para que estallara la crisis financiera por los billones de dólares invertidos en hipotecas basura, José María Ruiz-Mateos, anunció la compra de la división alimentaria de Parmalat. El grupo italiano vivía una crisis muy fuerte tras protagonizar la mayor quiebra de Europa por el escándalo de la manipulación de cifras y valores bursátiles y necesitaba hacer caja. Ruiz-Mateos ofreció 188 millones, con préstamos de las más importantes entidades españolas, y compró todos los activos inmobiliarios de Clesa, así como todas sus marcas (Clesa, Cacaolat, Helados Royne, Elgorriaga, Trapa y Dhul), y el fondo de comercio. El grupo español absorbió toda la plantilla de Parmalat España, integrada por más de 1.200 personas en puestos directos y más de 3.500 indirectos, con el compromiso de mantenerlos. Nueva Rumasa preveía facturar más de 700 millones de euros al cierre del ejercicio 2007. La multinacional italiana compró Clesa a la familia Fernández en 1998 por 132 millones.
A mediados de 2007, José María Ruiz-Mateos, hijo y padre, protagonizaron una presentación de lo que era el grupo con 9.000 trabajadores. Pero el grupo no existía como tal, era un enjambre de empresas de alimentación, bebidas, distribución, comunicación (Radio Libertad), 24 hoteles, un club de fútbol y tres fundaciones.
Solo faltaba un año para que estallara la crisis en España y los Ruiz-Mateos siguieron pidiendo créditos, que ahora están venciendo y no se pagan. Un experto financiero que sigue de cerca el hundimiento por interés de su entidad describe así la situación: "La mayor parte de los préstamos se dieron entre 2006 y 2009. A partir de esa fecha, empezaron los problemas y la banca cortó el grifo. Algunas empresas no estaban modernizadas, con mercados muy cerrados en su territorio de origen. Los sectores donde están presentes cayeron y, ante esta situación, ellos recurrieron a los pagarés y las ampliaciones de capital de inversores particulares, bordeando la ley. Ahora la crisis es más fuerte y tienen fuegos encendidos por todos sitios. Les falta agua para salir sin quemarse".
Por otra parte, la familia Radó emprenderá acciones legales contra Nueva Rumasa al considerar que ha sido estafada con una operación de compraventa de dos hoteles, ya que el holding pagó supuestamente a los empresarios mallorquines mediante pagarés con firmas falsificadas, informa Europa Press.
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