Los contratos con despido de 33 días crecen más del 50%

La reforma laboral comienza a abrirse paso en el mercado laboral. Entre los objetivos confesados de esta norma, que provocó la huelga general del 29 de septiembre, estaba impulsar el llamado contrato de fomento de la contratación indefinida, una figura que contempla un despido improcedente de 33 días por año trabajado frente al ordinario de 45. Y lo está consiguiendo. Entre junio y diciembre se firmaron 167.193 compromisos de este tipo, un 52,1% más que en el mismo periodo de 2009, según informó ayer el Ministerio de Trabajo.

También pretendía la reforma laboral impulsar el despido objetivo (el que conlleva una indemnización de 20 días por año trabajado) y relanzar los contratos formativos. En estos puntos, los resultados son más modestos.

UGT critica que no se crea empleo y que aumenta la temporalidad

El impulso del contrato de fomento se debe fundamentalmente a la conversión de compromisos temporales en indefinidos. Antes de la reforma de junio, se firmaban unos 2.000 al mes, en diciembre se rubricaron 26.129. No obstante, hay que tener en cuenta que la nueva norma habilitó un periodo que termina a finales de este año en que se bonificaban las conversiones realizadas a través de este tipo de contrato. Por lo que es una incógnita si el impulso se mantendrá después.

Lo que, por el momento, no ha conseguido la reforma laboral es rebajar el peso de la contratación temporal. En los últimos seis meses de vigencia, se han firmado casi 25.000 contratos fijos menos (604.483), pese a que en diciembre se ha notado un avance significativo.

Estos números vienen a demostrar que la recuperación del empleo en esta crisis, como en las anteriores, llegará primero por la vía de la contratación temporal. Posteriormente, esta mejoría se trasladará a los compromisos indefinidos.

Por lo que respecta a los despidos objetivos (20 días), los números también apuntan hacia el camino que marcó el Gobierno: el impulso de esta forma de rescisión (la más barata del ordenamiento laboral). Pero las cifras parecen ser todavía testimoniales. Así cada mes se han despedido con este coste a una media mensual de 13.388 frente a los 12.445 mensuales anteriores.

"La reforma está bien encaminada. Está dando frutos", valoró el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, no sin antes advertir que apenas habían pasado seis meses desde que la reforma entró en vigor y que "hay cuestiones en las que todavía es pronto sacar conclusiones". Además, Gómez admitió que muchos de los instrumentos estadísticos que tiene a su disposición su departamento no están adaptados a la nueva norma. Se refería sobre todo a las modificaciones de condiciones laborales significativas (horario, jornada, centros de trabajo...) y descuelgue salarial, que la reforma pretendía impulsar como alternativa al despido.

La valoración que hace UGT es bien distinta. El sindicato liderado por Cándido Méndez aprovechó el examen de Trabajo para pedir la reversión de la reforma. "La realidad constata que sigue sin crearse empleo; no solo no aumentan los contratos indefinidos, sino que se abaratan y continúa incrementándose la temporalidad del empleo", sentenció.