La banca europea tira de las Bolsas

La publicación de los resultados anuales de los dos grandes bancos españoles ha establecido serias diferencias entre ellos pero, en conjunto, ha servido para consolidar la idea de que el sector financiero español goza de buena salud.

La situación de relativa debilidad de BBVA, con el beneficio estancado y rebaja del dividendo que, además, pagará en acciones de la autocartera, fue aprovechada por Santander para anticipar unas cifras comparativamente mejores, pero inferiores a las propias estimaciones de la entidad, que anunció que ganaría 10.000 millones de euros en 2008.

En cualquier caso, ayer fue un buen día para la banca europea, con subidas que llegaron a superar el 50%, como fue el caso de LLoyds Banking Group. Los avances de más del 10% fueron moneda de uso corriente en esta jornada, lo que podría considerarse como una probabilidad a favor del próximo fin de los problemas de un sector "mimado" por los gobernantes de todos los países.

El Ibex 35 consiguió su mayor subida de esta primera fase del ejercicio, del 4,22%, que le sitúa por encima de los 8.700 puntos, un nivel que hace sólo unos días se habría considerado como utópico. Los valores medianos y pequeños del mercado quedaron rezagados en cuanto a esas subidas y terminaron la sesión con avances del 2,07% y del 1,50%, respectivamente. Tras este tirón del Ibex 35 las pérdidas anuales quedaron reducidas al 5,38%, prácticamente un tercio de lo que llegó a caer en los peores momentos.

Por lo demás, la sesión estuvo huérfana de indicadores económicos importantes, lo que seguramente influyó en la gran recepción que los inversores hicieron de unos datos que, en cualquier caso, son los últimos de una fase y abren la puerta a otra en la que el negocio bancario está en franca decadencia.

En el mercado español también destacó el anuncio de Telefónica de elevar su dividendo con cargo al actual ejercicio en un 15%, en un intento de acallar los rumores sobre una posible caída de sus ingresos. Los inversores reciben con agrado estas reacciones de apoyo a la debilitada confianza en los mercados, sobre todo en casos que, como el de Telefónica, apuntan a un futuro a medio plazo. Como muestra, el volumen negociado en esta sesión subió hasta 3.930,96 millones de euros.