El apetito de los inversores por la deuda española se relaja

España continúa con su lenta vuelta a la normalidad a la hora de financiarse en los mercados de deuda soberana. No obstante, este camino no está exento de problemas y riesgos. De hecho, hoy, en una subasta de deuda a largo plazo, ha visto como bajaba el apetito de los inversores por los bonos del Tesoro. Fruto de ello, aunque ha logrado alcanzar los objetivos mínimos de la emisión, se ha quedado en la parte baja del rango previsto con 3.219 millones cuando el máximo era de 4.000 millones. Eso sí, por segunda subasta consecutiva, también ha logrado reducir ligeramente los intereses de sus bonos a 10 años.

En concreto, el Tesoro ha colocado 2.495 millones de euros en deuda con vencimiento en 2021 con una rentabilidad del 5,409%, por debajo del 5,483% de la última operación al mismo plazo realizada en abril. La demanda, por su parte, se ha frenado de la ratio de cobertura de 2,10 veces de hace un mes a 1,8 veces en un día en el que el mercado se ha visto exigido, además de por España, por Francia, Rusia y otros países del este europeo.

Junto a los bonos a 10 años, España también ha vendido hoy 724 millones de euros en títulos a 30 años. En su caso, el interés marginal -que es el último antes de parar la subasta- ha aumentado. Del 5,89% de la anterior emisión se ha incrementado al 6,011%. Asimismo, pese a la mayor rentabilidad, la demanda también se ha reducido de la ratio de 2,06 veces de abril a 1,9 veces.

Tras conocerse el resultado de la subasta, la presión sobre la deuda española en los mercados secundarios, donde se negocian los títulos una vez emitidos, ha aumentado ligeramante. Fruto de ello, el sobreprecio exigido a los bonos del Tesoro a 10 años frente a los alemanes, de referencia, ha ascendido a 230 puntos básicos, su nivel más alto en un mes aunque lejos todavía del máximo que marcó en noviembre en los 298 puntos básicos.