Las agencias que no vieron la crisis de Islandia se pierden ahora su recuperación
El país volverá a crecer este año y está cumpliendo con las exigencias del FMI, pero sigue con las calificaciones más bajas del grado de inversión
Las compañías de calificación crediticia que fueron demasiado lentas en la predicción del colapso económico de Islandia en 2008 podrían estar subestimando ahora la fuerza de su resurrección. Fitch Ratings dijo en mayo que la isla puede tardar dos años en deshacerse de su categoría de bono basura, mientras que Moody's y Standard & Poor's dan a Islandia su nota más baja dentro del grado de inversión. Sin embargo, esto no ha disuadido a los inversores de tratar de comprar dos veces más deuda que el monto ofrecido en la subasta de bonos del mes pasado en la que el país captó 1.000 millones de dólares en lo que fue su regreso a los mercados mundiales de financiación. Desde que sus bancos cayeran en suspensión de pagos con un agujero de 85.000 millones no han pasado ni tres años.
"Cuando uno se fija en lo exitosa que fue la subasta, está claro que los inversores están haciendo los números por sí mismos y que las calificaciones de crédito de las agencias son menos relevantes", ha explicado Valdimar Armann, economista del gestor de fondos Gamma, de Reikiavik.
La experiencia de Islandia muestra que la agencias de calificación pueden estar sobrereaccionando ante las dificultades de los países con problemas de deuda tras no ser capaces de identificar algunos de los riesgos que generaron la crisis financiera global, ha añadido Armann. Mientras que Moody's mantuvo una calificación de Aaa para Islandia hasta cinco meses antes de que sus bancos quebrasen, la renuencia a mejorar ahora la calificación de crédito de la isla está bloqueando el acceso del país a una base de inversores más amplia, lo que sería positivo para su economía. Además, los productos financieros derivados vinculados a la deuda demuestran que la baja calificación puede estar injustificada, ya que, por ejemplo, los seguros de impago cotizan que el incumplimiento crediticio de Islandia es menos probable que el de España.
"Si las cosas van mejor de lo esperado, la calificación puede subir", ha dicho Paul Rawkins, director senior de Fitch en Londres en una entrevista telefónica. Sin embargo, existen "incertidumbres que se deben tener en cuenta", ha añadido.
"No hay discrepancias"
El jefe de relaciones con los medios de comunicación de Moody's para Europa, Oriente Medio y África, Dan Piels, ha puntualizado que las calificaciones de la compañía "reflejan una multitud de factores, de los que el acceso a los mercados de bonos internacionales es solo uno". "No hay discrepancias en las calificaciones de los miembros de Islandia y la zona del euro", ha añadido.
Por su parte, el director de comunicaciones en Europa de S&P, Mark Tierney, dijo que la compañía hace un "constante" seguimiento de la evolución en Islandia. S&P anunció la semana pasada una nueva metodología de calificación para la deuda soberana "como parte de una serie de iniciativas de transparencia que se están llevando a cabo para ayudar a los inversores a entender mejor el significado de nuestras clasificaciones", ha explicado.
Críticas a las agencias
Las agencias de calificación de riesgos han sido criticadas por las autoridades europeas de exacerbar las turbulencias en los mercados con unas decisiones que, a menudo, han ido en contra de los esfuerzos de las autoridades europeas por poner fin a la crisis de deuda. De hecho, estas críticas se han vuelto a oir hoy desde Bruselas en contra de Moody's, que ayer rebajó la nota de solvencia de Portugal al nivel de bono basura, lo que indica que es una inversión solo apta para especuladores. También el miembro del consejo de gobierno del Banco Central Europeo, Yves Mersch, advirtió en marzo de la "creciente inquietud" existente en Europa sobre la capacidad de las agencias de condicionar el ánimo de los inversores con sus sorprendentes decisiones.
Los recortes en las calificaciones de los países del euro afectados por la crisis en los mercados de deuda han tenido "importantes" efectos indirectos en la región, donde han puesto en evidencia su potencial para avivar la inestabilidad, según reconoció el Fondo Monetario Internacional en un informe publicado en marzo. En opinión del organismo presidido por Christine Lagarde, los recortes en las calificaciones de "economías relativamente grandes" hasta niveles cercanos a los más considerados como los más bajos de inversión han perjudicado al conjunto de los Estados del euro.
Ahora, Bruselas y el FMI están intentando cerrar un acuerdo con los acreedores privados de la deuda de Grecia que no sea considerado por las agencias como un impago efectivo. El país mediterráneo necesita más ayuda después de que el primer rescate, aprobado hace ahora un año por valor de 110.000 millones de euros, se haya confirmado como insuficiente para permitir a Atenas dejar atrás la crisis.
Vuelta al crecimiento
Islandia, que evitó caer en una suspensión de pagos al negarse a rescatar a los acreedores de su banca que habían invertido en bonos de las entidades del país, crecerá un 2,2% este año y un 2,9% en 2012. Gracias a esta reactivación, podrá reducir su déficit público en 1,4 puntos porcentuales en relación a su PIB, según los últimos cálculos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). La eurozona, por su parte, crecerá un 2% en 2011, según estas mismas previsiones. Recientemente, el ministro de Economía islandés, Arni Pall Arnarson, afirmó en una entrevista que "las condiciones económicas actuales exigen un mejor grado de inversión en el futuro".
En opinión de Ingvar Ragnarsson, director del Tesoro de Islandia, "la clasificación crediticia tiene un impacto directo en la base de inversores potenciales". Para este alto cargo, "el acceso a una base más grande y más diversificada de inversores puede ayudar a reducir el coste de financiarse".
En otro signo de que el país está logrando superar las dificultades, los seguros de crédito contra un eventual impago (Credit Default Swaps, CDS) de Islanda han bajado un 14% este año y se han situado por debajo de los de España, la cuarta economía del euro pero también con problemas en los mercados de deuda por sus altos niveles de déficit y deuda.
Fitch fue la primera
Aunque Islandia conservó una buena calificación apta para la inversión hasta su colapso en 2008, Fitch fue la primera en advertir de los riesgos que pesaban sobre el país en 2006 al hablar del "creciente endeudamiento externo neto" que amenazaba su crecimiento. Por el contrario, Moody's dijo en abril de aquel mismo año que "se han exagerado los riesgos derivados de un mayor apalancamiento -endeudamiento- de la economía" del país.
Islandia tuvo que ser rescatada en 2008 con una ayuda de 4.600 millones de dólares (3.211 millones de euros al cambio actual) dentro de un programa liderado por el FMI. Desde entonces, el país ha hecho "progresos impresionantes", según afirmó el mes pasado Julie Kozak, jefe de la misión del Fondo para Islandia.
Durante el pasado abril, Islandia, además, logró evitar que Moody's y S&P rebajaran su calidad crediticia tras el rechazo de los islandeses en referéndum a un acuerdo con Reino Unido y los Países Bajos para entregar 5.600 millones de dólares a los residentes de estos dos países que habían metido su dinero en depósitos del banco quebrado Landsbanki. No obstante, para lograr esquivar el recorte en su rating tuvo que presionar a las agencias, tal y como ha reconocido el propio el gestor de fondos Gamma.
Moody's y S&P mantienen a Islandia con una calificación de Baa3 y BBB-, lo que supone el último escalón antes de entrar en el nivel de bono basura. Además, tienen su rating en perspectiva negativa, lo que abre la puerta a futuras rebajas. Fitch, por su parte, ha elevado su pronóstico de negativo a estable, aunque es la única que sí ha metido al país en el grado de inversión especulativa. Pero esta valoración puede ser demasiado baja y puede haber llegado demasiado tarde, según ha advertido Armann. "Las agencias de calificación se han vuelto menos relevante para los inversores", ha añadido antes de enfatizar que "están detrás de la curva".
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