Zapatero rechaza las recetas del FMI y espera que falle en sus previsiones
El presidente apremia a los agentes sociales para que lleguen a acuerdos
Poco ha tardado el Gobierno en responder al Fondo Monetario Internacional (FMI). El miércoles, el FMI advirtió que España se enfrenta a una dura recesión seguida de un prolongado estancamiento si no realiza "reformas más profundas". Ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, respondió: "No es infrecuente que los organismos internacionales, incluso algunos de los más reputados, se equivoquen en sus previsiones. E, incluso, no es infrecuente que propongan recetas, seguidos quizá por la inercia, que no han conducido a una mejora de la situación".
En el discurso de Zapatero ante los empresarios, que minutos antes habían acudido a la asamblea de la CEOE, no apareció el nombre del FMI. No hizo falta. A nadie se le escapó que respondía al informe que el día anterior había publicado el organismo. El FMI pronostica una caída, al menos, del 1% del PIB español en 2009 y aconseja, entre otras cosas, una reforma laboral reduciendo el coste del despido.
"Todas las previsiones se equivocaron al predecir el ritmo de llegada de la crisis", afirmó Zapatero. Cierto, las del FMI y las del Gobierno. Y añadió: "Ahora tenemos que conseguir con las medidas estamos poniendo en marcha que se vuelvan a equivocar, esta vez para bien, a la hora de anticipar la salida de la crisis".
En la misma línea que el FMI, fue el discurso del presidente de la patronal, Gerardo Díaz Ferrán, ante Zapatero. Reclamó reformas estructurales moderación salarial, más bajadas de tipos de interés y reducción de impuestos. Díaz Ferrán, además, pidió que las medidas de liquidez del Ejecutivo lleguen a las empresas.
La plaza de ayer no era fácil para Zapatero. Se notó desde el comienzo. Su entrada al auditorio, acompañado de Díaz Ferrán, se produjo en medio del silencio. Y al final de su intervención, por encima de los aplausos, se elevaron los gritos en tono de reproche de un empresario: "Las cosas están peor todavía, mucho peor".
Las palabras de Zapatero se vertebraron en torno a las medidas que ha tomado el Gobierno. Implícitamente reclamó paciencia para que comiencen a surtir efecto y provoquen así el error de los negros pronósticos del FMI. Además, apremió a los agentes sociales a llegar a un acuerdo para la reforma de los servicios públicos de empleo y anticipó que la línea de crédito de 10.000 millones del ICO para que las empresas atiendan a sus necesidades de liquidez estará disponible desde el 23 de diciembre.
Por otra parte, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, descartó ayer una reforma del sistema de cobertura para parados, pese a que Zapatero afirmó el pasado martes que el Ejecutivo "mejorará en la medida de lo posible las prestaciones por desempleo".
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