Zapatero propone una ley para limitar el déficit público, incluido el autonómico
El presidente pide "fórmulas flexibles" para fijar los salarios en los convenios
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, está dispuesto a limitar por ley el déficit y la deuda de todas las administraciones públicas, incluidas las comunidades autónomas, según reveló ayer al término del Consejo Europeo extraordinario que debatió en Bruselas, con notable división de opiniones, el "plan de competitividad" propuesto por Alemania y Francia.
El jueves, cuando fue preguntado en presencia de la canciller Angela Merkel por la propuesta alemana de que los socios del euro incluyan en sus constituciones una cláusula que proscriba el déficit público, Zapatero recordó que España dispone de una ley de estabilidad que fija, año a año, el techo del gasto público y que los presidentes autonómicos socialistas han anunciado su propósito de trasladar esta fórmula a sus respectivas comunidades. Ayer fue más lejos, al afirmar: "Si lo que me pregunta es si estoy dispuesto a dar más pasos desde el ordenamiento jurídico para fortalecer el control del déficit, la respuesta es sí".
El jefe del Ejecutivo pide un pacto con el PP para la norma de austeridad
El Banco de España reitera su postura contraria a las cláusulas salariales
Zapatero añadió de inmediato que la nueva norma -probablemente una ley orgánica, aunque él no lo concretó- debería ser fruto de un acuerdo entre todas las administraciones y contar con el apoyo del principal partido de la oposición; lo que, apostilló, no debería resultar difícil pues el PP lo viene reclamando desde hacer tiempo.
En realidad, es el Gobierno el que ha cambiado de postura, en su deseo de hacer un guiño a la propuesta de Merkel, ya que hasta ahora lo consideraba innecesario e incluso flexibilizó en 2005 la ley de Estabilidad Presupuestaría para dar mayor margen a las autonomías.
El presidente español fue uno de los que con mayor entusiasmo apoyó ayer la iniciativa de Merkel y Sarkozy, lo que a su juicio "no debe extrañar a nadie", pues España ya defendió la coordinación y la convergencia de las políticas económicas, incluso con sanciones, durante su presidencia de la UE, lo que le valió un aluvión de críticas. No obstante, se mostró cauto respecto a la propuesta más polémica: la desvinculación del aumento de los salarios y las subidas de precios.
Expresó su confianza en que empresarios y sindicatos, que se han dado de plazo hasta el 19 de marzo para reformar la negociación colectiva, lleguen a acuerdo, que a su juicio no debe consistir simplemente en aceptar o rechazar que los sueldos crezcan de acuerdo con la inflación. Lo importante, agregó, es que la fórmula sea flexible, se "adapte a las circunstancias" y permita mejorar la "productividad". Recordó, no obstante, que en España se ha pasado de vincular los aumentos retributivos a la inflación pasada a ajustarlos a la futura, lo que se ha traducido en moderación salarial. "Lo malo es un modelo rígido e ineficiente que a la postre solo produce pérdida de puestos de trabajo".
El Banco de España, por su parte, ha reiterado que "imprescindible" la moderación salarial para contener la inflación y desaconseja la indexación de salarios.
Zapatero restó importancia a las discrepancias que afloraron en la reunión de ayer, asegurando que la discusión está en una "fase incipiente" y mostrándose seguro de que el pacto se aprobará en marzo. Añadió que lo que más le interesa de esta iniciativa es el acento que pone en la formación profesional y en la innovación y propuso un gran pacto para que España dedique el 3% del PIB a investigación y desarrollo.Añadió que el Gobierno "no se va a relajar" en su plan de reformas estructurales y de ajustes fiscales.
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