La UE quiere que en el futuro la banca pague los costes de la crisis
Trichet asegura que la acumulación de regulaciones y tasas a la banca pueden dañar la recuperación económica
La propuesta que impulsa el comisario de Mercado Interior y Servicios, Michel Barnier, de imponer una tasa a la banca para constituir fondos específico para afrontar futuras crisis financieras ha recibido un jarro de agua fría en cuanto al momento de su aplicación. Aunque los ministros de Economía han coincidido en Madrid en que en el futuro la banca y no los contribuyentes deberá ser quien asuma íntegramente los costes de las crisis financieras, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, ha señalado que una excesiva acumulación de regulaciones y nuevas tasas pueden dañar la recuperación económica.
Trichet se refería especialmente a las reformas en curso como los cambios en la contabilidad previstos en la llamada Basilea 3, que exigirá más capital y de mayor calidad a los bancos y que está previsto que entre en vigor en 2012. Los estudios elaborados indican que los nuevos requisitos previstos por el Banco de Pagos Internacionales de Basilea, podrían obligar a las entidades financieras europeas a reforzar su capital con unos 140.000 millones de euros.
Trichet, expresando el sentir de los banqueros centrales, ha insistido en la necesidad de graduar o "calibrar" la aplicación de las medidas pendientes para "estar seguros de no poner en peligro la recuperación". El presidente del BCE pidió "mucho ojo, porque nos enfrentamos a una situación en su conjunto", por lo que "no se puede actuar de forma aislada".
Las cautelas de Trichet han sido compartidas también por el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, y por la vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, quien ha manifestado que "debemos evitar cargas excesivas que dificulten la recuperación económica". Salgado, que dirigió la reunión del Ecofin al ostentar España la presidencia de turno de la Unión, ha señalado que el criterio que debe imperar en el futuro es el de que "quien contamine pague".
Aunque la Comisión tiene previsto presentar una Comunicación el próximo mes de junio con más detalles sobre los fondos de resolución, las advertencias de los banqueros centrales y las resistencias de la banca pronostican un largo periodo de discusiones hasta que se acuerde una tasa a la banca.
La posición con la que la UE acudirá a la próxima cumbre del G-20 de junio en Toronto, donde se debe avanzar en la reforma financiera, "es reforzar los incentivos para la estabilidad del sistema". Para ello, se baraja la creación de un fondo de resolución de crisis financiado por las propias entidades a través de una tasa a su actividad o sobre las transacciones financieras, extremo todavía no acordado. El objetivo es que en caso de que sea necesario rescatar a algún banco por culpa de una futura crisis o se tuviese que inyectar liquidez en el sistema, como ha ocurrido ahora, todo el dinero no salga de los contribuyentes.
Adaptar el Fondo de Garantía de Depósitos
Sobre el caso de España, Salgado ha comentado que pese a que el fondo anticrisis planteado es similar al Fondo de Garantía de Depósitos que existe en España, nuestro sistema no incluye concepto de medición del riesgo que sí está en la fórmula europea. En caso de que este último finalmente se aprobase, obligaría al español a incorporar estos mecanismos que, en definitiva, establecen las cantidades que deben pagar los bancos en función de otros baremos diferentes a los depósitos, que es el que se emplea en España, como el riesgo asociado a las actividades de las entidades. A mayor riesgo, más dinero.
Sobre la reacción de los bancos a la nueva regulación, el presidente del Consejo de Estabilidad Financiera del Banco Central Europeo (BCE) y gobernador del Banco de Italia, Mario Draghi, ha revelado en declaraciones a Efe que el sector financiero está intentando echar por tierra los esfuerzos para reformar su supervisión y regulación, argumentando que las peticiones de la UE exigen mucho esfuerzo. En cualquier caso, Draghi ha recordado que entrarán en vigor cuando pase la crisis, con lo que los bancos tendrán "mucho tiempo para adaptarse".
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