Sarkozy dice que España "ya no está en primera línea de la crisis"
Zapatero replica a Merkel que el país ya ha hecho "esfuerzos suplementarios" para controlar el déficit
España "ya no está en primera línea" de la crisis de la deuda. Es decir, la economía española ha salido de la zona de riesgo de verse arrastrada por el efecto contagio de la suspensión de pagos de Grecia. Así lo ha certificado, al menos, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, al término del Consejo Europeo celebrado en Bruselas. Sarkozy, cuyo partido pertenece a la misma familia ideológica que el PP español, ha tenido exquisito cuidado en no inmiscuirse en la campaña electoral española y ha atribuido los méritos, por igual, a los "enormes esfuerzos" del presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, como a la "responsabilidad" del líder de la oposición, Mariano Rajoy. Zapatero y Sarkozy se han reunido esta mañana en Bruselas por espacio de unos 15 minutos, pero la conversación se ha centrado en la situación creada por el anuncio de cese definitivo de la violencia por parte de ETA, según fuentes de Moncloa.
El espaldarazo del presidente francés a la economía española se ha producido en una rueda de prensa conjunta con la canciller alemana, Angela Mérkel, quien ha guardado silencio. Todavía el sábado, en un acto con las juventudes de su partido , Merkel reclamaba nuevos ajustes al Gobierno español. "España ha hecho mucho, pero probablemente tendrá que hacer mucho más para restaurar la confianza de los mercados", advirtió.
Fuentes de Moncloa han replicado a la canciller alemana recordado que España ha tomado "medidas adicionales" para asegurar el cumplimiento del objetivo de déficit público, fijado este año en el 6%. "El esfuerzo suplmentario que reclama Merkel ya se ha hecho", subrayan las mismas fuentes. Desde julio pasado, el Gobierno ha tomado una serie de medidas para ahorrar un total de 7.654 millones de euros. Esta cantidad procede de los ingresos por la subasta del espacio radioeléctrico (2.000 millones), de la minoración en el pago de intereses de la deuda sobre las previsiones iniciales (2.000), de la prescripción de medicamentos genéricos (400), de los anticipos del impuesto de sociedades (2.600) y de la no disponibilidad de gastos de diversos ministerios (650). Todo ello, según las mismas fuentes, permite al Gobierno disponer de un "colchón" financiero para compensar el previsible desvío del déficit de las comunidades autónomas, que al cierre del primer semestre ya rozaba el 1,3% del PIB, previsto para todo el año.
Lo cierto es que España llegó a la cumbre de Bruselas con el temor de verse señalada, junto a Italia, como uno de los países cuyo desequilibrio fiscal amenaza la estabilidad de toda la zona euro. Incluso se rumoreó que el presidente español había sido convocado, con Berlusconi, a una reunión en la que Merkel y Sarkozy leerían la cartilla a las dos grandes economías periféricas. Pero no ha sido así. Zapatero ha recibido algunos elogios, como los de Sarkozy, mientras que el primer ministro italiano ha debido soportar las recriminaciones no solo de Francia y Alemania, sino de la Comisión y el Consejo Europeo por no poner en práctica los ajustes prometidos.
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