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El Santander reforzará Sovereign con 1.550 millones

El banco estudia compensar a las víctimas de Madoff

Íñigo de Barrón

La compra de un banco en mitad de una crisis financiera es una operación de máximo riesgo que siempre necesita tomar precauciones. Por eso, el Santander anunció ayer que elevará los saneamientos anunciados en octubre pasado para la compra del estadounidense Sovereign. Entonces anunció provisiones de 1.200 millones de dólares. Ayer, Emilio Botín, presidente del Santander, los incrementó hasta 2.000 millones de dólares (1.550 millones de euros).

El primer ejecutivo del banco anunció estas medidas en la junta extraordinaria de accionistas, celebrada en la capital cántabra, que aprobó una ampliación de capital de 177,4 millones de acciones ordinarias de 0,5 euros de valor nominal cada una. Esta cantidad representa el 2,21% del capital, dedicado totalmente a cerrar la compra de Sovereign.

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El primer ejecutivo del banco reconoció que lo primero que hará cuando el Sovereign pertenezca al Santander es "sanear su balance y ajustar su perfil de riesgo a nuestros estándares". Por eso, además del refuerzo, venderá parte del banco. Según Botín, se acometerá "un plan de reducción de los activos de Sovereign por valor de 10.000 millones de dólares (7.700 millones de euros), que afectará fundamentalmente a la cartera de perfil más financiero, a fin de centrarnos en el negocio de clientes".

Devolución en Madoff

El escándalo por el fraude del hedge funds de Bernard Madoff, que ha afectado a miles de clientes de la entidad, que han perdido 2.330 millones de euros, estuvo presente en la junta.

Emilio Botín modificó su posición respecto al comunicado oficial que hizo el banco cuando reconoció la situación. En un primer momento, el Santander afirmó que "era una estafa" y que la entidad no se hacía cargo de las estafas de terceros.

Sin embargo, ayer puntualizó que "el banco está analizando todos los aspectos relacionados con este tema y valorando el posible ejercicio de acciones legales". Pese a la insistencia de varios accionistas que se interesaban por cómo estaba el banco analizando esta situación, Botín quiso dejar claro que "sobre este tema no voy a decir nada más". Sin embargo, añadió una frase relevante en este asunto: "El cliente es lo más importante y la base de nuestro negocio".

Según distintas fuentes, el Santander es consciente del daño que este fraude ha supuesto para la reputación de la entidad. Las presiones de los clientes son cada vez mayores para que el banco se haga cargo de parte de la inversión. Fuentes del mercado comentaron ayer que el Santander está estudiando devolver un porcentaje de la inversión de los clientes, aunque todavía no han cerrado una posición definitiva.

Por último, Botín alardeó de que el beneficio en 2008 será "magnífico", de los mejores de la banca mundial, y negó que el banco haya cerrado el grifo de los créditos.

Emilio Botín se dirige a los accionistas del Santander en la junta de ayer.
Emilio Botín se dirige a los accionistas del Santander en la junta de ayer.EFE

Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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