Salgado cree que las pruebas no afectarán a las entidades españolas
La vicepresidenta insiste en que todas aprueban con los parámetros propios
Los cinco suspensos se transforman automáticamente en aprobados al aplicarles el criterio español de solvencia financiera. La vicepresidenta para Asuntos Económicos, Elena Salgado, se aferró ayer a este argumento para defender la solidez de la banca española. Como si la vara de medir europea fuera eludible, Salgado insistió durante una comparecencia convocada tras la del gobernador del Banco de España en que, si se tuviera en cuenta el colchón del que disponen las entidades para hacer frente a la adversidad, "todas cumplirían". La vicepresidenta cuestionaba así el diseño del examen elaborado por la autoridad bancaria europea, unas críticas que asegura haber expuesto al propio organismo.
"¿Necesitan más capital? No. El resultado es excelente", aseguró
"Por segunda vez, España hace un acto de transparencia absoluta"
Salgado interpretó el resultado de las pruebas como una hipótesis remota que solo se sostiene "con la definición de la autoridad bancaria europea". Al discrepar de la nota, la titular de Economía optó por cambiar la pregunta del examen. "Esa opción del suspenso puede estar ahí, pero la pregunta es: ¿necesitan estas entidades más capital? Y la respuesta es no", señaló tajante tras considerar "excelente" el resultado. De ese modo ratificaba que no habrá consecuencias reales para el sistema financiero, pues no necesitará capital adicional respecto al que ya había estimado el Banco de España.
Tanto Salgado como el gobernador aportan un reproche sólido a las pruebas: las provisiones genéricas y la deuda convertible en acciones de las entidades deberían haber contado en la valoración. Sin embargo, ese cuestionamiento tan profundo del resultado siembra dudas sobre la verdadera utilidad del proceso. Si las notas no resultan representativas, ¿de qué sirve presentarse al examen? "Por segunda vez, España hace un ejercicio de transparencia absoluta en el sector financiero", alegó Salgado, una frase que, según su criterio, debería acaparar el titular de esta información.
Ese es quizás el principal elemento diferencial de España en las pruebas de solvencia. Frente a la necesidad de presentar como mínimo un 50% del sector financiero a examen, el Banco de España ha sometido al 93% del sector, una decisión que Salgado defiende como ejemplo de transparencia que beneficia al país. La titular de Economía resaltó que las pruebas han sido "particularmente duras" en el caso español y limitó al 0,5% las posibilidades de que se den unas hipótesis tan extremas.
Menos convicción demostró al valorar si estos resultados reducirán las tensiones sobre la deuda en los mercados o, por el contrario, arrojarán más dudas sobre la calidad del pasivo. La vicepresidenta interpretó una posible reacción: "La diferencia entre la prima de riesgo española y la italiana se ha ido estrechando, eso resulta indicativo de que no es una cuestión que afecte solo a España, sino que tiene más que ver con la falta de respuesta a los problemas que tiene Grecia".
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