Reino Unido suaviza la reforma del sistema financiero
La comisión que aconseja al Gobierno insta a fijar un mínimo del 10% de capital básico, pero al final no obliga a segregar sus unidades de banca comercial
La comisión independiente de los servicios financieros británicos ha aconsejado a las autoridades exigir un mínimo del 10% de capital básico a los grandes bancos del país, el mismo nivel que el Banco de España exige a la mayoría de cajas, para garantizar su solvencia. Esta es la principal recomendación del informe presentado hoy por este organismo, creado por el Gobierno para analizar la reforma del sector, y cuyas conclusiones no son tan duras como se esperaban.
En concreto, el informe, que también insta a que las entidades dispongan de planes de liquidación creíbles, finalmente no obliga a los bancos a segregar su unidad de banca minorista de sus otros negocios como el de banca de inversión. En lugar de ello, la comisión aboga por separar estas divisiones. Ante esta posibilidad, Barclays y HSBC habrían amenazado con trasladar su sede fuera de Reino Unido. Su salida hubiera hecho mucho daño a la economía del corazón financiero de Londres, la City europea por excelencia. Por otra parte, pide al Lloyds que se deshaga de unas 600 oficinas.
La comisión para la reforma del sistema financiero fue creada hace un año por el Gobierno británico para proponer cambios en el sector con el objetivo de mejorar su competitividad y evitar que una nueva crisis económica vuelva a dejar a la banca del país en fuera de juego. La reforma era una de la un compromiso del primer ministro, James Cameron, cuando llegó al poder. Este organismo está presidido por John Vickers, de 52 años y antiguo economista en jefe del Banco de Inglaterra. Tras su remisión a Downing Street, ahora se abre un periodo de cinco meses para que el Ejecutivo consulte con los partidos y el propio sector para fijar una propuesta definitiva que debe ser presentada por el ministro de Finanzas, George Osborne, en septiembre.
"En lugar de proponer políticas más radicales sobre el capital o las estructuras -de los bancos-, las conclusiones del informe suponen una combinación de medidas más moderadas", reconoce la comisión. No obstante, añade el texto, "implican costes para los bancos, algunos de los cuales han sufrido con el deterioro económico". Además, frente a las críticas, Vickers ha defendido durante la rueda de prensa en la que presentado el informe que que "en absoluto son medidas a medias. Estas reformas son, absolutamente, de gran alcance", ha asegurado.
En concreto, sobre el modo de preservar a las divisiones minorista de los grandes bancos de los riesgos derivados de sus negocios de inversión, el documento aboga porque las entidades restrinjan sus activos de banca de consumo en una filial separada con sus propias reservas de capital y activos. Esto, en opinión de Vichers, preservaría los ahorros de las familias y los depósitos de sus clientes, así como ayudaría mantener la estabilidad del sistema, frente a una eventual caída de otras actividades.
En su opinión, la opción de separar sus áreas de negocio dentro del propio grupo financiero será "menos costoso" para las entidades que una segregación total. En caso de que uno de los bancos quebrase o sus actividades de inversión se viniesen a pique, la banca de consumo podrá seguir operando. Para el Ministerio de Finanzas, la comisión "aborda de una manera muy profunda la manera en que afrontar el problema de las entidades que son demasiado grandes para caer y la necesidad de proteger a los contribuyentes", según ha declarado el secretario de Economía, Vince Cable.
En los mercados, la propuesta del organismo ha sido recibida con subidas en las acciones de los bancos. "No hay nada en el informe que sea muy oneroso para los bancos", ha valorado Cristopher Wheeler, analista de Mediobanca SpA desde Londres. "Seguramente no es tan dura como el ciudadano de a pie hubiera deseado, pero son buenas noticias para la mayoría de bancos, salvo para el Lloyds", ha añadido. A media mañana, los títulos de Barclays eran los que más subían en la Bolsa de Londres, que cotizaba en tablas, con un repunte del 3,25%, seguido por el Royal Bank of Scotland, que ganaba un 2,37%, mientras Lloyds moderaba los avances al 0,64%. Por su parte, el HSBC se dejaba un 0,64%.
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