Netflix abandona el plan que iba a partir su videoclub virtual

Le empiezan a llamar en la blogosfera como el movimiento Occupy Netflix, por la rabia que generó la decisión de la dirección del videoclub virtual entre sus abonados el anuncio de la separación del servicio de alquiler por correo de películas en formato DVD del de visionado instantáneo de contenido. La revuelta de los abonados forzó a la puntocom a rectificar su plan. Los dos negocios seguirán operando así bajo la marca Netflix, y eso dio aire caliente a los títulos de la compañía en Wall Street, que llegaron a apreciarse un 7% en el arranque de las jornada bursátil tras semanas de descontento que minaron su capitalización.

No hace un mes, Reed Hastings, su consejero delegado, anunciaba que partía la empresa en dos, y que al negocio clásico de enviar DVDs por correo lo llamaría Qwikster. Era su manera de firmar la carta de defunción de ese formato, el mismo negocio con el que remató la cadena Blockbuster, y dejaba la marca Netflix para la nueva tecnología emergente, donde compite con Amazon y Hulu. La idea de Hastings era que cada servicio fuera por un portal separado y que los usuarios tuvieran acceso a listas diferentes de películas y series. Anuncio que acompañó con una disculpa, por la subida de precios en el abono.

El máximo responsable de Netflix admite de nuevo su error, el segundo en menos de dos meses, y opta por corregir el tiro para frenar la desbandada de clientes, pero sobretodo de inversores, que necesita para dar continuidad a su expansión más allá de EE UU y Canadá. El popular videoclub en Internet acaba de aterrizar en América Latina, por Brasil, y se espera que llegue a comienzos del próximo año a España y otros países de Europa.

"Hay una diferencia entre moverse con rapidez e ir demasiado rápido, lo que hemos hecho en ese caso", remachó Hastings en su blog. Olvidó que el cliente quiera las cosas simples. Los continuos traspiés por parte de la dirección de Netflix, sumado a la confusión reinante entre sus 24 millones de clientes, provocaron que el valor de su acción cayera un 60% desde julio pasado, cuando se anunció la subida de precios.