Lluvia de liquidez contra la recesión
El BCE comprará activos por 60.000 millones y amplía a 12 meses el plazo de los préstamos a la banca - Los tipos bajan al 1% y no se descartan nuevos recortes
Los tipos al 1%: insólito. Barra libre de liquidez a un plazo de 12 meses para saciar la sed de la banca: lo nunca visto. Y puesta en marcha de la máquina de imprimir dinero, una medida que adentra a la eurozona en territorio semidesconocido. El Banco Central Europeo (BCE) decidió ayer seguir los pasos de todos los grandes bancos centrales del mundo, que llevan meses saltándose el guión habitual, y amplió su arsenal para luchar contra la recesión económica y la trombosis del sector financiero. Hizo más: dejó de lado su obsesión inflacionista y reconoció que la solución a la crisis, que va a peor en la eurozona, pasa por activar medidas drásticas.
Un nuevo mínimo histórico en el precio del dinero y 60.000 millones de euros para la compra de activos. Más madera, pues, para la lucha contra la recesión en el BCE, que rebajó los tipos en un cuarto de punto adicional -hasta ese 1%- y anunció la adquisición de cédulas hipotecarias (títulos respaldados por hipotecas), que finalmente serán las protagonistas de la versión europea de la máquina de imprimir dinero.
Su presidente, Jean-Claude Trichet, evitó las sorpresas: los mercados esperaban el recorte de tipos y alguna señal en la compra de activos, y recibió exactamente eso, aunque los expertos consideran que los 60.000 millones destinados a la adquisición de cédulas son insuficientes y que hay margen para seguir abaratando el precio del dinero. El propio Trichet no descartó futuras rebajas de tipos. La crisis obliga: el presidente habló de cierta estabilización de la economía "a niveles muy bajos", después de que el primer trimestre haya resultado "mucho más flojo de lo esperado".
Estaba previsto también el anuncio de una tercera medida de gran calado ante el bloqueo que persiste en el sistema financiero: el eurobanco amplía la barra libre de liquidez a la banca, una modalidad de crédito a tipo fijo que hasta ahora se otorgaba a seis meses y cuyo plazo se estira hasta los 12 meses. En principio, esa iniciativa -combinada con las dos anteriores- mejora el acceso a la financiación de la banca y debería abrir la espita del crédito, cerrado a cal y canto a pesar de las inyecciones masivas de liquidez y de las multimillonarias ayudas públicas al sector financiero. Además, se espera que el nuevo arsenal anticrisis reduzca los intereses que pagan particulares y empresas por su deuda.
Con esas tres novedades, el BCE asume una posición intermedia entre quienes pedían pasos drásticos en la línea de Estados Unidos y los que, con Alemania y su Bundesbank a la cabeza, pedían mesura. "Las medidas no convencionales tenían que llegar, pero queda mucho por concretar para saber si con eso Trichet conseguirá aliviar las interminables tensiones de los mercados", apuntó Pablo Guijarro, de AFI.
José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, explicó que el paso adelante de Trichet "va por fin en la dirección correcta", después de la timidez demostrada por el BCE en el último año y medio. "Es un reconocimiento de que la eurozona le ha perdido el miedo a una salida inflacionista de la crisis", cerró.
"Se trata de reanimar el mercado", señaló Trichet en relación a la gran novedad, la compra de activos. Pero la alegría irá por barrios: el mercado de cédulas hipotecarias es especialmente potente en Alemania, Francia y España, mientras que en otros países es menos representativo. España concentra en torno a 330.000 millones, un 20% de lo que mueven esos activos en la eurozona. Y es precisamente Alemania, el oponente más recalcitrante a una política monetaria agresiva, el principal beneficiado. Los denominados pfandbriefe son el veneno que lastra a muchos grandes bancos alemanes, entre ellos el Hypo Real Estate, salvado sólo por la campana de las ayudas públicas y en proceso de nacionalización.
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