Iberia cancela un 10% de sus vuelos por la "huelga de celo" de los pilotos
El Sepla niega paros ilegales y amenaza con querellas contra la compañía
Iberia canceló ayer unos 50 vuelos (la media diaria programada es de unos 500) la mayoría en rutas domésticas, por la supuesta "huelga de celo" de la que acusa a los pilotos del sindicato Sepla. La compañía informó de que el 47% de sus vuelos estaban retrasados en la tarde de ayer, por la actitud de los pilotos de trabajar a reglamento o poner trabas al normal funcionamiento de la compañía.
El director general de la aerolínea, Enrique Donaire, envió una carta al presidente de la sección sindical de Sepla, Justo Peral, el pasado viernes en la que advertía de que sancionaría a los pilotos de los que se acredite un comportamiento de ese tipo. Peral respondió ayer con otra misiva en la que emplaza a la compañía a retirar sus "graves acusaciones" y anuncia querellas si las mantiene, además de señalar que denunciarán los incumplimientos de la Ley de Seguridad Aérea que, según los pilotos, Iberia les obliga a incumplir.
El trasfondo del conflicto es la negociación del convenio de pilotos (que continúa el miércoles). El desacuerdo estriba en dos puntos: la participación del personal de Iberia en la futura compañía fusionada con British y el estatus del comandante en relación a la responsabilidad en cuestiones de seguridad, según el Sepla.
Pero en todo caso el sindicato niega que haya ninguna huelga de celo ni trabajo a reglamento. "Simplemente ahora no hacemos favores", afirma Peral, que añade que falta un centenar de pilotos para cubrir las necesidades de la compañía. "Antes había 10 pilotos de imaginaria y ahora sólo uno", asegura.
En la compañía, en cambio, insisten en que, aunque aún no hay abierto ningún expediente disciplinario, existen indicios de demoras injustificadas. Ponen como ejemplo un piloto que se bajó del avión en Johanesburgo (Suráfrica) para ir a por tabaco y luego reclamó un coche para volver al aparato en vez de acceder por la pasarela.
Aparte de esas disputas, los clientes de Iberia sufren las consecuencias, aunque con los aviones medio llenos no está resultando demasiado difícil reubicarlos en otros vuelos. Ayer la compañía publicó el tráfico de noviembre, un mes en el que la ocupación se redujo respecto al mismo periodo de 2007 en 2,5 puntos (hasta el 77,1%), un bajón más acusado aún en las rutas domésticas (ocho puntos menos).
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