Gran redada en EE UU contra los culpables de la crisis hipotecaria
El FBI acusa a 406 personas en la Operación Hipoteca Maligna
Estados Unidos ha emprendido una gran redada contra los supuestos culpables de la crisis de las hipotecas basura, el desastre del mercado hipotecario que ha sacudido a los bancos de medio mundo y ha provocado una crisis financiera que ha contagiado a la economía real.
El Departamento de Justicia, en coordinación con el FBI, anunció ayer que desde marzo lleva presentados cargos criminales contra 406 individuos, por su presunta responsabilidad en el colapso del mercado hipotecario. Unos 300 de los acusados han sido detenidos dentro de una gran operación bautizada como Hipoteca Maligna.
El anuncio de la operación fue realizado horas después de que se practicase la detención de Ralph Cioffi y Matthew Tannin, antiguos gestores de dos fondos de Bear Stearns, el símbolo de la debacle financiera.
Dos gestores de Bear Stearns fueron arrestados ayer en Nueva York
El regulador de Bolsa quiere seguir investigando otros casos en Wall Street
Las autoridades investigan 144 fraudes por unos 650 millones
Cerca de 300 inculpados han sido detenidos en tres meses y medio
La actuación contra los causantes de la crisis subprime se lanzó hace tres meses y medio a escala federal. En ella han participado una decena de organismos, desde el servicio secreto a la agencia tributaria, pasando por la inspección postal o los servicios de inmigración y aduanas. El objetivo de esta acción, como indicaron fuentes judiciales en Washington, es "combatir el fraude y conductas criminales" en el mercado inmobiliario y de crédito.
La investigación ha descubierto 144 casos de supuesto fraude hipotecario "en todas las regiones de Estados Unidos y en más de 50 distritos judiciales", según un comunicado del FBI, que ha practicado detenciones en grandes ciudades como Nueva York, Chicago, Atlanta, Dallas, Houston y Miami. Las autoridades cifran en 1.000 millones de dólares (unos 650 millones de euros) el perjuicio económico.
Las primeras detenciones empezaron a realizarse ya en marzo, aunque como indicó ayer fiscal general adjunto Mark Filip, sólo el pasado miércoles se realizaron 60 arrestos. "Este tipo de fraude representa una seria amenaza para la economía y la estabilidad del mercado inmobiliario", remachó.
La investigación, que sigue abierta, afecta a firmas financieras, abogados y prestamistas que operaban en el mercado hipotecario o que ofrecían otros tipos de productos financieros vinculados a estos créditos de alto riesgo.
Las autoridades han detectado en estos meses diversas fórmulas de fraude hipotecario entre las que figuran falsificaciones, engaños y otros abusos criminales para financiar, comprar o asegurar los préstamos hipotecarios.
La operación Hipoteca Maligna ha identificado tres grandes tipos de abusos: fraude en el préstamo, timos sobre el rescate de embargos y suspensión de pagos fraudulentas ligadas a la hipoteca. En el fraude en el préstamo se concedían hipotecas falseando el estatus financiero del hipotecado, exagerando sus ingresos o sus activos, utilizando datos de empleo falsos o sobreestimando el valor del inmueble. En esas prácticas está el origen de la crisis hipotecaria, pues la morosidad sobre esas hipotecas ha sido gigantesca.
Por su parte, el timo sobre el rescate de embargos consiste en que unos delincuentes se dirigen a los propietarios legítimos con dificultades económicas y les cobraban comisiones para evitar los embargos o se hacían con parte de la propiedad de sus casas. Ambos esquemas podían verse agravados por solicitudes de suspensión de pagos fraudulentas.
El FBI lleva investigando en torno a 1.400 casos de fraude tras el estallido de la burbuja hipotecaria el pasado verano. Robert Mueller, director de esta agencia federal, pretende que esta operación sea un ejemplo para disuadir el fraude. El Departamento de Justicia, por su parte, está pidiendo más medios al Congreso de EE UU para poder combatir con más rigor este tipo de abusos. Los bancos informaron el año pasado de unos 53.000 casos sospechosos de fraude hipotecario, una cifra récord que supone 10 veces la que se alcanzaba hace cinco o seis años.
Además de los casos referidos a hipotecas individuales, el Departamento de Justicia se ha lanzado a investigar también los fraudes con valores hipotecarios, cuya difusión amplificó el impacto de la crisis subprime. En esa parte de la investigación se inscribe la detención de los dos gestores de Bear Stearns realizada ayer. Cioffi y Tannin están acusados de conspiración, fraude bursátil y fraude en las comunicaciones. El primero también está acusado de uso de información privilegiada. Podrían ser castigados con hasta 20 años de prisión. El arresto se produjo a primera de ayer en sus respectivos domicilios, por agentes del FBI.
Los cargos señalan que los dos gestores comercializaban sus fondos como si se tratase de productos de bajo riesgo respaldados por títulos de deuda como las hipotecas. Sus nombres eran todo un poema: Fondo master de estrategias de crédito estructurado de gran calidad y elevado endeudamiento, y Fondo de estrategias de crédito estructurado de gran calidad. Según la acusación, los gestores ya sabían en marzo de 2007 que sus fondos se encontraban en una situación crítica, pero lo ocultaron para evitar la huida de los inversores. Su derrumbe en el verano de 2007 provocó pérdidas de 1.400 millones de dólares (unos 900 millones de euros)
Bear Stearns se convirtió hace un año en el primer banco en revelar cómo se iba extendiendo con rapidez la mancha por sus cuentas. Entonces se dijo que era un problema sólo del banco. Hasta que la crisis salpicó y colapsó el mercado de crédito a escala global, y obligó a las autoridades monetarias en EE UU y Europa a actuar contra la hemorragia.
La entidad neoyorquina está en manos ahora de JP Morgan Chase, tras una maniobra de rescate sin precedentes, respaldada por la Reserva Federal.
El presidente de la Securities and Exchage Commission (la SEC, la autoridad reguladora del mercado de valores en EE UU), Christopher Cox, dijo que esta acción pretende proteger a los inversores y restaurar la confianza del público en el sistema financiero. La SEC, como ya sucediera tras el estallido de los escándalos corporativos, estaba siendo muy criticada dentro y fuera de Wall Street por no haber emprendido medidas para castigar este tipo de conductas fraudulentas.
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