Fitch amenaza con rebajar la nota de solvencia de España hasta en dos escalones
La agencia de calificación da un respiro a Francia y mantiene de momento su AAA. -La conclusión de su revisión conjunta de la eurozona se publicará el día 31
La agencia de calificación de riesgos Fitch ha avanzado hoy que la revisión de las notas de solvencia de los países del euro más expuestos a la crisis de deuda que inició el pasado diciembre puede concluir con una rebaja de hasta dos escalones para España. De cumplir con la amenaza, la sociedad recortaría su evaluación de la calidad crediticia de España a largo plazo desde su actual nivel de AA- (la cuarta más alta posible y el equivalente a un notable) a una simple A (un bien).
Según ha explicado el jefe de ratings de la región de Europa y Oriente Próximo de esta agencia, Ed Parker, los socios con más problemas fiscales y sometidos a una mayor presión en los mercados -España e Italia incluidas- podrían sufrir una rebaja de uno o dos escalones. Junto a estos dos Estados, Fitch colocó en revisión para un posible recorte a Bélgica, Eslovenia, Irlanda y Chipre a finales del año pasado. Entonces, la sociedad justificó su decisión en que la cumbre europea que se esperaba clave de principios de diciembre no despejo las dudas sobre una pronta salida a la crisis. Está previsto que las conclusiones del proceso de revisión se publiquen el 31 de enero.
En el caso de España, junto a los problemas comunes de un alto déficit y problemas de financiación en los mercados de deuda soberana, los motivos concretos que podrían acabar por decantar a Fitch del lado de los recortes pasan por el sector financiero y sus débiles perspectivas de crecimiento. En este segundo apartado, según las últimas previsiones revisadas a la baja por la agencia, Fitch augura un estancamiento de la economía española en 2012 y un crecimiento del 1% en 2013. "La capacidad de los países para generar un crecimiento económico sostenido este año será un punto clave", ha insistido el director de calificaciones soberanas de la sociedad, David Riley.
En cuanto a la banca, el responsable de instituciones financieras de Fitch, James Longsdon, ha añadido que "la previsión es en su mayoría negativa para los bancos en países como España, Italia y Portugal". Esto es debido, ha explicado, por "las crecientes preocupaciones soberanas y económicas y su implicación para el coste de financiación" de las entidades. Sobre este extremo, aunque en su opinión el riesgo está "amortiguado hasta cierto punto" por el papel del Banco Central Europeo (BCE), hay diferencias entre los países. En este punto, para España está "exacerbado" por la "intensa crisis inmobiliaria" que atraviesa.
Además de esta agencia de calificación, sus colegas de Standard & Poor's también tienen a España en perspectiva negativa dentro de un proceso más amplio de actualización de sus notas sobre la eurozona abierto semanas antes que el de Fitch. La decisión de poner la calificación de un país en perspectiva negativa implica que hay un un 50% de posibilidades de sufrir los efectos de la tijera en un plazo máximo de 90 días.
Por su parte, el Gobierno francés, enfrascado en una intensa campaña por mantener la triple A y a las puertas de una reválida en las urnas, mantendrá de momento la matrícula de honor sobre su solvencia financiera. El portavoz de esta sociedad, una de las tres que domina el negocio de la medición de riesgos, ha avanzado que no prevén recortar por ahora la AAA de Francia, cuyo rating está en perspectiva negativa desde el 16 de diciembre.
"En base a algunas tendencias actuales económicas y fiscales en Francia no prevemos una rebaja este año", ha afirmado Ed Parker a Reuters en los pasillos de un seminario de Fitch en Londres. En cuanto a Austria, que también cuenta con una calificación AAA, el analista ha agregado que su matrícula de honor de la solvencia está a salvo a pesar de que los acontecimientos en Hungría suponen un riesgo para su economía. Sobre el resto de socios del euro con triple A como Alemania, Holanda, Finlandia o Luxemburgo, Parker ha asegurado que su perspectiva sigue estable siempre y cuando la crisis de la zona euro no se deteriore significativamente.
Parker ha vaticinado que la zona euro atravesará la crisis de deuda "a trompicones" y ha ha dejado la puerta abierta a que el BCE tenga que asumir un papel más activo para salvaguardar la Unión Monetaria.
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