EE UU sale al rescate de Citigroup
El plan está valorado en 254.000 millones de euros - Incluye una inyección de capital y la garantía estatal para activos 'tóxicos' - La entidad subió en Bolsa un 50%
Las autoridades financieras en Estados Unidos han respondido a la histeria que domina Wall Street con un sofisticado y masivo plan para rescatar al gigante Citigroup, en un intento por devolver la confianza sobre la entidad y asegurar así su futuro. El Gobierno no permitirá que caiga la entidad. Por eso, inyectará 20.000 millones de dólares (unos 15.500 millones de euros) en el banco a través de la compra de acciones preferentes y proveerá protección a activos tóxicos por valor de 306.000 millones (algo más de 238.000 millones de euros) para limitar pérdidas futuras.
Los títulos de Citigroup subieron ayer un 57,8% como respuesta al creativo plan de rescate diseñado por el Departamento del Tesoro, la Reserva Federal (Fed) y el fondo de garantía de los depósitos (FDIC). Es el más ambicioso acometido hasta la fecha en EE UU. Su objetivo: evitar un nuevo lunes caótico en los mercados, como el originado el pasado 15 de septiembre por la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers. Con la fórmula pactada para Citigroup se evita además una intervención directa como la que se llevó a cabo en octubre en la aseguradora AIG, de la que el Gobierno asumió el control tras inyectar capital de forma masiva.
Se pretende evitar un caos bursátil como el que provocó Lehman
Si funciona, puede ser el modelo que se aplique a otras entidades
En síntesis, y tras otro fin de semana frenético para la industria financiera, se da con una fórmula ingeniosa con la que se logra separar en dos estructuras los activos buenos en la cartera del banco de los malos, y sanear así su balance. Para conseguirlo, la acción gubernamental se construye sobre varios elementos. El Tesoro inyectará 20.000 millones de dólares del fondo de estabilidad financiera, que se sumarán a los 25.000 millones ya movilizados el mes pasado. Esa inyección le dará al Estado acciones preferentes con un 8% de rentabilidad anual. En paralelo, se garantizarán de forma gradual activos de riesgo por valor de 306.000 millones vinculados a hipotecas y crédito contaminado. Una garantía que tiene como fin evitar nuevas pérdidas que puedan minar su cartera.
Bajo esta fórmula, de producirse pérdidas en los activos respaldados, Citigroup cubriría los primeros 29.000 millones de dólares de agujero. Pero si se rebasara esa cifra, sería el Estado quien cargaría con el 90% de los números rojos, mientras Citigroup asumiría el otro 10%. En concreto, el Tesoro se haría cargo de los 5.000 millones siguientes de pérdidas, la FDIC absorbería los 10.000 millones sucesivos y la Fed entraría en escena cuando se rebasaran los tres límites, facilitando un préstamo. Los activos residenciales estarán garantizados durante diez años y los no residenciales cinco.
A cambio de la garantía estatal, Citigroup emitirá 7.000 millones en títulos preferentes para el Tesoro y la FDIC con un retorno que será también del 8% anual y se compromete a recortar el dividendo a un céntimo por trimestre durante tres años, lo que diluye en cierta manera las acciones de los inversores. De este modo, el Estado controlará en total 27.000 millones de dólares en títulos (20.000 de la inyección y 7.000 de la ampliación).
En paralelo, se someterá a aprobación del Gobierno un plan para limitar las retribuciones a sus ejecutivos y aplicará el programa de la FDIC para modificar las hipotecas a riesgo y evitar así nuevos desahucios.
A pesar de que todo apuntaba a que, tomando como referencia otros casos, la intervención del Gobierno iría acompañada de un cambio en la cúpula de la entidad, de momento su consejero delegado, Vikram Pandit, parece que sobrevivirá. Pero deberá demostrar que es capaz de conseguir que el banco empiece a ganar dinero. La entidad acumula unos 51.000 millones en pérdidas, según Bloomberg, relacionados con la crisis de las hipotecas basura.
Pandit no lleva ni siquiera un año al frente de Citigroup. A las pocas semanas de hacerse con las riendas, presentó un agresivo plan de reestructuración del conglomerado, para desprenderse de los activos de riesgo y reducir su tamaño. Así anunció una primera ola de despidos que afectó a 23.000 empleados, que amplió a otros 52.000 despidos la semana pasada (20% de la plantilla).
Citigroup pareció reconducir la situación, hasta el punto de que en octubre era elegido por la FDIC para hacerse con los depósitos de Wachovia en una operación de rescate. Pero el panorama cambió radicalmente cuando Wells Fargo puso una oferta más ambiciosa sobre la mesa. A partir de ese momento, las acciones de Citigroup se vieron atrapadas en una espiral perversa que le llevó a perder en un mes un 80% del valor y que minó la confianza hacia sus gestores. El banco, con 200 millones de clientes y dos billones de dólares en activos es casi como un país. Por eso las autoridades financieras se han visto forzadas a entrar en escena.
Pandit calificó la solución de "innovadora". Los analistas van más allá y creen que si la fórmula funciona podría aplicarse para aliviar la situación financiera de otras entidades cuyo balance está contaminado por activos tóxicos y que plantean un riesgo para la estabilidad del sistema. Pero advierten que el éxito no depende tanto de la dimensión del rescate, sino de que Citigroup mire hacia otro modelo de gestión, más manejable y que controle mejor el riesgo.
Las claves
- El paquete total que el Gobierno pondrá en marcha para ayudar a Citigroup asciende a 326.000 millones de dólares (254.000 millones de euros).
- Del total, el Tesoro y la Corporación de Garantía de Depósitos pondrán 306.000 millones de dólares en garantías sobre los activos contaminados de la entidad, para devolver así la confianza sobre sus acciones.
- El Tesoro inyectará además 20.000 millones con la compra de acciones preferentes, extraídos
del fondo de rescate gubernamental.
- A cambio de la garantía estatal, Citi emitirá 7.000 millones de dólares
en títulos preferentes
para el Estado, que en total controlará 27.000 millones de dólares en acciones.
- Dentro del acuerdo de garantías, se contempla que Citi asumirá las pérdidas que puedan producirse en
su cartera hasta los 29.000 millones de dólares. A partir de esa cifra, Citi asumirá el 10% y el Gobierno cargará con el 90% restante.
- Esta ayuda se suma a otra inyección ya efectuada en octubre de 25.000 millones de dólares.
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