EE UU estudia entrar en el capital de General Motors
El reloj sigue la cuenta atrás y la presión de acreedores y sindicatos crece para que General Motors (GM) se siente a negociar. Pero ante las dificultades con las que se topa la compañía para pactar un plan de salvación, el Tesoro de EE UU habría comunicado ya a Detroit que prepare el terreno para declarar la suspensión de pagos.
Con ese panorama, los títulos de GM entraron, otra vez, en la senda negativa al dejarse más del 16% tras los detalles sobre la empresa publicados por The New York Times. Hay confusión sobre el futuro a corto plazo de la compañía. El presidente Barack Obama habló hace dos semanas de que la bancarrota estaba sobre la mesa, y de que sería lo más corta posible (entre dos semanas y tres meses), para evitar un trauma a la economía.
La idea que ronda por la Casa Blanca es separar los activos "menos deseados" de la compañía de los que pasarían a integrar la nueva GM. Es un proceso similar al que se siguió para la resurrección de Parmalat. La GM mala, es decir, las marcas y plantas menos rentables, así como las obligaciones sociales más costosas, quedarían así bajo supervisión de un tribunal para reestructurar o, llegado el caso, para liquidar esos activos. El plazo para llegar a un pacto vence el 1 de junio, si no, deberá declararse en suspensión de pagos.
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