Díaz Ferrán maniobra para librarse de culpa en la quiebra de Air Comet
La empresa del líder de la CEOE presenta de golpe y fuera de plazo sus cuentas consolidadas de tres años - El auditor ve grandes deficiencias en la contabilidad
Air Comet llevaba años sin presentar sus cuentas consolidadas, a lo que está obligada por ley como empresa, cuando cesó de forma abrupta sus operaciones el pasado diciembre de 2009. Y en un mismo día, el pasado 22 de febrero de 2010, cuando la compañía ya estaba quebrada en la práctica y los plazos legales habían vencido, cumplió: Air Comet aprobó de una tanda las de los tres últimos ejercicios fiscales cerrados. Lo hizo un mes antes de solicitar el concurso voluntario de acreedores (antigua suspensión de pagos).
Con esta maniobra, los administradores de la sociedad -el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, y el vicepresidente, Gonzalo Pascual- pretenden librarse de ser declarados culpables de la suspensión de pagos de la aerolínea. Esa declaración podría conllevar una inhabilitación de 2 a 15 años, a la obligación de indemnizar por daños y perjuicios y, en algunos supuestos, a pagar a los acreedores, total o parcialmente, con su patrimonio.
Las pérdidas del grupo casi triplican las conocidas hasta ahora
La culpabilidad puede suponer inhabilitación de 2 a 15 años
La aerolínea se escuda en la falta de información de Aerolíneas Argentinas
Marsans prevé recurrir ante el juez la solicitud de suspensión de pagos
La Ley Concursal determina que el concurso no se declarará fortuito, sino culpable en varios supuestos, y el primero que cita es "cuando el deudor legalmente obligado a la llevanza de contabilidad incumpliera sustancialmente esta obligación, llevara doble contabilidad o hubiera cometido irregularidad relevante para la comprensión de su situación patrimonial o financiera (artículo 164)".
Las pérdidas de las cuentas consolidadas (las del grupo) de los tres últimos ejercicios casi triplican las individuales (301,5 frente a 116,3 millones), que son las que la compañía había hecho públicas hasta ahora en el Registro Mercantil.
La ley también encuentra presunción de dolo o culpa grave "si el deudor obligado legalmente a la llevanza de contabilidad, no hubiera formulado las cuentas anuales, no las hubiera sometido a auditoría, debiendo hacerlo, o, una vez aprobadas, no las hubiera depositado en el Registro Mercantil en alguno de los tres últimos ejercicios anteriores a la declaración de concurso (artículo 165)".
La norma habla de "tres últimos ejercicios anteriores a la declaración de concurso" y tres años son justo los que ha presentado ahora la aerolínea. De hecho, Air Comet no ha presentado tampoco las cuentas consolidadas del ejercicio previo, el de 2006, cuando también estaba obligada a ello por ley.
Fuentes de Air Comet recuerdan que han presentado las cuentas individuales y aseguran que no se han consolidado en todo este tiempo "porque había que confrontar la información con Aerolíneas Argentinas y no había colaboración por esa parte", pese a que en realidad esa parte también estaba controlada por el grupo de Díaz Ferrán. Estas dificultades no desaparecieron el pasado febrero, pero Air Comet sí optó por consolidar las cuentas "para presentar el concurso de acreedores de forma correcta", según fuentes de la empresa, que no consideran que el objetivo de ello sea evitar la declaración del concurso como culpable.
El Gobierno argentino optó en 2008 por la nacionalización de Aerolíneas, decisión por la que que los empresarios españoles reclaman una indemnización. Díaz Ferrán y Pascual se hicieron con ella en 2001, por el precio simbólico de un euro, pero con una abultada deuda. La Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) adjudicó el 92,1% de la compañía a Air Comet, que se hizo con la mitad de la deuda de la aerolínea, de 1.200 millones de dólares. El resto lo sufragaban las arcas públicas españolas.
En sus tres informes sobre las cuentas ahora presentadas fuera de plazo, los auditores propinan a Air Comet un triple varapalo por las enormes deficiencias de la contabilidad de la empresa del líder de la patronal. Falta de información, anticipos contabilizados como ingresos, problemas administrativos, incertidumbres sobre la empresa y otras carencias llevan al auditor (Javier Estellés, de la firma Laes Nexia) a negarse a expresar una opinión sobre las cuentas de Air Comet. Además, el auditor recalca que cuando la auditoría elaboró su informe, la empresa ya había dejado de operar.
Air Comet cesó el pasado 21 de diciembre, después de que un juez británico ordenase el embargo de la flota de aviones a instancia de la compañía que se los alquilaba. Acto seguido, Aviación Civil les retiró la licencia. Sin embargo, no fue hasta el pasado 22 de marzo cuando la compañía solicitó formalmente el juez el concurso de acreedores. Entonces, comunicó un pasivo de 160 millones de euros, pero el Juzgado de lo Mercantil número 8 de Madrid declaró el concurso con una deuda de 310 millones, casi el doble.
Al declarar el concurso, el juez solicitó a Air Comet más información sobre el estado de sus cuentas y advirtió a sus propietarios, Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual, de que si no cumplían este requerimiento "se entenderá que la concursada incurre en falta al deber de colaboración, con cuantas consecuencias de ello se deriven, civiles y penales".
El presidente de la patronal afronta ahora la situación crítica de su mayor empresa, Viajes Marsans. Un juzgado de Madrid ha admitido a trámite la solicitud de concurso de acreedores necesario de Marsans que presentó la naviera Grimaldi por una deuda de 80.000 euros. El auto recalca que la compañía puede interponer un recurso en el plazo de cinco días hábiles, transcurridos los cuales el juzgado puede declarar el concurso. Fuentes de Marsans señalaron que prevén recurrir.
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