La CEOE pide al Gobierno que retrase dos años la subida del salario mínimo
La incertidumbre económica actual no es la más propicia para que las empresas gasten con alegría. Este convencimiento ha impulsado al presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, a pedir al Gobierno que retrase, al menos durante dos años, la subida del salario mínimo prometida para esta legislatura. El programa electoral socialista compromete un aumento de esa renta de los 600 euros actuales a 800 en 2012.
"No creemos que 2008 y 2009 sean los dos mejores años para hacerlo. Habrá que esperar", sugirió el presidente de los empresarios en un almuerzo organizado por el Foro Abc. Díaz Ferrán argumenta que una subida del salario mínimo se traslada a todos los convenios colectivos. "Eso sí que es un desastre", concluyó.
La experiencia de la anterior legislatura, sin embargo, no da pie al alarmismo. El salario mínimo, que cobran menos de 200.000 personas pero indirectamente repercute en el 5% de los asalariados, subió entre 2004 y 2008 prácticamente lo mismo que lo pretendido ahora. Y en ese periodo los convenios apenas llegaron a fijar de media alzas salariales superiores al 3%, según datos del Ministerio de Trabajo.
Junto al salario mínimo, la CEOE planteará en la nueva ronda de diálogo social con Gobierno y sindicatos una flexibilización del marco laboral. "Al otro lado del Atlántico hay otras relaciones laborales y el paro siempre es la mitad que aquí", reflexionó Díaz Ferrán, que abogó por contratos "más flexibles y seguros". El máximo representante de los empresarios no explicó la fórmula, pero pidió "cierta facilidad" para que las empresas puedan desprenderse de los trabajadores cuando lo necesiten. Si no se abordan algunas reformas, advirtió, la economía puede perder hasta medio millón de empleos este año.
Las medidas aprobadas la semana pasada por el Gobierno para sortear la crisis le parecen a Díaz Ferrán "claramente insuficientes". Aunque celebra la supresión del impuesto de patrimonio, pide ir más allá con la desaparición también del de sucesiones. Y en energía, defiende que se prolongue la vida de las centrales nucleares ahora en marcha y que se considere la construcción de otras nuevas. "No podemos excluir la energía nuclear", zanjó.
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