_
_
_
_

La Bolsa española cierra el peor año de su historia arrastrada por la crisis

El valor total de las empresas del Ibex ha caído en más de 200.000 millones

Manuel V. Gómez

Los anales bursátiles guardarán un lugar destacado para 2008: el peor. El año que acaba hoy se ha convertido por derecho propio en el más negro de la historia de la Bolsa en España. Desde que hay estadísticas oficiales, 1874, no se recuerda algo parecido a lo que ha sucedido este año. El índice general de la Bolsa de Madrid ha perdido un 40,5% de su valor. Y el Ibex 35, el índice selectivo español, que tiene una historia mucho más corta, ha caído un 39,4%.

No ha sido un ejercicio fácil. De la desaceleración se pasó a la crisis; de ella, a la recesión; y ahora, a la pelea por evitar la depresión. Y ya se sabe, la Bolsa suele ser un termómetro adelantado de la situación económica. A la cadencia anterior, hay que añadir los desmanes de Kerviel en Société Générale, la escalada del petróleo, la quiebra de Lehman Brothers o la estafa Madoff. En España, todo sumado, ha tenido peores consecuencias sobre la Bolsa de las que tuvo la Transición y la crisis del petróleo en 1977, que se saldó con una caída del 32,3%; o la llegada de la República y la Gran Depresión en 1931 (-31,9%).

La falta de liquidez y la escasez de crédito han lastrado a los mercados

El año también ha sido nefasto en el resto de parqués del mundo. En el más grande de todos, en Nueva York, la evolución del Dow Jones 2008 (-39,34%) se hará hueco junto a 1931 (-52,6%), 1907 (-37,7%) y 1930 (-33,7%). En otros, como en Japón, Alemania y Francia, también hay que bucear en los archivos para encontrar registros similares.

La consecuencia más palpable del desplome bursátil ha sido la caída de la capitalización bursátil: el Ibex ha perdido más de 200.000 millones de euros en 12 meses. En total, las empresas que ponderaban en el Ibex estaban valoradas en unos 393.000 millones de euros.

Durante este año, lleno de movimientos bruscos de los índices a la baja y al alza, la Bolsa también ha sido víctima de la crisis financiera y de la falta de liquidez. El dinero barato suministró combustible a los parqués que los impulsó en los años precedentes. Entre 2002 y 2007, la Bolsa recuperó todo el terreno perdido con el pinchazo de la burbuja tecnológica y registró máximos históricos.

Ahora, la situación inversa se ha vuelto contra la renta variable. Así lo reconoce BME, la sociedad que integra a las Bolsas españolas. "La liquidez y la opacidad del resto de mercados las han dejado casi como los únicos bastiones de suministro de liquidez y de obtención de recursos financieros para hacer frente a los vencimientos de las deudas o, simplemente, para recomponer carteras", se afirma en el avance del informe del mercado en 2008. Todavía puede verse algún ejemplo de esta afirmación: Sacyr no ceja en su empeño de vender su participación en Repsol para reducir así su deuda.

Precisamente, la constructora ha sido la principal damnificada este año de los valores que ponderan en el Ibex. A lo largo del año ha perdido un 74,3% de su valor. Tras ella, Gamesa (-60,1%) y BME. Sobre la cotización de la sociedad de Bolsas española ha pesado la caída de la negociación (en torno al 25% hasta noviembre). En el conjunto del mercado, las principales damnificadas han sido las inmobiliarias (Afirma o Colonial), algo no sorprendente dada la difícil situación del sector tras el pinchazo de la burbuja inmobiliario.

Del lado de las ganancias, hay pocos beneficiarios. Sólo uno en el Ibex 35: Unión Fenosa, que ha subido un 15% en 2008. Esto se explica por la OPA que hay sobre ella por parte de Gas Natural y que todavía no ha finalizado.

Por lo que respecta a los grandes del parqué en España tampoco han escapado a la deprimente tónica general, si bien más en el caso de los bancos (Santander y BBVA), que en el de Telefónica, que pese a perder un 28,6% lo ha hecho mejor que el conjunto del mercado.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_