El Banco de España alerta de que la rigidez salarial perjudica al empleo
Las empresas prefieren despedir trabajadores temporales antes que bajar sueldos
La fórmula predominante que han encontrado las empresas españolas para hacer frente a la crisis consiste en despedir. Existe un método menos traumático, el ajuste salarial, pero se topa con lo que el Banco de España denomina rigideces: un modelo de revalorización salarial basado en la inflación. Ese esquema "genera una elevada inercia salarial que dificulta la necesaria adecuación de los salarios a las condiciones específicas de las empresas y a las circunstancias cíclicas de la economía", argumenta un informe de este organismo divulgado ayer.
Partiendo del contrasentido que supone que en lo peor de la crisis hayan convivido bruscos ajustes de plantilla con mejoras retributivas, el Banco de España lamenta "las dificultades de la economía para restaurar la competitividad sin incurrir en aumentos bruscos del desempleo". No obstante, este efecto deriva en buena parte de que la destrucción del empleo más precario ha elevado la media salarial, al quedar como supervivientes los mejor retribuidos. Más de la mitad de las empresas, según una encuesta de Banco de España, prescinde del empleo temporal como principal vía de ajuste, frente a la "relativamente infrecuente" caída de sueldos.
Las retribuciones de los trabajadores cualificados son las que mejor resisten
El supervisor bancario considera "elevada" la rigidez retributiva y la equipara a la de otros países europeos donde el ajuste de salarios según la inflación real -mediante las cláusulas de garantía- es también habitual. Bélgica, Francia, Suecia y Finlandia figuran en este grupo, según un capítulo dedicado a esta materia incluido en el último boletín económico de la institución.
Aunque el Banco de España siempre ha sido combativo con las cláusulas de garantía salarial de los convenios, el modelo actual ha sido alabado como ejemplo de moderación salarial durante los años de auge económico, cuando los beneficios empresariales crecían muy por encima de las retribuciones. Con la crisis, además, el peso de ese blindaje del poder adquisitivo ha caído mucho, hasta cubrir al 45% de trabajadores regulados por convenio. La desvinculación entre salario e inflación real es defendida también por el influyente grupo de los 100 economistas, que presentará su modelo de negociación colectiva el próximo martes.
Anticipándose a lo que puede ocurrir con el impacto del precio del petróleo en la inflación, el Banco de España previene contra la traslación del pico inflacionista a los salarios. Esa práctica supondría una "pérdida de competitividad, reducción de empleo y actividad" en la economía. UGT traduce así el mensaje: "El Banco de España quiere que los trabajadores paguen el actual descontrol de los precios del petróleo".
Las rigideces tampoco son idénticas para todos los empleados. Los salarios de los más cualificados son los que se muestran más imperturbables ante la crisis, algo que el propio Banco de España atribuye a que "las empresas tienen un interés mayor en retener a este tipo de trabajadores". Lo mismo ocurre con la edad. Frente a la impresión de que los jóvenes están más desprotegidos, el estudio sostiene que sus salarios resisten mejor (hay que tener en cuenta que este estudio se basa en trabajadores fijos).
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