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Apple refleja el poderío de las empresas tecnológicas en Wall Street

La empresa de Steve Jobs sobrepasó ayer a ExxonMobil durante unos minutos como la empresa más valiosa del mundo.- Los inversores esperan con frenesí la salida a bolsa de Facebook

En el club del Dow Jones, uno de los tres índices de referencia de Wall Street, hay un ausente. Y no es una compañía cualquiera. Se trata de Apple, que se está disputando la supremacía como la empresa más valiosa del parqué con la petrolera ExxonMobil. Una batalla que revela el fuerte empuje de las compañías de la era digital frente a los viejos gigantes industriales.

La curva de la capitalización bursátil de los dos titanes lo dice todo sobre lo que atraer estos días a los inversores. Mientras que los títulos de ExxonMobil se mantuvieron en comparación casi planos durante la última década, los de Apple experimentaron una espectacular remontada gracias al tirón de artilugios como el teléfono interactivo iPhone o la tableta iPad.

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Es el más claro reflejo de una nueva realidad en la que el usuario, ya sea en su vida privada o en la laboral, quiere tener acceso a datos en cualquier momento y desde cualquier lugar. Eso explica también el frenesí que se vive en el parqué por firmas de Internet que aún no cotizan, como la red social Facebook, que vale más que el gigante de la maquinaria Caterpillar o la química DuPont.

Apple quitó durante unos minutos el cetro a ExxonMobil. Es una evento que llegó al parqué antes de los esperado, y que estuvo en buena parte alimentado por el caos que se vive en Wall Street por el miedo a otra crisis financiera. Eso llevó el precio del petróleo por debajo de los 80 dólares e hizo caer el valor bursátil de las compañías metidas en el negocio del crudo.

La compañía a la que da imagen Steve Jobs, sin embargo, mostró a lo largo de la recesión que sus productos están a prueba de crisis y que los consumidores son capaces de rascarse el bolsillo en el peor momento para adquirir uno de sus artilugios. Y todo esto, acompañado por el bombo mediático que genera el lanzamiento de cualquier producto o actualización.

Es cuestión de tiempo que el cambio de guardia se consolide en medio de los vaivenes de Wall Street. Lo que es evidente es que esta pugna refleja la influencia que tiene en este momento la industria tecnológica en la economía. General Electric, General Motors y WalMart también estuvieron en lo más alto del S&P500, el índice de las mayores corporaciones de EE UU.

Apple superó en abril del pasado año a Microsoft como la compañía más valiosa del sector tecnológico. Pero comparada con ExxonMobil, ¿quién es realmente más grande? De momento, la petrolera. Es lo que dicen los resultados entre marzo y junio. La tecnológica de Cupertino ganó 7.310 millones de dólares en el segundo trimestre, tras ingresar 28.570 millones.

Eso significa que su negocio se dobló en un año. En ese periodo, la corporación tejana elevó el beneficio un 41%, hasta los 10.680 millones. A partir de la remontada de Apple, se podría decir que es algo al alcance de la mano. Pero donde marca realmente la diferencia la petrolera es en la facturación, que ascendió a 125.490 millones, casi cinco veces más.

Y es que, aunque se pueda admirar mucho a Apple y la labor de genio de Steve Jobs, también es razonable hacerse la pregunta de por qué vale más en el parqué que un conglomerado como General Electric, que produce desde bombillas hasta los motores que propulsan los aviones, con los que generó unos ingresos de 35.600 millones en el trimestre.

El acoso a ExxonMobil se produce incluso con el valor de Apple un 8% por debajo de su máximo. Para muchos analistas eso le convierte en una oportunidad de compra. E indican que a pesar de su éxito desde el lanzamiento del iPhone, su cuota de mercado es de solo el 5% en el negocio de los teléfono móviles y del 13% en el de los ordenadores si se cuenta el iPad.

Es decir, siguiendo esa lógica, y viendo la progresión de sus ventas, Apple podría doblar su capital de mercado en pocos años. A la memoria viene inevitablemente el comentario de Michael Dell, cuando en 1997 se le preguntó que haría si fuera el consejero delegado de Apple. Su respuesta fue simple: cerrarla y devolver el dinero a sus accionistas.

Ahora Apple vale casi 13 veces más que Dell. Como dicen en Wall Street, el cambio de guardia en el parqué es algo más bien simbólico y recuerdan que es mucho más fácil caer que subir. La compañía de Cupertino no es ajena a esa realidad. De hecho, ya estuvo a punto de desaparecer cuando Steve Jobs se vio forzado a abandonarla a mediados de la década de 1980.

Y la eventual ausencia de Jobs, de baja médica desde comienzo de años para cuidar su salud, plantea un importante punto de incertidumbre. El miedo en el parqué es que Apple ya no vuelva a ser lo mismo sin su ingenio y su visión. Todo esto mientras Google le hace sombra en el negocio de los teléfonos móviles y Facebook va a toda máquina en la arena social.

Steve Jobs, durante la presentación del iPhone.
Steve Jobs, durante la presentación del iPhone.OHN G. MABANGLO (EFE)

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