Ajuste técnico con muy poco dinero

Los mercados de valores reaccionaron ayer en forma positiva tras el descalabro general de la jornada anterior. Los inversores parecen dar por bueno el ajuste entre cotizaciones, expectativas económicas y datos reales, al menos en tanto se aclara la situación a corto plazo.

El Ibex 35 consiguió recuperar el nivel de los 10.700 puntos en una sesión en la que el dinero escaseó, aunque menos que el papel, pues si algo se ha aprendido de la jornada del lunes es que no conviene precipitarse a la hora de soltar lastre. La ganancia del principal índice de la Bolsa española fue del 1,04%, una de las más importantes entre los mercados europeos.

Los indicadores económicos publicados ayer confirmaron la tendencia de las últimas semanas, con una mejor percepción de las expectativas económicas en Alemania en agosto y el frenazo en la construcción de viviendas en Estados Unidos en julio tras el fuerte tirón del mes anterior. Lo peor fue que los datos parciales sobre ventas al por menor de las dos primeras semanas de agosto confirman la desconfianza de los consumidores ante una coyuntura poco favorable al empleo.

Ante estos datos, hay que considerar las subidas de los mercados de valores de esta última sesión como una simple reacción técnica que, ni mucho menos, pone fin a la posibilidad de un ajuste más profundo, sobre todo si los compradores continúan sin asumir riesgos. El delicado equilibrio entre el actual nivel de las cotizaciones y la contrapartida que pueda ofrecer la economía real trae de cabeza a los inversores más conservadores, que ven más riesgos a medida que pasa el tiempo sin que llegue la confirmación de, cuando menos, el final de la recesión.

La contratación de esta última sesión en el Mercado Continuo fue de tan sólo 1.639,24 millones de euros, de los que las operaciones del mercado abierto aportaron 1.254,42 millones de euros. Los grandes valores del mercado fueron al final los protagonistas de la sesión, y no sólo por la subida de sus cotizaciones, ya que entre los dos grandes bancos y Telefónica movieron el 60% del total del mercado abierto. La mayoría de las compañías inmobiliarias frenó en seco el movimiento alcista de las últimas sesiones, confirmando así que estaba patrocinado por la inversión a corto.