La ventaja de Alonso

Nadie sabe lo que va a ocurrir si en la parte final de la carrera de Abu Dabi Vettel es líder seguido de Webber y Alonso. Todo el mundo da por hecho que el alemán acabaría cediendo el paso al australiano para que este pudiera ser campeón. Todos menos Red Bull, que se niega a aceptar las órdenes de equipo y que no quiere intervenir en la actuación de sus dos pilotos durante las carreras. En cualquier otro equipo, no habría ninguna duda. Harían todo lo necesario para asegurarse el título de pilotos que, al final, es el más carismático y el único que realmente recuerdan los aficionados. Esta guerra interna de intereses en Red Bull es uno de los argumentos a los que se agarra Alonso en lo que será la batalla final para la consecución del título mundial: "Todos tenemos presión, Red Bull tiene que cuidar a dos pilotos a la vez...".

"No perderé un minuto en pensar en Webber y Vettel", dice el líder del Mundial

"El último sector es muy ratonero y ahí los Red Bull dominarán", opinan en el 'paddock'

"No somos los más rápidos, pero nos adaptamos bien a los circuitos", alega Alonso

"Red Bull es el más veloz en los virajes", afirma el ingeniero Toni Cuquerella

A lo largo de la historia hay mil pruebas de órdenes de equipo que han resultado determinantes. Y Ferrari tiene un amplio muestrario que concluye, por el momento, con la victoria de Fernando Alonso en el Gran Premio de Alemania, donde Felipe Massa le abrió la puerta del triunfo, superado ya el meridiano de la carrera, tras recibir una notificación de su ingeniero de pista a través de la radio. Michael Schumacher fue el paradigma de lo que es ser un número uno y disponer del segundo piloto para lo que haga falta. La actuación de Rubens Barrichello al frenar para que el alemán le avanzara en el GP de Austria de 2002 poco antes de la línea de llegada, provocó la prohibición de las órdenes de equipo.

Sin embargo, tan escandaloso como aquello fue lo que ocurrió en el Gran Premio de Brasil de 2007. Entonces, Fernando Alonso estaba luchando por el título y lo hubiera ganado si Felipe Massa no hubiera cumplido las órdenes preestablecidas de dejarse adelantar por su compañero Kimi Raikkonen si aquello decidía la corona. Alonso sufrió entonces en sus propias carnes el efecto negativo de unas órdenes de equipo que Ferrari, su actual escudería, aplica de forma habitual. Pero el recuerdo de 2007 sigue muy vivo en la memoria de varios de los protagonistas de la carrera de Abu Dabi. Alonso no quiere que se repitan bajo ningún concepto.

Los tres contendientes al título llegaron a Brasil en una situación muy similar a la actual. Lewis Hamilton lideraba la clasificación con cuatro puntos de ventaja sobre Alonso y siete sobre Raikkonen. Los dos pilotos de McLaren, peleados entre sí, tenían todas las opciones para asegurarse el título. Pero el dueño y director del equipo, Ron Dennis, quería que lo ganara Hamilton y bajo ningún concepto Alonso, que había desvelado la existencia de unos e-mails que acabaron costándole a McLaren 70 millones de euros de multa y la pérdida de los puntos en el Mundial de Constructores. De la guerra interna de McLaren sacó partido Ferrari, donde cada protagonista tenía muy claro su papel.

Mientras dos se peleaban, el tercero acabó ganando el título. A la vista de la clasificación, el que menos opciones tiene ahora es Vettel. Se encuentra a 15 puntos del líder, una distancia muy similar -si se tienen en cuenta las puntuaciones actuales- a la que tenía Raikkonen. Sería campeón si ganara la carrera y Alonso acabara quinto. Pero ahora, la guerra interna está en Red Bull. "Nunca seremos amigos", dijo de su compañero Mark Webber, aunque luego dejó entrever que tal vez le ayudaría si él ya no tenía opciones de título: "... Ya veremos". Sus jefes, incluyendo a Christian Horner, el director de Red Bull, se niegan sistemáticamente a ayudar al australiano. Si Webber hubiera ganado en Brasil, ahora tendría a Alonso a un punto y al asturiano solo le valdría la victoria.

Mientras tanto, Alonso sabe que no solo recibirá todo el apoyo de Ferrari, sino también el de Felipe Massa, que hará todo lo que pueda para ayudar..., aunque después de Alemania ha sido muy poco. "No voy a perder ni un minuto en pensar en lo que harán Vettel y Webber", afirmó ayer Alonso. "Tenemos un equipo muy unido y somos la envidia del paddock. Sabemos que este circuito favorece a Red Bull, pero nuestro coche es muy equilibrado, funciona bien en todos los tramos y tengo mucha confianza en las últimas mejoras. Hay que hacer un trabajo perfecto para superarles. Mi trabajo no es especular sobre los demás, sino salir a ganar o ser segundo. Obviamente, si pierdo el título estaré decepcionado. Pero esta seguirá siendo una gran temporada para mí".