La próxima jornada, en el juzgado
La AFE pide a la Audiencia Nacional que suspenda los partidos del 2 de enero
El tira y afloja que la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y la Liga de Fútbol Profesional (LFP) mantienen desde mayo pasado por los impagos a docenas de jugadores aumentó ayer hasta límites insospechados. Molesta por lo que considera "un incumplimiento tras otro del convenio colectivo", la AFE decidió, en un hecho sin precedentes, iniciar un procedimiento ante la Sala de lo Social de la Audiencia Nacional para "suspender cautelarmente" los partidos de Liga fijados para el próximo domingo, 2 de enero. En sus más de 30 años de historia, el sindicato de los futbolistas no había recurrido nunca a la justicia para resolver sus diferencias con la patronal.
Las dos partes en conflicto están citadas mañana, a las 10.00, en la Audiencia Nacional, que podría resolver ese mismo día o al siguiente. Según el convenio colectivo que protege a los jugadores de Primera y Segunda División, el 2 de enero los futbolistas solo pueden entrenarse. La Liga, de acuerdo con las televisiones, que son la mayor fuente de ingresos para los clubes, ha fijado cinco partidos de Primera para esa fecha: Athletic-Deportivo (16.00), Barcelona-Levante y Sporting-Málaga (18.00), Sevilla-Osasuna (20.00) y Valencia-Espanyol (22.00). Todos los de Segunda también están programados para el domingo, salvo el Salamanca-Xerez, que se jugará el lunes.
Según el convenio, los jugadores solo estarían ese día obligados a entrenarse
Tras cuatro reuniones infructuosas, la última de ellas el pasado miércoles, la LFP envió una circular a todos los clubes de Primera y Segunda ratificando los horarios. La alteración de la jornada podría provocar pérdidas de entre seis y ochos millones de euros en concepto de derechos televisivos.
Detrás de este desencuentro está la preocupación de la AFE por la deuda que arrastran los clubes con sus jugadores. El Betis, por ejemplo, debe 9,4 millones a su plantilla. Para "impedir" este tipo de situaciones, el sindicato reclama que el fondo de garantía salarial pase de seis a 10 millones en Primera por equipo en concurso de acreedores y de tres a cinco en Segunda.
"El domingo 2 de enero ni se acaba el mundo ni empieza. Calculamos que las negociaciones van a ir para dos meses o más, pero, ante todo, queremos preservar la competición", asegura el presidente de la AFE, Luis Rubiales. "Es un arma de presión para conseguir sus intereses. El calendario está establecido desde el verano y no por capricho. Se dice de jugar este fin de semana porque no hay más fechas libres de aquí a que concluya la temporada, a finales de mayo", alegan desde la LFP.
La bronca se remonta a las semanas previas a la Copa del Mundo de Sudáfrica, cuando la Administración medió para evitar la que habría sido la quinta huelga general de los futbolistas, la primera desde 1984. A grandes trazos, se consiguió con una nueva distribución de los beneficios de las quinielas: la LFP pasó a percibir el 10% de los ingresos, de los que un tercio termina en sus arcas, otro financia la seguridad en los estadios y el restante se dedica al plan de saneamiento de 1990, cuando el Estado intervino para evitar la bancarrota del fútbol.
De no llegar a un acuerdo, el más difícil todavía cuando no hay prevista ninguna reunión, la justicia decidirá si el 2 de enero hay fútbol. "Los capitanes de Primera y Segunda están con nosotros", proclama Rubiales. "En caso de que el juez no se manifieste o no haya solución, habrá que trasladar de fecha la jornada. Lo que no haremos será poner todos los partidos el lunes porque para proteger la competición hay que tener en cuenta los acuerdos televisivos", replican en la LFP.
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