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"Ni un balón a 'la rubia"

Varios jugadores del Atlético niegan la pelota a Forlán desde la temporada pasada

Diego Forlán abandonó el partido contra el Sevilla cegado por la furia. Corría el minuto 83 cuando Quique Flores decidió cambiarle por Diego Costa. Aunque el Calderón le aplaudió como hacía tiempo que no lo hacía, la medida del técnico del Atlético disgustó al delantero, que había forzado para jugar pese a los dolores que arrastra en los tobillos desde principios de la temporada. Quique intuyó la bronca del uruguayo, autor de los pases de gol a Koke y Reyes, y su instinto de supervivencia le aconsejó que guardara las distancias. No se acercó a darle la mano. Respetó su burbuja. "Hizo bien porque era como una olla exprés a punto de reventar la tapa", recuerda uno de los presentes en el banquillo. Forlán, al que tanto amigos como enemigos reprochan su excesiva sinceridad, dio a continuación rienda suelta a los pensamientos que le oprimían. "¡La hostia! ¡La puta que lo parió! ¡Me voy!". Dicho y hecho. Tras unos segundos de incertidumbre, el dos veces bota de oro se levantó y se fue a los vestuarios.

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La impresión con la que se quedó la gente fue que la rabia de Forlán iba dirigida contra Quique. "Nuestra relación es supernormal entre profesionales", desdramatiza el entrenador. "Es perfecta", recalca el presidente del club, Enrique Cerezo. En realidad, el origen del enfado del proclamado mejor jugador del Mundial de Sudáfrica era Reyes. Aunque el extremo le dio el balón en seis ocasiones, el doble que a la inversa, Forlán le reprochó que le había dado el pase en el segundo gol mientras que el utrerano le ignoró en situaciones, buscando los espacios más claros.

"Desde mi posición veo cosas que no me gustan, que no transmiten un mensaje de unión, de equipo. Por ejemplo, veo que Reyes ignora a Forlán, que prefiere retener la pelota y terminar presionado por cuatro rivales antes que pasársela", advierte uno de los titulares contra el Sevilla. "Es un problema que arrastramos desde hace muchísimo tiempo, prácticamente desde que Diego nos clasificó para la Champions del curso 2009-2010 con una segunda vuelta espectacular", reconocen los técnicos. Abel Resino, el entrenador entonces, puso a Forlán como ejemplo. "Dio los galones a un futbolista que casi solito ganó siete de los últimos ocho partidos de la Liga. Eso no gustó a un par de jugadores y le terminó costando el puesto", revelan varios empleados al amparo del anonimato.

El Atlético acumuló una derrota tras otra hasta que Abel fue destituido tras ser goleado por el Chelsea (4-0). Según distintas voces del plantel, se debió a su defensa de Forlán. "Más tarde nos enteramos de que había un sector del vestuario que, aprovechando el desfile por la sala de fisioterapia, se cuchicheaban una consigna clara: 'Ni un balón a la rubia'. Así es como llaman a Forlán a su espalda", prosigue un técnico.

El sustituto de Abel fue Quique, que no ha podido solucionar un problema latente. Frente al Sevilla, Forlán dio el balón a Agüero cinco veces y el argentino le correspondió en una ocasión, lo mismo que ante el Zaragoza, cuando no se apoyó en él ni siquiera una. El balance en la campaña es de 61-29 a favor del uruguayo. Sin embargo, Reyes sí le da más veces la pelota a Forlán: 61 por 42. "Las estadísticas pueden mentir. Es alucinante cómo le ignora José", afirma otro titular el sábado. "Agüero saca mucho provecho del juego entre líneas de Forlán", resume Quique, conciliador, al que le preocupa "la sequía" de los dos referentes del Atlético. Forlán lleva nueve goles (siete en la Liga) y no marca desde hace siete jornadas. Agüero, "en el año en el que debería dar el salto definitivo o estancarse", según Quique, lleva uno más en la Liga y 14 en total. "Tenemos los cañones de Navarone, pero nos falta un profesional que sepa meterles las balas... Estamos desperdiciando los mejores años de los dos", opina Cerezo.

De ahí que Forlán pidiese ayer permiso al cuerpo técnico para ensayar los remates a puerta. "Para coger tacto", le pidió a Quique, que accedió mientras los restantes titulares estiraban los músculos. Durante media hora, ajeno al mundo, afinó el olfato rodeado de balones. Después participó gratuitamente en una campaña contra el tabaquismo. Más melancólico que nunca, costó sacarle una sonrisa: "Los tobillos me llevan dando mucha lata, pero las asistencias valieron de algo". La segunda le sirvió a Reyes para firmar su cuarto gol del curso. Mientras Forlán lidera las estadísticas del Atlético con cuatro pases de gol, Agüero y el andaluz aportan tres cada uno. "Como no le dan el balón, abandona su posición y acude a recibirlo a la zona de los tres cuartos. Ahí tiene dos opciones: busca a sus compañeros o se la juega. Eso si está muy encabronado o lo ve muy claro", remachan en la ciudad deportiva de Majadahonda.

Aunque hay quienes barruntan su salida del Atlético el próximo verano, la realidad ofrece dudas. Forlán, de 31 años, cobra 4,5 millones netos por temporada (siete brutos) y le quedan dos. El club no le vendería por menos de 25. "Le apena que, haga lo que haga, siempre mete la pata. Pero no está nada claro. Es el primero que sabe que no está jugando bien, pero a ver qué equipo le mejora el salario", concluyen las cabezas pensantes del Calderón.

Forlán y Quique Flores, durante un partido en el estadio Calderón.
Forlán y Quique Flores, durante un partido en el estadio Calderón.ULY MARTÍN

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