El alpinismo, a la gresca
Oiarzabal acusa a Pasaban de "no menearse del campo base" mientras descendía con problemas tras hollar al Lhotse
Los dos montañeros más reconocidos del país están a la gresca. Juan Oiarzabal, el sexto alpinista del mundo en hollar los 14 ochomiles, acusó a Edurne Pasabán, la primera mujer en completar la gesta, de no ayudarle a bajar del Everest mientras estaba en una situación precaria. "La expedición vasca no se meneó del campo base hasta el último momento y estuvieron tocándose las pelotas mientras descendía en un estado lamentable", señaló Oiarzabal, molesto con la que era su amiga, hasta el punto de que la bautizó como la Princesa del Pueblo. El alavés declaró que sólo recibió ayuda por parte de los sherpas de la expedición de Edurne Pasaban durante la "última media hora" del descenso hasta llegar al campo base- sufría problemas de deshidratación aunque su vida no corría peligro- y remachó que a la montañera "se le ha ido la olla".
Pasaban ha replicado esta mañana, recién aterrizada en Barajas. "Estoy dolida y alucinada por el daño que ha hecho con estas declaraciones", se ha arrancado la alpinista, que pronto respondió a las acusaciones. "Tuvimos que liderar desde el campo base el rescate del Lhotse, 48 horas en las que no dormimos un solo minuto", ha señalado. Pero tampoco quiso explayarse, requerida por los periodistas: "¿Qué por qué no salí antes a ayudar? Te recomiendo que vayas al campo base del Everest y veas lo que es el Himalaya. Se hizo lo que se debía hacer y no me arrepiento de nada".
Pasaban, que fue con la Expedición Everest sin O2, desistió de ascender al principio por el mal tiempo y el fuerte viento. Tenían intención de volver a intentarlo, pero la participación en el rescate del montañero andaluz Lolo González, que se perdió en el descenso del Lhotse, y de Juanito, que "tuvo una bajada de la cumbre por falta de alimentación e hidratación", les dejó exhaustos. "Utilizan el rescate en el Lhotse como excusa para tapar su fracaso", señaló Oiarzabal. Pasaban ha recogido el testigo: "Decidimos volver a casa, pero no ponemos excusas. Fue mal tiempo y el cansancio. Este año no era el nuestro". Y, cansada, remató: "Estas declaraciones hacen daño al alpinismo español y damos una imagen mala, lejos de los valores que transmite este deporte".
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