El Tour de Francia comunica a la UCI que no permitirá participar al Astaná-Wurth
La carrera excluye al equipo de Manolo Saiz después de las revelaciones de EL PAÍS sobre sus relaciones con Fuentes
Ni Alexander Vinokúrov ni ningún otro corredor podrán lucir en el próximo Tour de Francia el azul turquesa de Kazajistán, color que brilla desde hace tres días en el maillot del equipo propiedad de Manolo Saiz. Pablo Antón, mánager general del Astaná-Wurth, nueva denominación del antiguo Liberty Seguros, recibió en la tarde de ayer un fax en el que Christian Prudhomme, director general del Tour, le comunicaba que su equipo no era bienvenido ya que manchaba la imagen de la carrera. La causa de la decisión es la publicación por EL PAÍS el domingo de los documentos de la investigación de la Operación Puerto que probaban la relación entre Manolo Saiz y Eufemiano Fuentes, quien planificó en 2005 el dopaje de 15 corredores de su equipo.
Hace dos semanas, otro equipo español, el Comunidad Valenciana, también recibió la condición de non grato por parte del Tour, una carrera que partirá de Estrasburgo el sábado con 20 equipos, en lugar de los 22 previstos.
El mismo fax que Antón, que ostenta el 49% de las acciones de Active Bay, la sociedad propietaria del equipo, de la que Saiz mantiene el 51%, lo recibieron simultáneamente Pat McQuaid, presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI), y Patrick Lefevère, su homónimo en la Asociación Internacional de Equipos. Era un requisito innecesario, mero gesto de educación, pero con un enorme valor simbólico. Según la reglamentación actual del ciclismo, la exclusión de un equipo del ProTour como el Astaná es una decisión que no le compete sino a su comisión de licencias, un órgano independiente de la UCI presidido por el juez suizo Pierre Zapelli. Y esta comisión ya decidió la semana pasada que aceptaba al Astaná en el club a falta de nuevas informaciones.
Borrándolo unilaterlamente, el Tour rompe con la normativa, aunque lo hace amparado en el derecho que asiste a todas las organiozaciones de proteger el buen nombre de su prueba de personas o equipos que considera "indeseables".
Las informaciones oficiales con las que no contaba la comisión de licencias para vetar el dossier del nuevo patrocinador el viernes pasado, le llegaron el domingo por la mañana a las oficinas parisinas de la organización del Tour: eran las páginas de este diario en las que se registraban las manifestaciones de Manolo Saiz en el interrogatorio al que le sometió la Guardia Civil durante las 24 horas en que estuvo detenido el 23 de mayo pasado. En ellas, tal como se refleja en el sumario, Manolo Saiz reconocía que le debía 60.000 euros a Eufemiano Fuentes, médico deportivo también detenido en la misma operación, y que algunos de sus corredores, como Roberto Heras -quien dio positivo tras ganar la Vuelta de 2005-, Marcos Serrano -ganador de una etapa en el Tour 2005-, Ángel Vicioso e Isidro Nozal, eran "llevados" por el médico canario.
Estas declaraciones estaban acompañadas de las hojas de preparación y planificación dopante de 11 corredores más del equipo de Saiz. En total, siete de los nueve participantes -todos, salvo los más jóvenes- en el Tour 2005 estaban en el elenco de Eufemiano Fuentes.
La dirección del Tour se reunió ayer, valoró estos elementos y decidió vetar la participación del equipo de Manolo Saiz. El gesto del director cántabro, que dimitió a comienzos de mes de sus cargos de mánager y director, con lo que había apaciguado momentáneamente al presidente de la UCI y a la Asociación de Equipos, la tercera pata del ProTour, no tuvo más valor finalmente que el de un brindis al sol.
Carlos Bueren, abogado del equipo, anunció inmediatamente su disposición a recurrir con urgencia ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS). Aunque el órgano creado por el Comité Olímpico Internacional (COI) para dirimir todas las querellas de orden deportivo tarda unos cuatro meses en tramitar los asuntos que se le someten, sí que puede, si una de las partes se lo solicita, decretar la suspensión cautelar de cualquier decisión.
El TAS ya falló a favor de Saiz, además de Richard Virenque, considerados ambos "indeseables" por el Tour para su edición de 1999. La carrera francesa, presidida entonces por Jean Marie Leblanc, vetó su participación a raíz del Tour del 98, el del caso Festina, del que Virenque fue el corredor símbolo y en el que Saiz lideró el abandono de la carrera por parte de los equipos españoles en pleno. Pocas horas antes de empezar la prueba, ambo recibieron la autorización, garantizada por el TAS, organismo que también falló contra el ProTour en 2004, obligándole a readmitir al equipo Phonak, que había sido expulsado por la aplicación de su código ético después de revelarse dos casos de dopaje por transfusión de sangre en sus corredores Santi Pérez y Tyler Hamilton.
La comisión de licencias no se reunió, sin embargo, a finales de 2005 para estudiar el caso del Liberty pese a que para entonces el equipo de Manolo Saiz acumulaba tres casos en estudio: el positivo de Heras en la Vuelta y el elevado hematocrito de Isidro Nozal y Nuno Ribeiro. Para entonces, Manolo Saiz ya se había convertido junto a Hein Verbruggen, ex presidente de la UCI, y muñidor de la candidatura de McQuaid, votado en las elecciones de Madrid por delante del español Gregorio Moreno, en una de las fuerzas más influyentes del ciclismo mundial, ideólogo e impulsor del ProTour, redactor de su código ético y protagonista de un titánico pulso con la dirección de Vuelta, Giro y Tour para la puesta en marcha de su Liga. Se convirtió de nuevo en el enemigo número uno de las tres grandes, que nunca olvidaron sus desplantes y sus actitudes "soberbias" cuando dotaron la presentación de sus carreras de una fuerte carga ética, con duros discursos contra el dopaje y propugnando la "tolerancia cero" ante la gran lacra del deporte.
La organización decidirá hoy sobre Ullrich
La organización del Tour decidió actuar con urgencia en el caso del Astaná-Wurth, por una cuestión de logística. La decisión debía ser comunicada con suficiente antelación para evitar que se causara un mal mayor al equipo rechazado. De no haber sido así, el Astaná-Wurth habría salido ayer mismo hacia Francia, como hicieron otras escuadras (caso del Euskaltel Euskadi) y habría sido doblemente perjudicado por la decisión. Mover un equipo supone una maquinaria compleja que luego el Tour habría desmontado con la decisión finalmente adoptada. La urgencia en este caso era máxima y se actuó con total premura. El Astaná-Wurth (ex Liberty) había ganado la plaza por ser miembro de la UCI Pro Tour lo que obligaba a una expulsión, no así el Comunidad Valenciana, que figuraba como invitado del Tour
En el caso del ciclista alemán Jan Ullrich, la organización se ha dado un tiempo mayor para adoptar la decisión final, atendiendo a que se trata de un caso individual no especialmente afectado por su desplazamiento o no con el equipo, el T-Mobile. Además, el Tour le ha concedido a la escuadra alemana un día para que presente las pruebas y alegaciones que considere oportunas en defensa de su corredor. Después de analizarlas, se espera que el Tour se pronuncie a media tarde de hoy sobre si admite o expulsa al ciclista alemán de la presente edición.
"No tengo nada que ver con todo esto", declaró ayer Jan Ullrich en relación a su presunta implicación con los casos de dopaje imputados a Eufemiano Fuentes. No dijo nada más el ciclista alemán que probablemente espera a conocer la decisión final de la organización para ampliar su versión de los hechosJan Ullrich aparece como posible implicado ya que en las bolsas de sangres incautadas a Eufeminao Fuentes aparece la inscripción "el hijo de Rudicio" refiriéndose al destinatario de las mismas. Según la investigación no se descarta que dicha denominación se refiera a Jan Ullrich ya que al ciclista alemám siempre se le ha considerado como un hijo de Rudy Pevenage, su actual director. Asimismo, en otras bolsas figuran algunas anotaciones que supuestamente, según los investigadores, también remiten al campeón alemán, candidato a la victoria en el presente Tour. Por su parte, Rudy Pevenage, director del T-Mobile y mentor del ciclista alemán, también señaló: "No se nos puede reprochar nada".
Sin embargo, ambos esperan hoy una decisión final del Tour que podría acabar con el ciclista alemán fuera de la principal carrera por etapas del calendario mundial.
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