Tiger vuelve a sus orígenes
Woods regresará a la competición en el Masters de Augusta, su primer 'grande'
El rumor cobraba poco a poco dimensiones de noticia: Tiger Woods está entrenándose para volver al golf, Tiger Woods ha vuelto con el técnico Hank Haney para recuperar sensaciones, Tiger Woods volverá a jugar muy pronto... El cuchicheo era poco a poco un altavoz. Hasta que ayer el propio Tiger Woods acabó con los dimes y diretes y anunció su regreso oficial a la competición en el próximo Masters de Augusta (del 8 al 11 de abril). Se acabarán así más de tres meses de retirada por el escándalo de sus relaciones extramatrimoniales.
"El Masters es el torneo en el que gané mi primer título grande [en 1997; en total, se ha vestido cuatro veces con la chaqueta verde] y le tengo un gran respeto. Después de un largo y necesario tiempo lejos del juego, siento que estoy listo para empezar mi temporada en Augusta. Los grandes han sido siempre un gran objetivo en mi carrera [suma 14 por los 18 de Jack Nicklaus] y, como profesional, creo que en Augusta es donde necesito estar, incluso aunque haga tiempo que jugué por última vez", explicó. "Cuando me puse a pensar en volver al golf competitivo, tuve claro que el Masters sería lo primero que podría jugar", añadió.
"Después de un largo y necesario tiempo lejos del juego, siento que estoy listo"
De alguna manera, el californiano, de 34 años, vuelve a los orígenes, al principio, a aquel torneo de 1997 en el que alucinó al mundo y grabó récords que todavía hoy nadie toca: el ganador más joven en Augusta (21 años) y la diferencia de golpes más amplia respecto al segundo (12). En Augusta comenzó su leyenda. Han pasado 13 años y ha cambiado el universo del golf. Su poder como número uno mundial es indiscutible -ni ocho meses de baja han conseguido moverle del trono-.
La última vez que se vio a Tiger en un campo de golf fue el pasado 15 noviembre, cuando el Masters australiano le llenó los bolsillos para que cruzara el océano. Ganó, claro. El año 2009 acabó para él con cinco victorias en 17 torneos y el anuncio de su retirada momentánea. También, con la despedida de algunos de sus patrocinadores. Han sido meses depresivos para el golf mientras Tiger intentaba curarse en una clínica. "He estado casi dos meses internado, de terapia, y estoy continuando mi tratamiento. Aunque voy a volver a la competición, todavía tengo mucho trabajo en mi vida personal", explicó.
Woods ha renunciado a jugar el torneo Tavstock y el Arnold Palmer Invitational antes del Masters. Después de tres meses de parón, ambos habrían sido una buena piedra de toque para afinar la muñeca antes de Augusta. Pero quiere volver a lo grande. Tan teatral fue su mensaje público de arrepentimiento y perdón hace unas semanas como se espera que sea su regreso al green.
El mundo del golf ya se encargó ayer de darle las gracias y la bienvenida a la competición. Desde la PGA hasta la organización del Masters. "Apoyamos su decisión de volver", dijo el presidente del Augusta National Club, Billy Paine. En un deporte cuyas audiencias televisivas han caído un 50% sin él hay algo más que un simple apoyo para la vuelta del mejor.
Olazábal lo prueba todo, sin mejoras
Lo último para Chema Olazábal ha sido una combinación de masajes y dieta para intentar mejorar de sus eternos dolores de espalda. Antes fueron los métodos tradicionales, la traumatología, también los parches para calentar los músculos, un antiinflamatorio biológico con gotero y hasta microdosis de quimioterapia. Nada. Los problemas físicos siguen y Olazábal no viajará a su querida Augusta este año. Normal si se ve que esta temporada aún no ha saltado a la pradera. Sus últimos golpes fueron en España, el Masters de Madrid y el de Castellón de 2009, los dos últimos torneos de un buen año en el que participó en 14 competiciones -teniendo en cuenta que en 2008 sólo tuvo cinco apariciones y ninguna en 2007-. Acabó con buenas sensaciones, 12 bajo el par en Castellón, 14º, pero la nueva década le ha devuelto los viejos dolores.
Olazábal, de 44 años, no estará entre las azaleas que le vieron ganar el Masters en 1994 y 1999. La representación española la deja en manos de Miguel Ángel Jiménez, Sergio García y Álvaro Quirós. Olazábal sí jugó hace un año en Augusta, aunque no pasó el corte. Sí sufrió como un campeón, la cara roja, el esfuerzo, una lección para aquéllos que, en plenitud física, se quejan del campo.
Ahora, tras 22 años de profesional, ha entrado en el Salón de la Fama del golf y flirtea con la capitanía europea en la Copa Ryder.
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