Temblores y taquicardias con el clembuterol por el aumento del ritmo cardíaco
En 1989, prohibido el suministro de hormonas por las leyes europeas y su trasposición en España, la Lonja Agropecuaria de Segovia -una provincia con gran actividad ganadera- advirtió en una publicación de la aparición de nuevos productos derivados de la adrenalina o adrenérgicos, para el engorde ilegal de reses de vacuno, como el clembuterol, el cimaterol y el salbutamol.
Suministrados en grandes dosis y enviadas las reses al matadero sin haber dado tiempo a su metabolización, esta sustancia ha llegado a provocar en España decenas de casos de intoxicación a personas que habían ingerido hígado de ternera, con síntomas de temblores y taquicardia, que remitían en horas.
Los adrenérgicos que se mezclan ilegalmente con el pienso, muy difícil de detectar en los residuos del animal o en sus vísceras después de muerto, si el envío al matadero se registra una vez que lo ha metabolizado totalmente, provocan efectos positivos en el engorde de ganado porque transforman los ácidos grasos en glucosa y aumentan la masa muscular, aparte de retener agua.
Se considera como peligro evidente que, manejando el producto puro o mezclas de alto porcentaje, tienen capacidad de producir paros cardiacos en los animales tratados, ya quq es un vasoconstrictor que comprime las arterias de entrada y salida del corazón y, a su vez, acelera el ritmo de éste.
Pese a su prohibición, no es difícil conseguir estos productos a través de redes clandestinas. Algunos derivados del clembuterol se emplean también en veterinaria con fines ginecológicos y de regulación de la actividad bronquial, aunque en dosis muy pequeñas, por lo que intentar cebar a un animal a base de medicinas no es rentable y se tiene que ir a conseguir el producto al mercado negro, en bruto.
El tratamiento con clembuterol, a unos diez gramos por cabeza y día, se inicia dos meses antes de llevar la res al matadero y se suspende quince días antes del sacrificio. El precio del producto, dependiendo de su grado de pureza, alcanzaba hace año las 4.500 pesetas por kilo, es decir, unos 27 euros.
El 14 de noviembre de 1989, se constituyó en Madrid la comisión Interministerial derivada de la entrada en vigor del real decreto del 20 de octubre de ese año por el que se aprueba el Plan Nacional de Investigación de Residuos en los animales y en las carnes frescas. El Plan perseguía la protección al consumidor, teniendo en cuenta la utilización indiscriminada y abusiva de determinados productos en la alimentación de animales de abasto.
Este tema fue objeto de preguntas e interpelaciones al Gobierno en las Cortes Generales, tanto por el senador de la desaparecida Cristina José María Herrero, como por el diputado socialista Demetrio Madrid. El 18 de marzo de 1998, quien fuera presidente de Castilla y León denunció la utilización de clembuterol y clemproperol -un derivado del anterior- , así como a la operación que realizó en Segovia el Cuerpo Nacional de Policía, en cooperación con el Grupo de Fraudes al Consumo de la Policía Judicial de Madrid, que tomó declaración a varios ganaderos por presunta relación con una red ilegal de engorde de ganado que actuaba en ocho provincias. La Brigada encargada de investigar la operación, según Demetrio Madrid, sospechaba que, además, otras 48 personas podrían estar relacionadas con ese fraude.
Los productos requisados entonces no eran clembuterol, aunque sí una sustancia similar e ilegal, que fue enmascarada con complejos vitamínicos para evitar su detección en los análisis veterinarios a los que se somete el ganado vacuno.
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