Rubio me deja en ridículo
En 1996, el grupo de rock Social Distortion escribió una canción llamada Me equivoqué. La canción cuenta la historia del protagonista (probablemente, el vocalista Mike Ness), que cae en la cuenta de que ha estado equivocado sobre muchas cosas, una de las cuales es su actitud en general hacia la raza humana. Es el sincero sentimiento de un hombre que empieza a darse cuenta de sus fallos. Yo no he llegado del todo a ese punto de madurez. No estoy dispuesto a admitir que me he equivocado en mi actitud respecto a todos los contactos con el prójimo, pero estoy dispuesto a reconocer una cosa: me equivoqué con Ricky Rubio.
Como he jugado para tres equipos de la ACB, durante el sorteo para el draft me preguntaban a menudo mi opinión sobre las probabilidades de Ricky en la NBA. Estoy aquí para confesarles, mis queridos lectores, que, por lo general, decía que pensaba que lo tendría difícil en la NBA. Era demasiado bajo, decía (falso). Aunque el ritmo de su juego funcionaba en España, podría no funcionar en la NBA (falso). No puede tirar bien (probablemente falso, aunque aconsejaría cautela antes de dar por hecho que este demonio en concreto ha sido exorcizado).
El juego de Rubio en Minnesota me ha dejado en ridículo. Ricky es, sin duda, suficientemente bueno para triunfar en la NBA. Puede que sea incluso lo suficientemente bueno para que le nombren Novato del Año por razones que tienen algo que ver con las estadísticas y mucho que ver con su estilo. Rubio es un fenómeno de la NBA porque juega bien al baloncesto, por supuesto, pero también porque es español, porque es guapo y porque es un tío guay. Es el primer jugador español de baloncesto que personifica este sentido de tío guay. Es cierto que a nosotros los estadounidenses nos gusta Pau Gasol, pero porque juega bien al baloncesto. A pesar de su talento, no tiene la imagen de tío guay. Ricky encaja con todas las características de los españoles que los estadounidenses aplauden: estilo, elegancia y una actitud relajada hacia la vida.
Sí, es posible que esta visión de lo español roce el estereotipo. Pero, cuando el estereotipo es tan positivo, ¿qué más da? Ojalá que la gente diera por sentado que yo soy un tío guay por ser estadounidense. Cuando pongo el pie en la mayoría de los países, las presunciones sobre mí son que como hamburguesas con queso y mato cosas. Y esta es otra de ellas: que no tengo ni idea de cómo reconocer que me he equivocado respecto a la política, las guerras, el cambio climático y la actitud estadounidense hacia la mayoría de las cosas. Algunos sabemos cuándo nos equivocamos. Para empezar, Mike Ness, de Social Distortion. Y yo, alguna que otra vez. ¿Qué más da que solo sea respecto a un jugador español de baloncesto que está arrasando en la NBA? Es un principio, ¿no?
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