Queiroz desafía al Madrid

Carlos Queiroz finalmente cumplió su palabra. El viernes por la noche declaró desafiante a la televisión portuguesa que convocaría a Cristiano -lesionado y con baja médica- para la doble eliminatoria contra Bosnia de los días 14 y 18, clave para acceder al Mundial de Suráfrica. "Le convocaré y espero que nos pueda ayudar, aunque sea jugando algunos minutos", dijo el seleccionador luso y ex entrenador del Madrid. Parecía una provocación. Sobre todo porque sus palabras llegaron 24 horas después del viaje Amsterdam del delantero madridista. Todavía sin recuperarse de la lesión de tobillo, tras casi un mes de baja, Cristiano decidió acudir a la consulta del doctor Van Dijk, quien ya le operó en verano de 2008. El diagnóstico fue bastante claro: pequeño desprendimiento óseo congénito en el maléolo. Y la consigna también: dos semanas de reposo absoluto antes de pasar por otra consulta. Esa misma tarde, el Madrid envió por fax a la federación portuguesa todos los informes médicos. "El parte es absolutamente imparcial. Lo ha redactado un médico que no es ni portugués, ni del Madrid, con lo cual no tiene ningún interés que defender menos el del jugador", dijo Jorge Valdano.

"Está lesionado. Tienen que asumirlo o responderán por ello", dicen en el Madrid

En Portugal nadie se cree la versión del doctor Van Dijk sobre el tiempo de baja

Como si nada. Queiroz ha convocado al jugador en una lista de 23. Todos, menos los que tienen compromisos de Copa con sus clubes, están citados hoy a las 18 horas en el Hotel Marriott en Óbidos. Cristiano no tiene compromiso copero pero sí una baja médica. "No está obligado a ir hasta el miércoles. Hoy volveremos a enviar a la federación portuguesa todos los informes sobre el estado del tobillo del jugador e invitaremos a los médicos de la selección a que se desplacen a Madrid para que comprueben el estado en el que se encuentra", dicen fuentes del club blanco. Abogan a un artículo de la FIFA por el que, según aseguran, si un futbolista tiene baja médica son los galenos de su selección los que se tienen que desplazar para que éste no tenga que abandonar la rutina de la recuperación. "Está lesionado y lo tienen que asumir, si no, tendrán que responder por ello", añaden las mismas fuentes.

La idea de Queiroz, en cambio, es la de recibir a Cristiano en la concentración en Portugal, evaluar su estado y averiguar si puede disputar aunque sea algunos minutos ante Bosnia. Él también se ampara en un artículo de la FIFA que permite a un seleccionador y al cuerpo médico reclamar a un futbolista para comprobar el alcance de la lesión. Sin ir más lejos, Andrés Iniesta se desplazó a Madrid en un viaje relámpago de ida y vuelta antes del partido de España contra Turquía el pasado mes de marzo para que los médicos comprobaran que efectivamente sufría una rotura muscular en el abductor, tal como figuraba en un parte del Barcelona.

En Portugal nadie se ha creído la versión del médico holandés que visitó a Cristiano a pesar de que fuera el mismo que ya le operó en verano de 2008. Algunos medios de comunicación especularon, citando fuentes próximas al jugador, con que Van Dijk, de puertas adentro, tranquilizó a la estrella portuguesa diciéndole que su lesión no era preocupante y que incluso empezara a correr para averiguar hasta dónde podía forzar.

"Es absurdo", dijo Manuel Pellegrini el viernes pasado. "Portugal y el jugador saben que no está en condiciones para jugar, si no, nos habríamos beneficiado nosotros contra el Getafe y en Milán", explicó el técnico chileno. "Creo que Cristiano necesita tranquilidad porque entre todos le estamos empujando hacia la ansiedad", recalcó Valdano el sábado. "Hay que recordar que por defender a Portugal se volvió a lesionar, por lo que está lejos de ser un jugador poco comprometido. Quizás el exceso de compromiso nos ha puesto en esta situación. Repetir errores ya sería muchísimo más grave", añadió.

El director general del Madrid fue quien, precisamente, intentó comprender y en cierto modo justificar la decisión del jugador de disputar el partido contra Hungría -clave para jugar la repesca- en el que recayó de la lesión a los 20 minutos. Había acortado los plazos de recuperación, forzó y mandó al traste el trabajo hecho hasta ese momento. "No le podíamos pedir que se controlara. La presión era demasiado grande. Si llegan a perder sin él se le viene un país entero encima", dijo entonces.