Nuria y 35.000 más en Vallecas
En medio de la tormenta del atletismo profesional, la San Silvestre exhibe la fuerza del popular
En una columna en medio del módulo de atletismo del INEF pegó el atleta Ángel David Rodríguez al mediodía del jueves la página de EL PAÍS en la que se contaba cómo Manuel Pascua había confesado a la Guardia Civil cómo organizaba el dopaje de sus atletas. Lo hizo desafiante, casi retador, como Lutero cuando colgó de la puerta de la catedral de Wittenberg las 95 tesis que supusieron la rotura de la iglesia cristiana. Lo hizo El Pajarito de Móstoles con la convicción absoluta de que su pensamiento, su ideal de limpieza, representa al de la mayoría de los atletas.
No había ninguno para contradecirle. Los atletas de Pascua -Reyes Estévez, Eugenio Barrios, Miguel Quesada...- no aparecieron por su lugar de entrenamiento.
La mayoría de los participantes corre con zapatillas Nike, el organizador
El gesto de Rodríguez, en representación de los atletas, fue la reacción más fuerte del día: el Consejo Superior de Deportes (CSD) y la federación de atletismo, tras sobresaltarse con la noticia y confirmar su veracidad en la Guardia Civil, entraron en contacto con la defensa de Pascua, que negó totalmente todo lo publicado. "Si Pascua hubiera reconocido lo publicado, podríamos haber abierto expediente a los atletas que cita", dijo una fuente del CSD, "pero mientras la juez no nos dé a nosotros las pruebas concretas, no podemos hacer nada. No podemos actuar por una información periodística".
Nuria Fernández, la campeona de Europa de 1.500 metros, apareció tarde a entrenarse, a las 14.30, pues antes había estado en la presentación de la San Silvestre, en la que participará como una de las favoritas, al frente de un pelotón de 35.000 runners, atletas aficionados, que convierten la prueba vallecana en la cita atlética más popular de España.
"Es también, para Nike, una experiencia de marca", dice Antonio Yuncal, director de comunicación para la región submediterránea de la marca de zapatillas. "Organizamos la San Silvestre no para ganar dinero directamente [los ingresos, 18 o 19 euros por persona, unos 600.000 en total, explica, sirven más o menos para cubrir gastos] sino para fomentar la cultura del correr, y vender más zapatillas, y prendas, claro".
Explica Yuncal que al final de la carrera, 10.000 metros desde el centro de Madrid hasta el estadio del Rayo Vallecano, unos empleados de la firma miran una a una las zapatillas de los participantes y anotan la marca. "La mayoría son Nike, claro", dice Yuncal. "Hemos logrado cambiar la imagen de las zapatillas y enganchar a runners cada vez más jóvenes y a más mujeres. Este año hemos doblado el número de los menores de 25 años, hasta 5.000, y las mujeres ya son más del 20%. Y Nuria será una de ellas, claro, ¿por qué no? Está limpia, no ha dado positivo, no tiene por qué no participar".
No estará, sin embargo, el atleta vallecano más importante, el campeón de Europa de 1.500 metros, Arturo Casado, quien, en su lugar, se fue a correr la San Silvestre de Crevillente, en Alicante. "Y mira que me sienta mal no correr en mi barrio, tenía una ilusión tremenda", dice Casado. "Pero lo que me ofrecían era casi insultante". "Era una oferta humillante", dice su mánager, Miguel Mostaza. "No pedíamos ni 2.500 euros, y ni por ésas. Y es el mejor atleta de España".
"Y nosotros queríamos tenerlo", dice Agustín Rubio, de SMM, la empresa encargada de las contrataciones, que también es la que representa a Nuria Fernández a través de su marido, Aser Pernil. "Y lo valorábamos sobre todo por ser vallecano. Pero teníamos el presupuesto que teníamos y no había más. Y, claro, no influye en absoluto que Casado corra con Adidas".
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