El Madrid se agobia solo
El equipo se muestra incapaz de rematar al débil Dinamo y acaba con 10 por expulsión de Marcelo
El Madrid no supo administrar el balón con el criterio debido ante el Dinamo, un equipo menor que sobrevivió sostenido por su portero. Así empezaron sus dificultades, que se agravaron cuando Marcelo fue expulsado por simular una falta en el área. Con el gol de Di María como único saldo y con un jugador menos desde el minuto 73, lo que se anunciaba como una velada tranquila acabó convirtiéndose en un ejercicio defensivo apresurado. Al cabo de la jornada, para el Madrid los tres puntos fueron una conclusión casi afortunada en un partido en el que Carvalho y Pepe fueron los mejores.
La Liga de Campeones acoge a equipos limitados y el Dinamo de Zagreb es uno de ellos. Si ya era pobre al completo, las bajas de sus defensas más experimentados, Cufré y Simunic, hicieron que se presentase en los huesos. Frente al Madrid necesitó más que nunca cerrar filas, juntar coraje y aferrarse a sus caudillos. Así salió en la primera parte, achicando el campo hacia atrás y presentando batalla en su terreno. La estrechez en la que se disputó la primera media hora de partido entorpeció la circulación del balón en ambos bandos. El juego derivó hacia el roce, los balones divididos y las imprecisiones. El Madrid no consiguió hilar los pases sin encontrarse con las cuadrillas de sus oponentes, generosos en el reparto de tareas defensivas, casi siempre puntuales en las ayudas a su zaga y ambiciosos en los contragolpes. Calello, Badelj y Kovacic constituyeron una verdadera línea de suministros para su sufriente equipo. Cuando recuperaron el balón afrontaron la situación con espíritu emprendedor: buscaron el espacio que se abría entre Casillas y su defensa. Y la primera vía en la que se aventuraron fue el carril derecho, con pases largos a Tomecak para que sorprendiera a Marcelo.
DINAMO DE ZAGREB, 0 - REAL MADRID, 1
Dinamo de Zagreb: Kelava; Leko, Vida, Tonel, Ibañez; Calello (Situm, m. 86), Badelj; Tomecak, Sammir,Kovacic (Pokrivac, m. 62); y Rukavina (Begiraj, m. 75). No utilizados: Loncaric; Puljic, Morales y Krstanovic.
Real Madrid: Casillas; Sergio Ramos, Pepe, Carvalho, Marcelo; Xabi Alonso, Coentrão; Di María (Lass, m. 78), Özil (Higuaín, m. 78), Cristiano Ronaldo; y Benzema (Arbeloa, m. 81). No utilizados: Adán; Varane, Khedira y Callejón.
Gol: 0-1. M. 53. Remate de Di María a pase de Marcelo.
Árbitro: Oddvar Moen (Noruega). Expulsó a Marcelo por doble amarilla (m. 63). También amonestó a Leko, Pokrivac y Pepe.
Unos 38.000 espectadores en el Maksimir.
La conexión de Kovacic, un interior de 17 años, Badelj, el medio centro, y Sammir, la figura del equipo, exigió la máxima atención defensiva del Madrid, que adelantó líneas para operar en territorio del rival. Pepe y Carvalho, impecables a lo largo de toda la noche, avanzaron hasta el círculo central y dirigieron una presión bastante eficaz. El Dinamo dio un paso atrás y precipitó sus problemas. Un robo de Ramos propició el primer tiro del Madrid. Fue de Benzema y pegó en el larguero. El Dinamo respondió con pases de Badelj a Sammir, o con balones largos a Rukavina, para que corriera. Las carebcias técnicas de Rukavina quedaron expuestas en la mejor ocasión del Dinamo, un mano a mano con Casillas que ganó el portero cuando la hinchada gritaba el gol.
Mientras que Benzema y Cristiano exhibieron la sincronía de movimientos que les caracteriza últimamente, y que descoloca seriamente a los defensas, la precipitación de Di María en los traslados añadió dificultades al Madrid para encontrar posiciones limpias desde donde batir a Kelava. Fuera del radar durante buena parte del encuentro, Özil no ofreció su toque clarificador con la frecuencia necesaria. El Madrid avanzó de arremetida las más de las veces y cuando encontró los tres palos Kelava se encargó de interponerse. El croata demostró la mezcla de frialdad y elasticidad que hacen grandes a los porteros. Tras un serpenteo de Benzema entre tres defensas, Di María y Özil lo pusieron a prueba en un doble remate que el portero despejó a córner. Así acabó la segunda parte. Con el Madrid volcado y el Dinamo achicando agua alrededor de Kelava.
Si Özil, Cristiano, Benzema y Di María no consiguieron ingeniárselas para limpiar contrarios y batir al portero, la contribución de Marcelo al pelotón acabó por abrir una brecha en el Dinamo. El gol llegó con un remate tocado con efecto por Di María, que irrumpió desde la derecha para cerrar un avance masivo del Madrid. El ataque empezó por un desborde de Cristiano por la izquierda, siguió con un toque a Benzema y pasó por Marcelo, que acompañó el movimiento por el medio para poner la pelota en el pie izquierdo del extremo argentino. La maniobra fue demasiado para la resistencia del Dinamo, que a partir de ahí atravesó una crisis. Kelava se encargó de aguantar. Le remató Cristiano un par de veces, y Coentrão en un remate mordido. Pero el hombre siempre puso el guante a tiempo.
El partido estaba maduro para la goleada pero el Madrid acabó complicándose la vida. No consiguió dominar a su adversario y el árbitro expulsó a Marcelo por doble amonestación: una fuerte entrada y un aparente simulación en el área de penalti. Lejos de alentar la búsqueda del segundo gol, y en vista de que su equipo perdía el control de la situación, Karanka se apresuró a preservar la ventaja: metió a Arbeloa en el lateral izquierdo y recuperó a Lass para situar a tres medios por delante de la defensa. Del otro lado, los croatas se animaron a buscar un poco de gloria: Vida comenzó a salir con aplomo, Badelj se adueñó del medio campo y Pokrivac se multiplicó para frustrar las posesiones madridistas. Sólo la pericia de Pepe y Carvalho para desactivar los peligros permitió al Madrid salir de Zagreb con los tres puntos.
Tres partidos, mismo once
"Dependerá del partido y de las situaciones", contestó José Mourinho el sábado cuando, después del partido contra el Getafe, le preguntaron si tenía pensado hacer rotaciones ante el duelo de Champions y a los cuatro partidos que disputará el Madrid en los próximos 15 días. Finalmente, el técnico portugués no rotó. Es más, anoche contra el Dinamo de Zagreb repitió por tercera vez el mismo once. Con ese equipo debutó en Liga contra el Zaragoza y derrotó al Getafe el sábado. A pesar de la presencia de Lass en la lista y de la recuperación de Khedira, Mourinho optó de nuevo por Coentrão como pareja de Xabi en la medular. Benzema sigue siendo fijo en punta. Lo mismo que sus escuderos Di María, Özil y Cristiano. Señal de que el técnico ha encontrado su equipo base. El curso pasado, en los tres primeros partidos no repitió once ni una sola vez.
A cada partido, además, se suma un goleador nuevo. Di María se estrenó anoche. Marcó su primer gol de la temporada. Lo vieron desde la grada Granero y Albiol, los dos descartados, y el propio Mourinho. Sancionado por la UEFA por denunciar una presunta trama arbitral contra el Madrid, el portugués optó por desplazarse al estadio -en la vuelta de la semifinal de Liga de Campeones contra el Barça en mayo se quedó en el hotel- y sentarse en uno de los palcos. Escondido detrás de una gorra y acompañado por dos personas de seguridad, no dejó de tomar notas durante todo el encuentro.
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