"Jugaron como si fueran uno solo"
Sánchez Vicario alaba a la pareja española, Nalbandian se enfanda y Del Potro es duda
Para David Nalbandian la derrota fue un drama que quedó sin explicación. El argentino abandonó el Pabellón de las Islas Malvinas nada más perder el partido de dobles, sordo a la disciplina de equipo, ciego a sus obligaciones con los patrocinadores, e insensible a la multa que le supondrá su ausencia. Alberto Mancini, su seleccionador, pasó por encima de la polémica -"se sentía mal" dijo, pese a los rumores de que sus jugadores se habían pegado en el vestuario- porque tenía una preocupación mucho más inmediata: Juan Martín del Potro, número nueve del mundo y mejor tenista argentino por ranking, se entrenó tras el dobles para saber si estaba en condiciones de disputar hoy uno de los partidos individuales. Todo indica que lo está, pero a medias. Sus movimientos dicen que puede jugar. Una ecografía, que no tiene ninguna rotura en el aductor. Su cabeza, sin embargo, apunta en dirección contraria desde que perdió el viernes contra Feliciano López. "Mentalmente quedó destruido", dijo Franco Davín, su técnico. España está a un paso de la Davis.
"Fernando ha sabido dar la talla y aguantar cuando tuve un bajón", dijo Feliciano
Verdasco: "He jugado mejor desde que empezaron a gritarme e insultarme"
El seleccionador español se mostró decepcionado con el público
"Estamos 2-1 arriba, pero seguimos pensando que nos falta mucho camino. Trabajaremos lo más duro que podamos, con todas las fuerzas que tengamos, para conseguir el tercer triunfo", valoró Emilio Sánchez Vicario, el seleccionador, que tiene a su equipo a un punto de lograr su primera Ensaladera a domicilio. "El dobles ha sido un partido con un nivel emotivo muy alto", continuó el técnico, que ayer seguía apostando por David Ferrer y Feliciano López para jugar los partidos de hoy, aunque podrá cambiarlos hasta una hora antes del inicio. "Poco a poco Feliciano y Fernando se han juntado como pareja, como si fueran uno solo. Eso ha hecho la diferencia, pero estoy un poco desilusionado con el público. Al faltar al respeto a una persona (Verdasco), el público pierde la credibilidad que había ganado hasta ahora. Me da pena. No lo esperaba".
Verdasco vivió el partido bajo una lluvia de gritos, bromas e insultos. La grada se cebó con él y le hizo pasar un mal rato. "He sabido sobreponerme a los gritos en mi contra, motivarme y sacar lo mejor de mí", dijo el tenista madrileño. "Me dieron más ganas de lograr la victoria y de sacar fuerzas de mi interior. Les ha salido al revés. He jugado mejor desde que se pusieron a gritarme e insultarme que antes, cuando no me habían dicho nada", continuó. "Me dio ganas de querer hacerlo mejor. Me ayudó". Lo mismo pensó Feliciano López. "Fernando ha sabido dar la talla y aguantar el partido cuando yo tuve un pequeño bajón en el tercer set", dijo el toledano. "Nosotros nos conocemos muy bien, hemos jugado muchas veces juntos, y quizás eso haya marcado la diferencia", cerró.
A Guillermo Vilas, que fue un tenista mercurial que nunca ganó la Davis, le preocupan más otras cosas que hablar del público o saber si Delpo será sustituido por Agustín Calleri o José Acasuso. Piensa Vilas en el valor de la sorpresa. En ese Feliciano López ganando a Del Potro cuando todos le daban por perdido. Y en cómo eso ha cambiado el desarrollo de la final y quizás su desenlace.
"La Copa Davis es una competición atípica", argumenta bajo un sombreo de paja. "Eso la gente lo tiene que entender. Se vio que Feliciano era el que más cómodo estaba de todos sobre la pista". ¿Y la alegría de los españoles, su alivio, sus renacidas esperanzas? "Ése es el ánimo del que va perdiendo. Es un ánimo espectacular, claro, pero es el ánimo del que se veía en el horno. Lo que tilila en el aire es la sorpresa de la victoria de Feliciano. Y la pregunta que recorre los equipos es si la sorpresa se dará de nuevo".
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