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Entrevista:RAFAEL NADAL | Número dos del tenis mundial y campeón de 10 torneos del Grand Slam | TENIS | El mejor tenista español hace balance

"He sido un tenista demasiado previsible"

Es la guarida del león. Rafael Nadal (Manacor, Mallorca; 1986) se sienta en la terraza del club de tenis Manacor, donde empezó a jugar cuando era un niño, y no puede evitar que su mirada se desvíe hacia el partido que disputan un par de cuarentones mientras habla con EL PAÍS. Hace fresco. Lleva gorra. La conversación comienza alrededor de una de sus canciones preferidas, Vuela Alto, de Julio Iglesias, con una letra hecha a la medida de su personalidad de hierro, de su vocación autocrítica, de su brillante carrera y de sus resultados de 2011, que le ha visto coronado en Roland Garros y la Copa Davis y derrotado seis veces por el serbio Novak Djokovic.

Pregunta. "Llegar a la meta cuesta / te cuesta tanto llegar / y cuando estás en ella / mantenerte cuesta más / Procura no descuidarte / ni mirar hacia detrás / o todo lo conseguido / te lo vuelven a quitar". ¿Se ve reflejado?

"¿Qué he hecho mal contra Djokovic? No ir más allá. No agobiarle. No jugar más dentro"
"Me ha faltado un pelín más de nivel tenístico. Muchas veces sentía que no tenía el control"
"Sé que si hago un poco más estoy muy cerca de volver a ganar cualquier cosa"
"Hay que ser autocrítico sin dramatizar. Si no, nada es suficiente"
"Ten interés por lo que haces. Esfuérzate. Ponles cariño. Así entiendo las cosas"
"La competición te va quemando. Con los años, uno va perdiendo intensidad"
"He estado peor de piernas que en 2010. Más bajo. Es por la forma de entrenarme"
"¿La Davis? Me retiro de todos estos temas políticos. En la ITF se están suicidando"
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Respuesta. Me gusta mucho Julio Iglesias y esa canción. La letra está bien. Dice cosas interesantes, tiene un buen significado...

P. "Aquí no regalan nada / todo tiene un alto precio / peldaño que vas subiendo / peldaño que hay que pagar", dice esa letra. ¿Qué peaje mental ha pagado por sus derrotas ante Nole?

R. Con los años uno pierde un poco de intensidad. La intensidad en la fe en uno mismo, en la concentración, en el ser positivo, en el creer que las cosas van a ir bien... están en la mente. Con los años lo vas perdiendo un poquito. Te vas quemando con la competición. Llevo siete años sin bajar de los dos primeros del mundo, prácticamente. Es igual que cuando se dice que yo me lesiono mucho. No me lesiono mucho. He tenido problemas muchas veces, pero los que se han lesionado mucho han sido Del Potro, Tsonga... Yo, con siete años sin bajar de los dos primeros del mundo y la forma en la que funciona el tenis, es imposible que me haya lesionado mucho. Siempre lo mismo. Se habla por hablar. Mucha gente escribe desde el sentimiento y no la estadística pura. Yo he tenido momentos difíciles, problemas, pero no lesiones durísimas... y parece que me lesiono mucho.

P. Le preguntaba por la cabeza, no por el físico.

R. Es lo mismo. La cabeza ha estado bien durante la primera mitad del año, no perfecta, porque me ha faltado un poquito más en los partidos contra Djokovic. Pero ha estado bien: he aceptado [las derrotas], he vuelto a trabajar, a luchar... pero claro que me ha faltado un pelín más de nivel tenístico. Cuando lo tienes, la cabeza te responde mejor. Me ha faltado ser menos previsible jugando. He sido demasiado previsible en muchos momentos de la temporada. Eso son cosas que hay que recuperar para 2012. ¿Que a lo mejor para enero no lo recupero? A lo mejor no..., pero hay que recuperarlo para abril.

P. Usted es muy autocrítico en público. Roger Federer no.

R. Cada uno tiene su forma de ver las cosas y de intentar recuperarse de las situaciones. Él tiene una mentalidad, una forma de jugar y unas armas diferentes a las mías. Mentalmente, él ha sido muy bueno, pero si se caracteriza por algo no es por eso, sino por un juego brillante y completo. En cambio, yo sí me caracterizo por mi concentración, por un ritmo muy alto de juego, por un nivel mental de superación muy alto... y eso, que es lo mejor que tengo, es lo que no puedo perder. En un momento dado puedo perder la derecha, pero lo que tengo realmente mejor es el drive, la intensidad de piernas, la concentración y el espíritu de ir un poquito más allá. Eso es lo que me ha faltado en según qué momentos. Lo debo volver a coger si quiero tener opciones de volver a ganar.

P. Supongo que se refiere a ganar grandes, no partidos.

R. Me refiero a ganar yo. A no depender de los demás. A depender de mí. Me he dado cuenta de que este año he ganado muchísimos partidos, pero en más de los que debería he estado más pendiente del rival que de mí mismo. Muchas veces he tenido la sensación de que no tenía el control del partido. Me ha faltado un pelín de intensidad en todo: piernas, golpes y cabeza.

P. Llegaron a llamarle Triturbo. ¿Están sus piernas al nivel de 2010?

R. No. Han estado peor. A un nivel de intensidad más bajo. Se lo atribuyo todo a la cabeza y la forma de entrenarme. Estos años he tenido algún problema de rodillas, y el problema del pie. Toda mi vida, hasta los 19 o 20 años, siempre había entrenado a un nivel de intensidad muy alto. Por todas esas cosas vas previendo. Terminas entrenándote con más cuidado. Poquito a poco, eso te va quitando un pelín de intensidad. No es el problema al día de hoy, porque llevo cinco años haciéndolo y lo hago perfecto. Es coger más nivel mental y de piernas.

P. Djokovic ha hecho muchas cosas buenas. ¿Qué cosas ha hecho mal usted contra él?

R. No ir más allá.

P. Explíquese.

R. Fallé en nuestro primer partido, en Indian Wells, donde debí ganar, porque el encuentro dependía de mí en todo momento, hasta que empecé a jugar muy mal. Ganar ese partido me habría quitado la ansiedad en muchos otros. En Miami, me da un golpe de calor, y aun así lo lucho hasta al final. Por muy poquito no gano. La final que me duele es la de Roma. ¿Qué he hecho mal? No ir más allá. En el tercer set de la final del Abierto de Estados Unidos voy más allá. Voy al límite y le hago a él ir al límite. De hecho, es porque me quedo muy cansado del isquio, donde me había dado aquel calambre después del partido contra Nalbandian, que me dejó todo el torneo un pelín renqueante... Le llevé al límite. Si estoy bien en el comienzo del cuarto set, habríamos visto qué habría pasado. Tengo su primer saque para hacer break de entrada, lo que habría cambiado el partido. Él estaba medio grogui. Luego gana ese juego, me hace el break... bien.

P. ¿Conclusión?

R. Que para ir más allá tengo que jugar más dentro de la pista, agobiar. Ahí agobié por momentos, cuando antes tenía la sensación de que era él quien me llevaba todo el rato el punto. Allí, ya los dos. Fue un partido durísimo. Puedo ganar o perder, pero al menos debo ir al límite. Para llegar a ese punto lo tengo que hacer en los otros partidos, ser más agresivo en esos otros partidos, para que mi nivel normal sea ese, para que no tenga que ir por encima. En 2011 ha habido momentos en los que me ha faltado un extra de algo. Es la segunda vez en toda mi carrera que hago tres finales de torneos del Grand Slam en un año [con 2010]. Hay que valorarlo. ¿Cuántos años he hecho 10 finales en mi carrera? Además, España ha acabado ganando la Copa Davis. El año ha sido bueno, pero el nivel de exigencia, tanto personal como externo, es grande. Los siete primeros meses fueron muy buenos. Luego hubo muchos altibajos. Después del Abierto de Estados Unidos me costó más seguir. Hay que ser autocrítico, aceptar lo que se ha hecho mal..., pero tampoco hay que pasarse de autocrítico. Hay que hacer autocrítica pero no dramatizar. Si no, entras en una espiral en la que nada, nunca, es suficiente. Esa es una buena mentalidad, pero no te debe llevar a ser infeliz con lo que haces, sino ambicioso.

P. ¿Qué le ilusiona de 2012?

R. A final del año, que ha sido muy bueno, me he encontrado mal. Contra Tsonga, muy mal. No un superdesastre, pero no gano [en la Copa de Maestros] porque me puede la ansiedad. Pero el partido vuelve a estar para mí, sin hacer yo... ¡y es el número seis del mundo! Me digo: "Si hago un poquito más, estoy cerca de volver a ganar cualquier cosa". Es la motivación. Recuperar las ganas extra que te hacen dar un poco más de ti mismo. Hay que recuperar el nivel de crucero, y que sea más alto. Desde Indian Wells hasta Wimbledon y los Juegos Olímpicos de Londres, es donde tengo que recuperar mi mejor nivel.

P. También mirando al futuro. ¿Qué valores querría que heredaran de usted sus hijos?

R. Lo más importante en esta vida, antes que cualquier cosa, es ser buena gente, educado. No me corresponde a mí decir si lo soy, pero lo intento. Es importante tener ilusión por las cosas, no ser pasota. Hay gente que va a un partido de futbito, por ejemplo, y bueno, ni corre. No lo entiendo. Igual que si estudias en la escuela y vas a hacer un examen. No te digo que seas un fenómeno, pero al menos ten interés por lo que haces. Pónselo. Esfuérzate. Haz las cosas que hagas con cariño. No entiendo las cosas de otra manera.

P. Esta temporada renuncia a la Copa Davis. "Las razones de la desbandada son legítimas, pero no las que se han dado", escribió Antonio Martínez Cascales, el técnico de Juan Carlos Ferrero.

R. Primero, no me he retirado de la Davis. No hay ningún pulso. Me retiro de todos estos temas políticos, estoy cansado. Me dedico a jugar al tenis, que es lo que sé hacer menos mal.

P. A veces parece que se meta en todas las polémicas: con Pedro Muñoz, expresidente de la federación, la Davis, la tierra azul que quiere usar el torneo de Madrid...

R. No es que me meta en todas, sino que digo lo que pienso sobre lo que creo que está mal y se puede mejorar. Me siento obligado. Al final, alguien lo tiene que decir, y si los otros no lo dicen, yo me siento obligado a decirlo. Normalmente, si solo lo pienso yo, no lo digo. Pero si lo piensa la gran mayoría de la gente, normalmente lo digo yo. No es meterme en berenjenales. La Davis: antes de decirlo públicamente, me voy a hablar con los de la Federación Internacional y les explico la situación: "Os estáis suicidando". Es la verdad, y no lo digo por un bien mío personal. Es por un bien suyo: la realidad es que las cosas están mal y no están favoreciendo a una competición que es especial. No hacen esfuerzos para mejorarla. No se entiende. No solo es un tema de dinero. ¿Por qué no hacen una Davis que dure dos años? Dos eliminatorias el primer año, dos el segundo. Pues porque económicamente no les interesa. Una competición, cuando se hace tantos años seguidos, pierde un pelín de valor. Si no compiten todos los mejores, pierde valor. Eso es lo que están favoreciendo, y no se dan cuenta. Es mi teoría.

P. ¿Cuál es su solución?

R. Dos años e intentar que los esponsors paguen más, porque a lo mejor lo consigues, ya que será algo más exclusivo. Son ellos los que complican la situación. A mí me gustaría seguir jugando..., pero tengo que encontrar ventanas. Yo, el otro, el otro y el otro. Al final, no hay sitio. Igual con el calendario ATP, igual con todo. Lo que no puede ser es que el circuito avance, como el nivel de los jugadores, de la exigencia física y mental, de la agresividad con la que se juega, que es mayor que hace 10 o 15 años... y que encima se juegue más. Antes se jugaba más en tierra, más en hierba y ahora se juega en pista dura. ¡Más duro para el físico! ¡Es peor! Favorecemos que el circuito sea más duro. No tiene lógica. Es un tema clínico. Es un tema de salud. Esa es mi lucha: no ganar más dinero. Para todos es mejor que los jugadores tengan una carrera más larga. Está demostrado: cuando hay cambios drásticos en el ranking, la gente pierde interés. Federer, Murray, Djokovic y yo, estos últimos años, hemos estado ahí cada vez. Eso crea interés, porque crea una rivalidad, la sensación de que esos partidos son especiales. La gente se engancha a algo que tiene ya una tradición. Hay que favorecer que eso pueda pasar. Conmigo, o con los que vengan luego.

Rafael Nadal, en Sevilla, antes de la final de la Copa Davis.
Rafael Nadal, en Sevilla, antes de la final de la Copa Davis.CRISTINA QUICLER (AFP)

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