¡Goool de Señorrr!
Cuando a Ramón Díez se le calentaba la sangre, lo mejor era desaparecer y dejar pasar el tiempo. Aquella mañana del 21 de diciembre de 1983, el jefe estaba muy cabreado. Iba a realizar el partido España-Malta en unas condiciones precarias y acababan de decirle que le quitaban otra cámara. Azuara se quedaba sin la autónoma para las entrevistas. En Prado del Rey, nadie creía en la goleada.
Juan Teba, como tantos otros, se rindió en el descanso con 3-1 y un penalti fallado.
"¡Sí, sí, sí, España va a París!", gritaban en las calles de Sevilla los aficionados que se habían movilizado al finalizar el partido. El 12-1 había corrido de boca en boca.
Apenas avanzaba el autobús en el que regresaba el equipo al Hotel Oromana en Alcalá de Guadaira, rodeado de seguidores que jaleaban a los autores de la hazaña. En la ida al estadio, apenas unos cuantos habían saludado el paso del equipo. "Fenomenal, fenomenal" era lo único que, nada más terminar el partido, acertaba a susurrar Miguel Muñoz. Camacho, extenuado, pero ya en los vestuarios, que excepcionalmente se abrieron a los medios informativos, sólo acertaba a decir: "No puedo ni respirar, estoy reventao".
Camacho, extenuado en el vestuario, sólo acertaba a decir: "No puedo ni respirar, estoy 'reventao"
Especial Eurocopa 2008 |
Después del fracaso en el Mundial 82, el fútbol español tocó fondo. Nadie podía imaginar que el renacimiento se produciría ante una selección tan irrelevante como Malta. Hacía falta una hazaña y saltó donde y cuando menos se esperaba.
La desconfianza hizo que mucha gente no siguiera la transmisión en directo. Pero aquello fue tan grande que dos días después, víspera de la Nochebuena, TVE tuvo que volver a emitir el partido. Plató de lujo en las nuevas instalaciones de Torrespaña y Miguel Muñoz, invitado especial. Además, un grupo de periodistas. Comienza la emisión del partido y entre todos haciendo comentarios. Minuto 10: "José Ángel deja de hablar que la gente llama y dice que quiere ver el partido con tus comentarios".
Aquel encuentro lo empezaron a ganar en el hotel, ante la televisión. El sábado 17, Holanda, nuestro rival para la clasificación, recibió a Malta en Rotterdam. Ganaron 6-0. Muñoz me pidió que les grabara el partido. Los buenos oficios de Segundo, en el control técnico de Eurovisión, y la colaboración de sus colegas de Ginebra, nos hicieron llegar las imágenes. Y me fui para Sevilla el lunes con la cinta. Holanda les pudo marcar 10, 12 goles. Los que hubieran querido. Pensaron que con seis tenían suficientes, pues obligaban a España a marcar 11. Creían que no llegarían. Pero los jugadores vieron que sí era posible.
Ahí nació el "¡Goooool de Señorrrrrrrr!", que pocos habían escuchado en directo.
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