Chicharito tiene la última palabra
El delantero provoca un penalti que significa la 19ª 'Premier' del Manchester United
Un tesoro que reluce. Chicharito Hernández es un futbolista descomunal que se ha destapado este año, que acumula 13 goles en 24 disparos en la Premier, que ha reverberado en los mejores momentos del curso del Manchester United. Berbatov ha sido el pichichi de la Liga inglesa; Rooney es el punzón más agresivo; y Chicharito es el delantero más provechoso. Como en Ewood Park. Le discutía la condición de campeón el Blackburn al equipo de Ferguson, que le alcanzaba con un punto para coronarse en la Premier, para sumar un laurel más (19) que su eterno rival, el Liverpool. Defendía el Blackburn con acierto, padecía de un tembleque tremendo el Mufc y todo parecía dispuesto para alargar el suspense del alirón. Pero Chicharito siempre tiene un as en la manga; se inventó de la nada un penalti tan claro como absurdo, que logró la pena máxima que materializó Rooney, que provocó la coronación del Manchester United.
Tenían el día torcido los red devils, que no carburaron en ninguna línea. Pifias estrepitosas del portero Kuszszak, errores defensivos, escasez de ingenio y pase en la creación, y remate desajustado. Muchas deficiencias que le pasaron factura. Todo empezó con el indeciso Kuszszak, que en tres episodios certificó que no puede ser el relevo de Van der Sar para el año que viene, toda vez que el guardameta holandés ya ha aclarado que su último partido será la final de la Champions. El primero llegó tras una cesión que trató de coger con la mano pero que, a última hora, se dio cuenta que no podía. En la corrección, casi pierde el cuero y concede un gol. Luego salió en busca de otro balón, no llegó y reculó hacia su portería. Cuando puso el pie bajo los palos, le llegó un remate de Emerson a contrapié que acabó en gol. Y el tercero, en otra cesión que se entretuvo en el despeje y que casi le cuesta otra diana en contra. Dos sustos y un gol, un balance horrible.
Abrigado en defensa, siempre con las generosas ayudas de los centrocampistas, el Blackburn dejó claro de buenas a primeras que su ataque pasaba por el contragolpe. No lo puso mucho en práctica porque la pelota circulaba en el sentido inverso, casi siempre en parcelas estériles. Pero Emerton retó con éxito a Evans en una carrera, sacó un centro y, tras el error de Kuszszak, siguió la jugada para que Olsson le pusiera un balón al segundo palo. Remate, gol y vuelta a empezar. Atrás, en la guarida, sin huecos para el rival y dispuesto a soltar amarras cuando el Mufc se despistara en la retaguardia. No ocurrió en más ocasiones, pero fue suficiente. Entre otras razones, porque el Manchester United no daba pie con bola.
Confiado en que el rival no le discutiría el balón y menos le atacaría los flacos desde la segunda línea, Ferguson apostó por dos extremos de perfil ofensivo, con regate y muelle para sacar centros. Valencia a la derecha; Nani, que también se perfila para soltar latigazos tras una diagonal, a la izquierda. Pero no pudieron profundizar y menos ver puerta. Un mal menor si se tiene en cuenta que desde la defensa no se lanzó un pase largo en condiciones, que les costó horrores enlazar con la siguiente línea. Solo Giggs, intermitente, conectó con las posiciones avanzadas gracias al juego interior. Pero Rooney, empeñado también en hacer de catapulta y no de rematador, le restaba opciones. Por lo que Chicharito, solo y con poco balón entre los pies, apenas dispuso de ocasiones. Más bien, se las fabricó él, como en ese esférico que absorbió en el balcón del área y que concluyó con un remate a la media vuelta, bien escupido por el portero Robinson. Poca chicha para un rival de tano cemento. Poca faena para Samba, capataz de la zaga del Blackburn, que dirigió el cotarro de forma excepcional. Incluso se atrevió, en el área opuesta, con un remate que no vio puerta de milagro, demasiado alto, cuando Kuszszak estaba de nuevo batido. Pero Chicharito siempre tiene algo que decir.
Avispado y pillo como pocos, Chicharito siguió una jugada que parecía tener un callejón sin salida. Recogió el balón en el área chica, cerca de la línea de fondo. Tocó el cuero y aguardó, aunque en una posición donde no había peligro, la embestida de Robinson, tan impetuoso como irresponsable. Penalti de libro que discutieron y resolvieron los colegiados a favor del Manchester United, y gol de Rooney. Otro triunfo de Chicharito. Lo sabe Ferguson, que le ha dado la titularidad sobre Berbatov, lo sabe el Manchester, que se corona como el mejor equipo en la historia de Inglaterra.
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