Cantando bajo la lluvia
El Barça consigue su 11ª victoria consecutiva, contra el Málaga, en un campo anegado y con Xavi como figura
El agua tampoco le hace daño al Barcelona. Anegada como estaba La Rosaleda, se anunciaba un partido complicado para los azulgrana, un equipo de salón que se supone viste traje y corbata, sobre todo por el porte elegante de su entrenador. Al final, sin embargo, resultó que los azulgrana también saben jugar con el paraguas y el chubasquero puestos y se apuntaron la victoria número 11 consecutiva para desesperación del Málaga, que no aguantó ni una hora, sometido por un rival serio y firme, alejado de la cháchara que provocan noches como las de ayer en Andalucía. Imparable, nunca discutió el Barça sobre la disputa del encuentro por el aguacero que inundaba el campo, sino que se arremangó y se superó en un nuevo ejercicio de mérito.
Málaga 1 - FC Barcelona 4
Málaga CF: Arnau; Gámez, Weligton, Hélder, Calleja; Eliseu, Miguel Angel, Apoño (Fernando, m. 67), Duda (Luque, m. 75); Baha y Adrián (Nacho, m.61).
FC Barcelona: Valdés; Alves, Piqué, Puyol, Márquez; Touré Yaya, Xavi, Iniesta (Henry, m. 49), Busquest; Messi (Víctor Sánchez, m 79) y Etoo (Bojan, m. 84).
Goles: 0-1, M. 5: Xavi. 1-1, M. 12: Duda. 1-2, M. 18: Messi. 1-3, M. 52: Xavi. 1-4, M. 80: Weligton pp.
Árbitro: Velasco Carballo (Comité Madrileño). Mostró tarjeta amarilla a los malaguistas Apoño (m.4) y Baha (m 7) y a los barcelonistas Alves (m. 55), Touré Yaya (m. 74) y Busquets (m. 78).
Incidencias: Partido correspondiente a la novena jornada de Liga de Primera División disputado en el estadio de La Rosaleda de Málaga ante unos 30.000 espectadores.
Aunque la lluvia invitaba a intervenir en la alineación, Guardiola dispuso un equipo común, ya contrastado en seco, con Busquets y Xavi como volantes, Touré de medio centro e Iniesta en el extremo izquierdo mientras Puyol oficiaba de lateral zurdo por el lesionado Abidal. Aparentemente, el Barcelona jugaba como si luciera el sol en Málaga y el agua no pudiera frenar la circulación de balón de sus medios, futbolistas exquisitos, siempre dispuestos a desplegarse con combinaciones a un toque.
Los azulgrana fueron a por el encuentro desde la salida, por más que supuestamente la pelota no corriera, el partido tartamudeara y unos y otros tiraran al bulto. Falsa impresión. La contienda adquirió un vértigo sorprendente desde que Xavi puso el cuero en la escuadra izquierda de Arnau al poco de empezar en un libre directo. La precisión no sólo se alcanzaba a balón parado sino que acto seguido Duda y Messi contaron un tanto con dos remates violentos en jugadas mal defendidas por los zagueros.
Nadie reparaba ya en la lluvia. La Rosaleda parecía San Mamés porque con el tiempo se imponía el calabobos propio del País Vasco. Las faltas se sucedían en la zona de tres cuartos y los dos equipos intercambiaban ocasiones. El Málaga no sólo es un equipo valiente sino que ocupa el campo de forma racional y tiene un punto de fiebre que no es fácil de contener. Atacaba con la confianza de quien es sexto y cuenta con cuatro victorias consecutivas cuando en septiembre se pedía la cabeza del técnico.
La carga ambiental del encuentro era tremenda. Había tralla en la grada y en la cancha, y el Barcelona achicaba el agua y el juego del contrario con voluntarismo, exigido defensivamente, falto de salida en ataque y de conexión con Eto'o. Pese a que el marcador le avalaba, el choque se puso peligroso para el Barça, inutilizado como quedó su fútbol de salón, su juego de desborde y regate. El partido era más físico que técnico y cada fallo penalizaba por culpa de una cancha muy estropeada.
Así las cosas, Guardiola movió ficha al poco de la reanudación ?Henry sustituyó a Iniesta? y el Barcelona sentenció el partido en una jugada estupenda de Messi y del delantero francés que culminó Xavi, convertido definitivamente en el jugador del momento en el equipo. Arrimado al área contraria, el volante barcelonista se ha reencontrado con el gol, una suerte que siempre se le había negado cuando se le suponía como sustituto de Guardiola. El entrenador ha apostado por los volantes como jugadores de ataque y Xavi se sale a cada partido, sin reparar en el contrario ni en la cancha.
El gol de Xavi mató el litigio porque el Málaga ya no pudo trampear el partido con el marcador en contra. Tuvo que ir al encuentro del Barcelona y su fútbol agresivo y directo resultó insuficiente ante un contrario muy bien parado y consciente de la trascendencia de la jornada. Los azulgrana no se permiten concesiones en su carrera por alcanzar el liderato ni siquiera en los días que no invitan a jugar a fútbol. Aunque encajó un gol, cosa que no sucedía en los últimos cuatro encuentros, el Barcelona cerró el partido con suficiencia y autoridad.
El brío de la hinchada se acabó cuando Wellington marcó en propia puerta después de un remate de Alves. Ya no había más que discutir y la afición tocó a retirada mientras el Barcelona reservaba a sus figuras y combatía el frío de la noche con un juego aseado y vivo, nada que ver con el fútbol nostálgico y melancólico que normalmente despertaba el otoño en el barcelonismo. Va el Barça como un tiro, haga sol, nieve o llueva. Ayer cantó bajo la lluvia de Málaga.
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