Camacho, la luz del Huesca
El centrocampista, máximo goleador de su equipo las dos últimas temporadas, ha marcado los dos tantos de los aragoneses en su gris inicio de campaña
El inicio de temporada del Huesca está siendo descorazonador. El conjunto aragonés ha perdido los tres partidos que ha jugado -ante el Sabadell (2-1), el Alcorcón (0-3) y el Guadalajara (2-1)- y es el único equipo, junto al Murcia y al Cartagena, que no ha puntuado aún en Segunda. Hay, sin embargo, una luz que ilumina ese oscuro comienzo: el centrocampista Juanjo Camacho (Valencia; 1980), que ha sido el máximo goleador del Huesca en las dos últimas temporadas -la campaña pasada marcó 13 tantos, un tercio de los del conjunto- y que este año sigue tirando del equipo con sus goles. Las únicas pequeñas alegrías del conjunto oscense en este curso las ha dado él, autor de los dos goles que el Huesca ha marcado hasta ahora. Esta tarde, frente al Alcoyano (18.00 Aragón TV / Canal Nou 2) tendrá la oportunidad de seguir sumando y dar a su equipo la primera victoria de la temporada.
Onésimo Sánchez, entrenador del Huesca la temporada pasada, explica por qué Camacho es el máximo goleador del equipo pese a que otros compañeros jueguen más adelantados que él: "No es delantero, pero es muy potente, se adapta a muchas posiciones, tiene mucho ritmo, es inquieto, sigue siempre las jugadas y siempre está muy metido en el juego. Si a todo eso le sumamos esa pierna izquierda tan buena que tiene, no es extraño que sea una pieza clave en el equipo". A pesar de esas bondades, Camacho ha tenido que sudar para poder asentarse en el fútbol. Comenzó su carrera en el filial del Zaragoza y pronto se convirtió en una de las esperanzas de la cantera maña. Destacó tanto que se hizo un hueco en las categorías inferiores de la selección española: fue campeón de Europa sub 16 en 1996, disputó el Mundial sub 17 de Egipto de 1997 -en el que España terminó tercera- y un Europeo sub 18. Pero en el primer equipo del Zaragoza nunca llegó a asentarse, pese a que jugó algunos partidos como lateral izquierdo. Comenzó entonces su peregrinaje por el Real Madrid B, el Recreativo, el Lleida y el Livingston, escocés, del que se fue tras quebrar el club.
En 2006, cuando, a los 26 años, parecía destinado a pasar por el fútbol sin pena ni gloria, recaló en el Huesca, que entonces estaba en 2ªB. Camacho demostró su valía. Fue un fijo y marcó nueve tantos, convirtiéndose en uno de los máximos goleadores del equipo. La temporada siguiente se fue al Vecindario, pero fue un paso efímero, puesto que en 2008 regresó a Huesca para no marchase. Ha recibido hasta la insignia de oro del club al convertirse la temporada pasada, junto a Luis Helguera, en el primer jugador del equipo en disputar 100 partidos en Segunda. Y eso que, tras dos temporadas destacando, su nombre ha sonado para algunos equipos de Primera, entre ellos el Zaragoza. Él, sin embargo, sigue trabajando con la mente puesta exclusivamente en su equipo. "Ahora mismo, es un referente en Huesca. No me quedo solo con sus goles, sino también con su actitud: es un ejemplo en el trabajo diario. Entrena siempre a tope, es un enamorado del fútbol, sigue al detalle lo que pasa en su equipo y en el resto de mundillo", destaca Onésimo.
El fútbol, de hecho, ha acompañado siempre a Camacho. Creció viendo a su padre, que se llama como él, jugar en equipos como el Valladolid o el Zaragoza en los años 70. El deporte caló hondo en la familia, puesto que su hermano, Ignacio, juega en el Málaga, adonde llegó el invierno pasado procedente del Atlético. Juanjo sigue trabajando sin perder la esperanza de poder enfrentarse a su hermano en Primera. "Cualidades tiene para jugar en la élite, pero ya va teniendo su edad...", señala Onésimo. De momento, su principal objetivo es cambiar la trayectoria que ha cogido el Huesca. "El año pasado tampoco empezamos muy bien [no ganaron hasta la séptima jornada] y luego hicimos muy buena temporada. Este año, el equipo tiene la misma base, así que confío en que despegarán", explica Onésimo. El Alcoyano es el primer paso.
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