Bolivia reivindica el 'fútbol de altura'
Miles de bolivianos, con el presidente Evo Morales a la cabeza, protestan contra la decisión de la FIFA de prohibir partidos a más de 2.500 metros de altitud
Los bolivianos, muy polarizados entre el altiplano andino y el oriente amazónico, entre izquierda y derecha, entre indigenistas y occidentalizados, hicieron piña esta semana para defender el fútbol en altura tras el veto de la FIFA. Capitaneados por el presidente Evo Morales, casi todos los bolivianos, desde ciudadanos de a pie hasta instituciones deportivas y políticas de muy diversa orientación, manifestaron su indignación por la decisión de la FIFA de prohibir partidos internacionales de fútbol en estadios situados a más de 2.500 metros de altitud.
El propio Morales transformó la polémica en asunto de Estado y se involucró de lleno en la campaña orquestada para lograr que el máximo organismo del fútbol mundial revierta el veto. El presidente aimara trotó el miércoles en las inmediaciones del Palacio de Gobierno, en La Paz, y luego jugó un partido con periodistas bolivianos y corresponsales en el estadio Hernando Siles, a 3.577 metros sobre el nivel del mar. La cancha paceña no es la única de Bolivia afectada por la medida de la FIFA, ya que capitales departamentales como Oruro, Potosí, Cochabamba y Sucre también están a más de 2.500 metros de altitud.
No contento con la demostración en La Paz, Morales ascendió el viernes casi hasta la cima del nevado Chacaltaya, a 5.395 metros sobre el mar, para hacer de nuevo piruetas con el balón. Fue la estrella de un choque en el que marcó tres de los diez goles con los que su equipo de funcionarios ganó a la escuadra de la Universidad Mayor San Andrés. "Esto es una goleada a la FIFA", comentó Morales a los periodistas, jadeando, al terminar el partido. Su siguiente reto es jugar en el monte Sajama, a 6.542 metros de altitud, en el departamento andino de Oruro.
Factor de unión
El veto de la FIFA logró el milagro de unir incluso a los miembros de la Asamblea Constituyente, que aprobaron el jueves el primer artículo de la futura Constitución del país, tras diez meses de desavenencias e improductividad. Ese artículo establece que la práctica deportiva y la cultura física a cualquier altura son "derechos humanos universales", y fue aprobado en una sesión plenaria por 223 de los 255 asambleístas del foro, consenso nunca antes visto en Bolivia. También la Comunidad Andina (CAN), integrada por Bolivia, Ecuador, Perú y Colombia, dejó de lado sus diferencias sobre la negociación de un acuerdo comercial con la Unión Europea (UE) para pedir a la FIFA que reconsidere el veto, y para pedir la solidaridad del resto de Latinoamérica.
Ecuador, Perú y Colombia tienen también estadios importantes encaramados en los Andes a más de 2.500 metros de altitud, como los de Quito, Cuzco y Bogotá. Argentina, Uruguay y Venezuela apoyan también la cruzada emprendida de Bolivia contra la prohibición de la FIFA, según asegura Morales. Por contra, en Brasil médicos y entrenadores con experiencia en la selección nacional han respaldado las "razones médicas" que alegó el Comité Ejecutivo de la entidad al acordar el veto. Futbolistas brasileños que han jugado en Potosí, a casi 4.000 metros de altura, con una atmósfera tan rala y pobre en oxígeno que hacen falta semanas para que el organismo se adapte produciendo más glóbulos rojos, han denunciado que es una tortura que viola sus derechos humanos.
Plante de Blatter
Nada más conocer la decisión de la FIFA, Morales ordenó que una delegación encabezada por el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, viajara a Suiza para reivindicar el derecho a practicar fútbol y deporte en general en altura. Ya en Zúrich, la misión boliviana ni siquiera fue recibida por el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, quien curiosamente hace años decía que no es más grave jugar en la altura "que hacerlo con 40 grados, como ocurre en África, o con 20 grados bajo cero, como en Rusia". En aquella ocasión prometió que La Paz no iba a ser vetada durante su mandato.
Pese al desplante de Blatter, Morales no se da por vencido y convocó para el próximo miércoles una "Reunión de la Unidad por la Universalidad del Deporte", con la que pretende reunir en La Paz a 200 alcaldes de Bolivia y a unos 20 de otros países latinoamericanos. Además, las esperanzas de todos los afectados están puestas en la Confederación Suramericana de Fútbol (Conmebol), que analizará el asunto el 15 de junio en Asunción (Paraguay). Mientras, el presidente boliviano, entusiasta de la propaganda y consciente del rédito político que le regala la FIFA, ha creado su propio lema contra el veto, que repite allá por donde va: "Quien gana en la altura, gana con altura, y quien tiene miedo a la altura, pues no tiene altura".
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