El Atlético indulta al Madrid
Mereció mucho más el Atlético, que primero se encontró con un error del árbitro y luego con Casillas.
El fútbol es por encima de tácticas, jugadores y entrenadores un estado de ánimo. Y el Real Madrid está atravesando una profunda depresión, de la que no parece sencillo que pueda salir, y mucho menos que sea su entrenador Fabio Capello, quien le rescate de las tinieblas. Para eso siempre estará el Atlético, que completó una primera parte primorosa, quizá la mejor del curso y puede que de varias temporadas, pero no terminó de rematar al moribundo Madrid, que contó con la colaboración del árbitro, que anuló un gol legal a Perea, y terminó pagándolo.
El Atlético pasó por encima de un inerte Madrid en los primeros 45 minutos, como si los hombres de Capello hubieran decidido aplazar el comienzo del encuentro hasta la segunda parte. Javier Aguirre situó en las bandas a Galletti, que superó sin descanso al joven Torres en la derecha, y a Jurado en la izquierda. El ex madridista, más motivado que nunca, no dejó de irse al centro y de encontrarse con Agüero y Fernando Torres, que en este clima de abuso del rival se quitó todos sus fantasmas de encima. Galletti rompió por su banda a Torres y puso un buen balón en el borde del área, adonde el lento Cannavaro todavía no había llegado. Fernando Torres vio el cielo abierto, disparó con la confianza que le falta en los penaltis y batió a Casillas por primera vez en su carrera.
En pleno vendaval rojiblanco, con la defensa y Leo Franco viendo el choque con la misma placidez que un espectador, pudo sentenciar el Atlético, pero el árbitro, Daudén Ibáñez, que completó una noche aciaga, no le dejó. Al cuarto de hora anuló sin motivo un gol por un inexistente fuera de juego de Perea. Lo único que se vio en la jugada fue un penalti de Emerson a Agüero. Porque sí, Emerson fue titular después de su presunta negativa a jugar contra el Bayern. Ver para creer.
Como para creer fue que el Madrid sólo se aproximara dos veces a Leo Franco en todo el primer tiempo. Primer Higuaín disparó mal y casi al final Cannavaro se encontró con un balón perdido en el área tras un córner y fue incapaz de aprovecharlo. Si falla en defensa es normal que lo haga en ataque. Y entre medias el Atlético llegó una y otra vez cerca de Casillas, otra vez decisivo en el tramo final del choque, pero se mostró tan incapaz ante el gol como lo ha sido en toda la temporada.
Cassano
En este se llegó al descanso, el Madrid se despertó, se metió en el partido y el Atlético se salió de él de forma incomprensible. Algo tuvo que ver en ello la salida del italiano Cassano, otro indultado por Capello después de castigarle. Suplió al desaparecido Reyes, lo que ya no es noticia, y pasada la media hora se inventó un pase con el que rompió a toda la defensa del Atlético y dejó a Higuaín, que se aprovechó de un error de Zé Castro, solo ante Leo Franco. No quiso ser menos que Torres y decidió que había llegado la hora de estrenarse como goleador del Madrid.
Le entraron las dudas al Atlético, se creyó algo el Madrid, Capello retiró al inoperante Gago, que jugó su peor encuentro vestido de blanco, y reforzó el centro del campo con Diarra. Sufrió menos el Madrid, que no volvió a disparar a portería, pero continuó siendo mejor el Atlético, que no supo sacar provecho de su mejor juego ni de la expulsión de Cannvaro al final. Pero para que todo siguiera igual tuvo que surgir el de siempre, Casillas, que salvo varias veces a su equipo, sobre todo en el último suspiro, a un disparo de Agüero.
Mereció mucho más el Atlético, que primero se encontró con el árbitro y luego con Casillas, que suplió la inoperancia de algunos de sus compañeros, como Gago, Guti o Raúl. Todo lo contrario que en el Atlético, que dejó minutos para la ilusión, aunque las mismas dudas de siempre sobre su poder goleador.
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