Un nuevo censo descubre 450 presos españoles más en los campos nazis
La cifra alcanza los 8.964 reclusos, cerca de los 10.000 que suponen los historiadores
Joan Calvo, historiador, narra la sorpresa que se llevó hace poco una familia de Huesca con la que se puso en contacto. Quería averiguar datos sobre el abuelo, que murió, enfermo de Alzheimer, en 2006. Nunca les contó a sus descendientes lo que Calvo había averiguado: estuvo preso en un campo de concentración nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Por republicano.
No es la única víctima española del exterminio nacionalsocialista olvidada hasta ahora. Un equipo de investigadores de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona ha dado con 450 nombres de los que no se tenía constancia. Sumados a los que ya estaban documentados, forman un censo de 8.964 presos. Esta base de datos, que amplía y corrige las referencias de algunos reos ya localizados, está informatizada y se podrá consultar en Internet cuando la Agencia Catalana de Protección de Datos dé el visto bueno.
Los datos permiten conocer mejor el efecto sobre España de la represión nazi
"La cifra es plausible", opina Benito Bermejo, historiador, que elaboró junto a Sandra Checa el Libro memorial, el censo de deportados españoles más completo hasta ahora, accesible desde la web del Ministerio de Cultura. Coincide con Julio Arístegui, director de la cátedra de Memoria Histórica de la Universidad Complutense de Madrid: en total debió de haber unos 10.000 españoles internos en campos, principalmente en Mauthausen. "Así que siempre saldrán más si se tira del hilo", añade Arístegui.
El equipo de la UPF tiró desde 2007 de hilos no rastreados, explica el director de la investigación, Alfons Aragoneses. A los censos existentes añadieron los datos que encontraron en los archivos de los distintos campos de concentración y exterminio, y en el International Tracing Service, en Alemania. Así, encontraron nombres de personas que no llegaron a los campos después de integrar las filas de la resistencia contra los alemanes en Francia, sino después de haber estado trabajando en Alemania. El censo incluye información de cómo los internos acabaron en los campos. Aragoneses subraya que la base de datos está "viva" y seguirá ampliándose.
Nunca se llegará a un censo que agote los nombres, apuntan los historiadores, porque hay algunos que se han perdido. Bermejo explica que hay españoles que no constan como tales, porque el franquismo les había desposeído de la nacionalidad, o por haber emigrado a Francia y haberse naturalizado allí antes de entrar en la resistencia.
Edmundo Gimeno, nacido hace 85 años en un pueblo de las comarcas del Ebro, superviviente de tres campos, lo ratifica: "No se podrá hallar a todos los desaparecidos. Había un programa que se llamaba Nacht und Nebel, noche y niebla. Te detenían por la noche, nadie se enteraba de nada, y desaparecías en la niebla, en la nada, sin dejar rastro".
Los datos que se han recuperado permitirán a los investigadores comprender con más exactitud cómo los aliados alemanes de Francisco Franco persiguieron a los republicanos. Por ejemplo, Aragoneses calcula que el 59% de los internos españoles no sobrevivió a los campos. Son 5.289 personas. Y que el 22% de los reos eran catalanes, el grupo más numeroso, seguidos de los andaluces (18%) y los aragoneses (12%).
El censo incluye datos sobre las esposas y los hijos de les presos. Así se podrá evaluar el impacto de la represión nazi sobre la sociedad española, apuntaron sus autores. Un ejemplo: la mitad de las víctimas tenía unos 30 años. Es decir, estaban en la edad de ser padres.
"Quizá lleguemos a la conclusión de que la historia de la deportación trasciende al individuo y que también son víctimas sus familiares", apuntó Rosa Torán, presidenta de Amical Mauthausen, la asociación de ex presos españoles, que ha aportado sus archivos a la investigación.
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