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La casa de veraneo en Argentona de Puig i Cadafalch, en peligro de ruina

La falta de acuerdo entre la propiedad y las Administraciones impide rehabilitarla

José Ángel Montañés

El progresivo deterioro que sufre la casa de veraneo del arquitecto modernista, político e historiador Josep Puig i Cadafalch en Argentona (Maresme) ha sufrido un nuevo capítulo: la pérgola de madera que recorría uno de los lados y que identificaba la vivienda por su vivo color verde ha sido desmontada ante el peligro que representaba para los viandantes que pasaban por la plaza del Vendre de la localidad.

La vivienda -que goza de la máxima protección desde que en 1993 fue declarada Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN) y uno de los monumentos más destacados de la localidad-, dio el primer aviso del su estado de conservación cuando en enero una fuerte ventolera arrancó varias almenas de baldosa que coronaban el edificio y las arrojó al jardín y a la vía pública.

"La falta de mantenimiento ha acabado con la madera de la pérgola y la humedad está afectando a los muros y al interior del edificio dañando las vigas de madera, las rejas de hierro, las piezas de cerámica e incluso una gran palmera del jardín que hubo que cortar ante el peligro de que cayera sobre la casa", denuncia Enric Subiñà, presidente del Centre d'Estudis Argentonins, una de las entidades que, de forma reiterada han pedido al Ayuntamiento y la Generalitat llegar a un acuerdo con la propietaria de la casa -una biznieta de Puig i Cadafalch- para rehabilitar la vivienda y que incluso han llevado sus quejas al Síndic de Greuges. "No descartamos denunciar a la propietaria por la vía penal por delito del patrimonio, en caso de que el deterioro sea irreparable", asegura Subiñà.

"Fue la propiedad la que pidió permiso para retirar los elementos en peligro de la pérgola", aclara Carmen Pérez-Pozo, abogada de Núria Riera, dueña de la vivienda. "Estamos trabajando con las Administraciones para ultimar un convenio que permita llevar a cabo la restauración". El acuerdo, explica, llegaría tras fracasar la constitución de un consorcio por el que Riera continuaría con derecho a usar los pisos superiores de la casa mientras que el Ayuntamiento dispondría del piso inferior. "Ahora negociamos la creación de un convenio en el que la única compensación es la restauración de la casa a cambio de la cesión temporal de la propiedad, pero ese es el caballo de batalla: el Ayuntamiento defiende que sean 30 años, mientras que la propiedad quiere que sean muchos menos", asegura la abogada.

Josep Masó, alcalde de Argentona, explica: "nos preocupa mucho el tema, pero las ayudas solo son posibles si la propiedad hace una cesión del uso; mientras sea privado la Administración no puede poner dinero. Esperemos que el acuerdo se produzca en un par de meses máximo".

Según Pérez-Pozo "el problema ha sido que la propietaria no ha querido deshacerse de la casa por un tema sentimental". Paradójicamente, la vivienda está a la venta desde hace meses en varias inmobiliarias y ayer se podían ver en Internet todos sus detalles: "Obra maestra del modernismo, jardín, 240 metros construidos, 11 habitaciones, planta sótano y tres plantas: 1.500.000 euros".

Cuando las diferencias se superen, el Ayuntamiento de Argentona, según Masó, convertirá la casa en un museo y en un centro de estudios que explique la poliédrica personalidad de Puig i Cadafalch. Los trabajos de acondicionamiento están valorados en unos tres millones de euros.

La pérgola de madera y las almenas en enero (a la izquierda) y en la actualidad.
La pérgola de madera y las almenas en enero (a la izquierda) y en la actualidad.ORIOL BASSA / ENRIC SUBIÑÀ

Escenografía medieval

La casa de veraneo de Argentona creada por Puig i Cadafalch, pese a ser el segundo trabajo creado por el arquitecto nacido en la vecina ciudad de Mataró, deja ver muchas de las principales características de su estilo. Los trabajos concluyeron en 1905 tras unir cuatro casas situadas en la esquina de la actual plaza del Vendre, una de ellas derribadas para construir el jardín.

De planta irregular para adaptarse a la orografía del terreno, Puig i Cadafalch aprovechó un punto prominente para dar a la construcción una escenografía medieval mediante la construcción de almenas de ladrillo en el coronamiento de todo el edificio y la colocación de ventanas neogóticas en la fachada posterior.

En el interior, la casa está decorada con yesos y piedras trabajadas por colaboradores suyos como los escultores Eusebi Arnau y Josep Llimona.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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