Usuarios del metro

Barcelona ha acometido con bastante eficacia la adaptación de las estaciones de metro y Ferrocarrils de la Generalitat a personas con movilidad reducida. Es decir, que está instalando a un ritmo nada despreciable ascensores y escaleras mecánicas en muchas de estas instalaciones que, por motivos diferentes, carecían de ellas. Es el caso de la línea de metro hoy denominada 3 o verde. Este tipo de actuaciones no benefician sólo a las personas con movilidad reducida, sino a muchas más. Si se hacen bien.

Un caso polémico, señala A. D., es la obra realizada en la estación de Liceu. Así lo cuenta el lector: "Las obras de mejora de la estación del metro de Liceu han sido largas y seguro que costosas para el erario publico. Ahora, terminadas, no encuentro ni ascensores ni escaleras mecánicas. Eso en una estación muy concurrida y en la que una parte importante de personas son mayores y suelen ir cargadas con carros y bolsas provenientes del cercano mercado de la Boqueria. No puedo comprender como una salida tan popular como la de Boqueria no tiene ascensor y en cambio la de Liceo, mucho menos transitada, sí la tiene. Hay cosas en este Ayuntamiento que es como si lo hiciera mal aposta, como una alarmante falta de empatía con los ciudadanos de a pie".

La estación es gestionada por TMB, cuya respuesta fue sencilla: la obra es de GISA. A ellos, que les registren. ¿De verdad no dieron siquiera la opinión sobre la idoneidad de la obra? GISA fue algo más explícita. Se optó por instalar los accesos con ascensor en la entrada que está junto al Liceo en vez de elegir la del mercado porque la obra era más sencilla. Junto a la Boqueria se hubiera afectado a conducciones de telefonía y alcantarillado. Además, el vestíbulo es más amplio, sin contar con que en esa parte había menos restos arqueológicos, dentro de lo que cabe porque en esa zona de Barcelona, restos los hay por todas partes, como lo prueba que también aparecieran junto al Liceo.

Se diría que no son problemas irresolubles y se podría añadir que ni los dirigentes de TMB ni los de GISA son usuarios habituales del metro.

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